Aplazo salado: preparar una materia puede costar hasta $3 mil

Fin de año es sinónimo de cierre de ciclos. Algunas familias piensan en las vacaciones y esperan una conclusión escolar exitosa. Pero otras  ponen en suspenso sus planes porque sus hijos tienen que rendir en diciembre y preparar las materias con urgencia. Muchos padres sacan la calculadora para saber cuánto les costará mandarlos a clases de apoyo para revertir esas malas notas. Según un relevamiento que hizo El Diario de la República, preparar a los alumnos en una asignatura puede llegar a costar hasta 3.000 pesos.

“Las clases pueden ser particulares o en grupo, depende de las necesidades que tengan. Algunos son muy dispersos y les hace falta un control más exhaustivo”, manifestó  María Alcaraz, secretaría del Instituto Idea, donde preparan alumnos durante todo el año. Aclaró que en su caso “el precio por  materia es de 2.500 pesos. Se tiene que abonar cuando el chico comienza las clases en el instituto”.

El sondeo en otros centros privados determinó que la hora de preparación hoy en el "mercado"  fluctúa entre los 80 a  los 100 pesos, con una preparación integral para una asignatura que puede llegar hasta los 3 mil pesos.

Consultada sobre cuál es el período en el que más convocatoria tienen, Alcaraz aseguró: "Ésta es la época donde los padres se acercan y empiezan a interiorizarse sobre los costos porque ya saben que sus hijos se llevan las materias. Noviembre y diciembre son los meses en que más trabajamos”.

“Hacer un seguimiento es lo más conveniente para tener la posibilidad de salvar algún cuatrimestre y no tener que estudiar el programa completo”, dijo Alcaraz. También comentó que “las asignaturas que más consultan para preparar son química, matemáticas y física”.

Los jóvenes prefieren sacar la materia en el curso de apoyo y no estudiar en el año.

Silvia Miranda, directora de la Escuela Nº 14 "Martin Luther King", ubicada en La Punta, opinó sobre la respuesta anímica de los chicos al salir aplazados: “Antes llevarse materias no estaba bien visto, les molestaba. Ahora pareciera que no les importa. Es más común que terminen rindiendo una o dos asignaturas".

La directora detalló que “los alumnos no se toman el trabajo de aprender, sino que especulan durante el año con el tema de rendir. Prefieren hacer un curso de apoyo de un mes y sacar la materia”.

Miranda opinó sobre parte del sistema educativo: “El nivel secundario no está conectado con el aprendizaje. Enseña sin saber si los estudiantes aprendieron algo o no y esto hace que los chicos pierdan el interés” y agregó: “Se necesita un gran cambio. Estos son síntomas de que algo está mal. No pondría toda la responsabilidad en los docentes ni en los chicos. Creo que el sistema no funciona y que hay que modificarlo”.

“A los jóvenes les gusta ir a la escuela porque tienen amigos. Lo miran del lugar de la sociabilización. Muchos no lo toman como un espacio que les está dando la oportunidad de formarse para un futuro”, contó Miranda. “No les molesta repetir, sí se ponen mal, les lastima el autoestima, pero les da igual. Hay un gran desinterés por aprender", aseguró.