Comenzó la colocación de 92 pantallas solares en parajes

El Plan Mi Energía Rural, que entrega pantallas solares a familias que no cuentan con energía eléctrica, ya finalizó la primera etapa dibujando sonrisas en 26 familias del Departamento Pringles, el territorio que tenía más inscriptos. La actividad continuará ahora en San Martín, donde otras 10 casas esperan la llegada de la energía y así seguirán los equipos del Programa Producción Agropecuaria y Arraigo Rural hasta completar los nueve departamentos. En total, instalarán 92 pantallas solares que servirán para mejorar la calidad de vida de los habitantes de los parajes más lejanos de San Luis.

En Pringles, los beneficiarios están distribuidos entre La Carolina, La Bajada, Pozo Juan Gómez, El Durazno, Paso del Rey, el paraje Cumbre Blanca, El Vinagrillo, Inti Huasi, El Arenal, Valle de Pancanta, Cañada de Guzmán, Pampa de la Invernada y Cerros Largos. En tanto que en San Martín visitarán las localidades de Potrerillos, