Homero Simpson y el prototipo general del hombre

Tiene el nombre de un histórico personaje de la filosofía griega pero éste es perezoso, estúpido y de buen corazón (en el fondo). Homero Simpson encarna el prototipo general del hombre.

Uno podría preguntarse: “¿Cómo queda Homero ante una evaluación ética?”. La respuesta: no es mala persona, aunque no sea un modelo de virtud, tampoco es malévolo. Quizás unas de las reacciones que podemos experimentar, la más extrema, sea la de lástima; y por dos motivos.

El primero es que su educación deja bastante que desear. Para empezar, creció en Springfield, una ciudad cuyos habitantes —con la rara excepción de Lisa— poseen serios problemas de carácter, que van de la estupidez a la malevolencia, pasando por la sencilla ineptitud y la completa ignorancia sobre cómo funciona el mundo (y esto se puede aplicar incluso a Marge, que si bien, al igual que Lisa, puede resultar excepcional entre los habitantes de Springfield, no deja de ser convencional y a menudo carece de espíritu crítico).

Por eso un grupo de filósofos americanos consideran que “crecer en un entorno como éste puede ser nocivo para la formación del carácter y las facultades intelectuales. Ser educado en un ambiente sano es uno de los presupuestos de base del proyecto aristotélico expuesto en la Política”.

“Los Simpson es uno de los artefactos culturales más grandes del mundo y están repletos de enseñanzas filosóficas. El ideario de grandes pensadores como Aristóteles, Kant, Marx y Camus está representado en una de las formas más puras de existencia: los dibujos animados”, opinan en la Universidad de Glasgow, para enseñar filosofía de la mano del producto creado por Matt Groening.

El pensador griego Sócrates dijo: “Cásate: si por casualidad das con una buena mujer, serás feliz; si no, te volverás filósofo”. Homero parece que lo consiguió con la esposa que le dio tres hijos.

El psicólogo, Alberto Jaimez, considera que los hombres ya son como este personaje gordinflón y que nos gratificamos de verlo porque tiene gestos que nos identifica. “Rechazamos su conducta pero en el fondo nos identificamos con sus locuras”, opina. Explica que esto se debe a la diferencia de género y que sólo pasa en el masculino. “La mujer esta aferrada a la moral y la buena conducta”, agrega.

Prueba de su exposición es el personaje de Marge. “La mujer es más responsable y el hombre más irresponsable”, sentencia el psicólogo sobre la actitud de cada uno. Es cierto que la madre de la familia tiene sus flaquezas, es quien le pone un parámetro a la moralidad para solventar los problemas que se le presentan a los Simpson.

Más allá de maravillosos momentos absurdos, la serie no ofrece un pensamiento coherente ni exige mayor justicia. Entonces, por ese ambiente, no deberíamos sentirnos identificados con un personaje inconexo. Pero lamentablemente  es así y lo hacemos.