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Instituto Próvolo: cuando el diablo se vistió con sotana

Por redacción
| 09 de abril de 2017
En silla de ruedas. Corradi acumula cientos de acusaciones por abusos en Italia y en Argentina.

Nicola Corradi, junto a otros 130 curas, fue acusado de abusar sexualmente de niñas y niños sordomudos entre 1955 y 1984 en la sede italiana del Próvolo. Lejos de condenarlo y presumiblemente para ocultar las actividades de este clérigo, previo acuerdo entre las distintas sedes del Instituto Antonio Próvolo de Verona, se lo envió a  Mendoza.

 


Fue así que el infierno cambio de sucursal pero siguieron las denuncias de abuso, esta vez en el instituto en Luján de Cuyo, que funcionó hasta noviembre de 2016.

 


Sin embargo la entidad fue cerrada en febrero de 2017 por las autoridades escolares, cuando llegaron las primeras denuncias judiciales de abuso sexual y violaciones a los menores internados, y que tenían entre 4 y 17 años.

 


Por ahora, cinco hombres permanecen detenidos y acusados por los abusos, dos de ellos son curas: Nicola Corradi -cumple prisión domiciliaria- y Horacio Corbacho, este último egresado del seminario en La Plata (ver más información página 29)

 


Los otros tres presos son el celador Luis Ojeda, también sordomudo; el asistente y monaguillo Jorge Bordón; y el jardinero Armando Gómez. Hay una monja prófuga que tiene pedido de captura internacional (ver "Una monja con pedido de captura").

 


Las denuncias a un lado y al otro del Atlántico tienen al mismo protagonista: Nicola Corradi. El sacerdote, llegó a Luján de Cuyo cuando tenía 50 años.

 


Algunas de las acusaciones que lo complican arriban desde Europa, como la de Gianni Bisoli, un italiano de 68 años que admitió haber sido abusado a los 11 por Corradi en el instituto Próvolo de Verona, pero a él se le suman los casos de Luján de Cuyo, que permitieron establecer la conexión entre las distintas sedes.

 


A sus 25 años, Corradi  (hoy tiene 82) y otros religiosos en Italia incurrieron en violaciones, masturbaciones obligadas y relaciones de sodomía cometidas en los dormitorios y baños, según las denuncias y los testimonios.

 


"Escogían a niños que no podían comunicarse bien con sus padres", explica una de las víctimas de los abusos, en el documental "La presa. Silencio en el nombre de Dios" que se realizó en el 2013 por Hispan TV.

 


Además, tras una investigación del medio italiano L´Espresso, un cura del instituto de Verona, que pidió mantener el anonimato a cambio de su testimonio, admitió haber abusado de los menores "unas dos o tres veces por mes", detalló.

 


"Cuando Nicola nos veía ir al baño, nos venía a buscar. Nos tocaba y nos obligaba a hacérselo a él. Yo me paralizaba y me ponía colorado", relató Bisoli desde Italia, tras conocerse sobre la detención del sacerdote de 82 años en Mendoza.

 


Las nuevas denuncias y acusaciones por los casos ocurridos en Mendoza, pusieron en el candelero el nombre de Corradi, y al desandar sus pasos y su llegada a la Argentina, el vínculo entre las sedes y el intento por cubrir los abusos.

 


Los delitos cometidos en Italia habían sido denunciados en 2016 en la Conferencia Anual de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico realizada en Washington, donde entre los nombres de los sacerdotes acusados de abuso que habían llegado a la Argentina, figura Corradi. En la actualidad, el cura recibió el beneficio de la prisión domiciliaria.

 


La Justicia accedió al pedido del abogado del religioso, Pablo Kletzl, quien utilizó de argumento la avanzada edad y problemas de salud de su defendido para solicitar el beneficio. El otro cura acusado, Horacio Hugo Corbacho, era profesor de Teología y oriundo de Castelar, Buenos Aires, donde nació el 8 de abril de 1960.

 


Está en Mendoza desde 2001. La comunidad del colegio lo conoce como “El Padre Horacio”y decían que era un buen cura.

 



Una monja con pedido de captura

 


La Justicia ordenó el pedido de captura internacional de la monja japonesa Kosaka Kumiko, quien se encontraría en Paraguay. La religiosa fue mencionada en el testimonio de una adolescente de 17 años que declaró haber sido violada cuando tenía cinco años por el cura Horacio Corbacho (56), detenido en el penal de Boulogne Sur Mer desde fines de noviembre del año pasado.

 


A Kumiko se la imputaría por participación primaria en abuso sexual agravado, una imputación más severa que el simple encubrimiento. El abogado de las víctimas, Sergio Salinas, explicó que de los testimonios se desprende que la monja era la encargada de "tantear" a los chicos, para identificar a los más sumisos que luego terminaban siendo abusados.

 

A raíz de estos nuevos testimonios, podrían ser detenidas más personas que  contribuyeron con los abusos.

 

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