El Braford encuentra su norte en el sur puntano

A unos mil kilómetros de la zona donde alcanzó su máximo potencial, la hacienda Bradord encontró otro de su norte. Desde hace diez años, los toros y vaquillonas de la raza que cría Compañía General de Hacienda salen desde el sur de San Luis a conquistar los campos de la provincia y la región, donde también se sienten y se mueven como en su casa. La firma volvió a rematar sus reproductores en Buena Esperanza, bajo el martillo de la consignataria Alfredo S. Mondino, y puso sobre la pista varias décadas de un intenso trabajo genético para adaptar estos animales a las condiciones de los campos puntanos. Los productores, pese al duro momento económico, respondieron con buenas ofertas que sostuvieron los promedios.

Hay un dato específico que grafica la importancia de la cabaña para la expansión de este tipo de hacienda en estas coordenadas del territorio nacional: el suyo es uno de los pocos, quizás el único, remate exclusivo de la raza que se hace por fuera del norte del país. “Nosotros apostamos muy fuerte al Braford y se está vendiendo mucho en la zona, sigue penetrando y mostrando sus cualidades”, afirmó Carlos Noguera, una de las cabezas de la empresa.

Hay más de 400 cabañas registradas en la Asociación Argentina de Braford. La gran mayoría está repartida en provincias como Buenos Aires,  Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Santiago del Estero y Santa Fe, y solo hay cinco anotadas en San Luis.

Desde hace un poco más de veinte años, la familia Noguera trajo la mejor genética del norte del país y desembarcó en el sur puntano para adaptar sus animales a un nuevo hábitat, donde los suelos son duros y el clima es seco. Actualmente cuentan con dos campos contiguos en el Departamento Dupuy, con una gran superficie de monte y la vegetación típica de la zona. Allí, sus toros y vacas completan su ciclo ganadero. Los reproductores nacen en la estancia "Las Isletas" y se recrían con la ayuda de pasturas de verano y verdeos de invierno, mientras que la terminación comercial la realizan en "San Juan del Tastú".

Calidad en la pista

Los 484 toros y vaquillonas que salieron a la pista en la subasta especial fueron el reflejo fiel de ese arduo trabajo y de la larga apuesta por adaptar los rodeos a estas latitudes. Gran estado corporal, un notable vigor y una increíble soltura para moverse a pesar de su tamaño, fueron algunas de las características que exhibieron ante la mirada siempre clínica de los clientes.

El predio ferial que se levanta a orillas de la autopista Nº 55, antes de llegar a la localidad de Buena Esperanza, lució casi repleto aún cuando las perspectivas económicas del país no son las mejores, otro signo que evidencia la importancia del remate en la región.

Las tranqueras se abrieron antes del mediodía y un viento insistente despeinó a los que se acercaron a los corrales para anotar su lote o ejemplar preferido. Los bovinos, en cambio, no parecieron inmutarse antes las continuas correntadas y se mantuvieron majestuosos bajo la tibieza del sol de octubre.

Como es habitual, la jornada comenzó con el almuerzo al mejor estilo de Compañía General de Hacienda: los comensales de pie y los manjares sobre la barra. El menú incluyó pierna de cordero, empanadas fritas, choripanes, compoteras con ensaladas y hasta huevos enteros cocidos para degustar con las manos. Estómago lleno y a los negocios.

Un rato después de las 14, los anfitriones se subieron al estrado y dieron la bienvenida a los presentes. Uno de los que tomó el micrófono fue Alfredo Mondino, titular de la consignataria cordobesa que lleva su nombre, quien alentó a los compradores a invertir en genética. “No somos economistas, por eso no podemos hablar de otra cosa que no sea de toros y vacas. La hacienda ha quedado muy retrasada con respecto a otros productos del campo, como la soja o el maíz. Ésta es la oportunidad para hacer buenos negocios”, motivó.

Aún en tiempos de incertidumbre económica, los ganaderos mostraron su perfil solidario y hubo una ronda de donaciones para la escuela rural del paraje La Angelina, a la que asisten los hijos de muchos habitantes de la zona. Como si eso fuera poco, la firma organizadora remató una majada de diez ovejas con cría y le cedió las ganancias al colegio. Más adelante hubo otro gesto de ayuda, pero que fue en beneficio de la reconstrucción de la iglesia de Buena Esperanza, que hace unos años sufrió los avatares del paso del tiempo y se desmoronó.

Cuando finalmente iniciaron las ventas, los primeros en salir fueron 60 toros clasificados como "Registrados", en lotes de tres. Roberto Mondino, encargado de dirigir la subasta, la definió como una torada "soberbia". Y rápidamente por la elección inicial se pagó el precio más alto de toda la jornada. Fueron $82.000 por un hijo de "Cholo", de 835 kilos y 42 centímetros de circunferencia escrotal. Otros valores elevados estuvieron en el nivel de los $75.000, $72.000 y $70.000. En la otra punta de la tabla, las ofertas más bajas fueron de $45.000, por lo que el promedio final se estableció en $54.810.

