Abrazos, lágrimas, alivio y mucha felicidad. Así fueron ayer los reencuentros de familias de Siria, Yemen y Somalia en algunos de los principales aeropuertos estadou-nidenses, luego de que un fallo judicial suspendiera este fin de semana el veto inmigratorio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y permitiera a miles de personas de países de mayoría musulmana entrar al país.
Zahra Warsame llegó bien temprano al aeropuerto Dulles, en Washington, con varios familiares y se instaló frente a las cintas que devuelven el equipaje a los recién llegados. No podía controlar su nerviosismo. Hace sólo unos días creía que no lograría ver más a sus tres hijas, dos mellizas de 16 años y una mayor de 18 años, y a su única nieta de tres años.
Se tapaba la boca con el pañuelo que cubría su cabeza y se quejaba de que le dolía la cabeza. Parecía que se le iba a salir el corazón del pecho cuando los pasajeros del vuelo en el que venían sus hijas y su nieta comenzaron a aparecer. Finalmente las vio y el llanto se apoderó de ella y de su familia.
"Es un milagro porque creía que nunca vería a mi madre de nuevo", contó Roodo Abdi Nasir, una de las mellizas, luego de abrazar a los familiares que las esperaban.
Mientras tanto, en el aeropuerto internacional de otra ciudad del noreste de Estados Unidos, en Filadelfia, seis sirios —dos hermanos, sus esposas y sus hijos— lograron entrar al país, 9 días después de que el veto de Trump los sorprendiera y los obligara a volver a Damasco, la capital siria.
A los Assali, una familia siria cristiana, los esperaba el gobernador de Pensilvania, el demócrata Tom Wolf, y el congresista republicano Charlie Dent, en Allentown, la ciudad en donde se asentarán y donde ya vive un familiar.
Ambos dirigentes trabajaron junto a los abogados de la Unión Americana de Libertades Civiles, una importante ONG, para que la familia siria, que había esperado mucho para conseguir una visa, pudiera volver y entrar al país.
"Estoy muy contento de poder haber ayudado", dijo a la prensa Dent, correligionario de Trump. "Tenemos una comunidad siria muy grande en la zona de Allentown y he llegado a conocer a muchos de ellos a lo largo de los últimos años", agregó el legislador.
El fallo judicial del sábado que suspendió el decreto inmigratorio de Trump y la decisión de una Corte Federal de Apelaciones de mantener vigente la suspensión por lo menos durante unos días, mientras toma una decisión definitiva, dio esperanzas inmediatas a miles de personas afectadas en Medio Oriente y África.
Esta sensación de oportunidad la cristalizó como nadie la aerolínea de bandera de Jordania, Royal Jordanian, que lanzó una promoción para los vuelos a Chicago, Nueva York y Detroit. "Vuele a Estados Unidos ahora que le permitirán entrar", reza el aviso que tiene tachada la palabra "ban" (prohibición, en inglés) y reemplazada por la expresión francesa "Bon voyage (Buen viaje)".
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