Claudio Fioretti, quien desde comienzos del año ejerce como asesor genético en reemplazo del ya retirado Ignacio Corti Maderna, dio una descripción detallada del encierre de machos. “Se vio una calidad muy acorde a la zona, de hacienda hecha acá en la provincia en zonas extensivas. Un animal rústico de muy buena conformación, muy parejo, muy correcto de prepucio y una camiseta racial ideal. Registraron muy buen peso, con casi 800 kilos y 40 centímetros de circunferencia escrotal en promedio para ejemplares que tienen menos de tres años".

Pero la característica que más ponderó el genetista fue la precocidad de los toros puntanos. "Es un aspecto al que la ganadería tiene que empezar a prestarle mucha más atención para sacar las categorías improductivas lo antes posible, para en definitiva poder facturar y ganar dinero", aconsejó.

Sostuvo que el Braford criado en suelos puntanos "tiene la rusticidad que necesita, con peleche temprano, una actividad sexual muy manifiesta y un buen dimorfismo (los toros son bien machos y las vacas bien femeninas)", y por eso la raza funciona perfectamente en la provincia. "En San Luis hay campos con muchísimo potencial. El Braford complementa muy bien al Hereford y cruza muy bien con el Angus, y lo que viene a aportar es la rusticidad", dijo.

Cuando llegó el turno de los vientres, Roberto Mondino insistió en la importancia de sumar madres a los rodeos, una categoría que viene siendo un poco más resistida en varios remates. "Hemos pasado una de las peores sequías de las últimas décadas. Van a faltar vientres y los van a salir a buscar, éste es el momento para invertir y agrandar los planteles", manifestó.

Fioretti, por su parte, dio una clara definición para pensar la ganadería como motor económico. "Éste es el último rincón donde se pueden comprar dólares baratos”, planteó. Luego, para la revista El Campo, reflexionó: "Quien compró madres hizo un muy buen negocio desde todo punto de vista, porque la calidad era muy buena, pero también porque todos sabemos cuánto vale hacer un vientre de calidad. Quien tuvo la posibilidad de incorporar, tiene gran parte de la historia ganadera armada, ya sea para reforzar un plantel o para armar algo nuevo".

Hubo dos categorías en la subasta. Por un lado, hembras con garantía de preñez, servidas de forma natural y con parición estimada en otoño, entre marzo y abril. Y por el otro, las vaquillonas para entorar. Para incentivar la venta, la cabaña ofreció 50 dosis de semen de su toro "Cholo" de regalo para quien se llevara un lote completo.

De esa manera, pasaron 274 vaquillonas preñadas, inmunizadas y controladas que se ofertaron separadas, de a veinte ejemplares. La gama de precios no fue tan amplia como la de los toros y rondaron entre los $21.000 y los $26.500. Las vaquillonas sin servicio fueron 150, con precios que finalmente promediaron los $16.150.

Fueron menos de dos horas de subasta y si bien los valores no se elevaron demasiado respecto a los del año pasado (los toros habían promediado casi $51.000), los organizadores sostuvieron que hay un retraso general y se fueron muy conformes con el resultado. "Están erráticas las ventas en el país, en algunos lugares más que en otros. Pero con los plazos que dimos y el flete gratuito hasta 350 kilómetros, el trabajo de la consignataria y la calidad de la hacienda, salieron muy bien y cumplieron las expectativas", analizó Noguera.

El cabañero afirmó que confían en que las perspectivas económicas serán buenas para la ganadería. "La exportación y la apertura del tipo de cambio le hicieron bien a la actividad y le van a hacer mejor aún. Eso está presionando y el mercado chino es muy pujante. Se notó porque en un año difícil en general, para la ganadería no fue malo", dijo.

Y sobre todo, volvió a destacar a San Luis como plaza ganadera en constante crecimiento. "La provincia va para adelante, siempre apoya la producción y nos sentimos muy contentos y a gusto acá. Para nosotros nuestro remate es una fiesta, un lugar para encontrarnos, ponernos al día, intercambiar opiniones y experiencias sobre cómo viene cada uno peleando en lo suyo", valoró.

Siguen los remates

El de Compañía General de Hacienda fue el primero de reproductores que “Alfredo S. Mondino” condujo en San Luis en lo que va del año, en un calendario al que todavía le quedan varias fechas importantes.

Por lo pronto, el jueves pasado la empresa se encargó de las ventas de la cabaña Don Benjamín en la Sociedad Rural de Huinca Renancó, en la provincia de Córdoba. Había 500 reproductores disponibles, entre Aberdeen Angus y Polled Hereford, en una subasta en la que siempre hay gran participación de los productores puntanos, ya que también cotizan alto los vientres.

La siguiente cita en San Luis será el viernes 19 en Nueva Galia, en los campos de Garruchos Agropecuaria. Bajo el sello de la cabaña “Los Murmullos” ofrecerán 1.000 animales de la misma raza. Más tarde, el viernes 2 de noviembre, se trasladarán hasta Batavia para la subasta de “La Paz de Werthein". Saldrán 550 toros y vaquillonas.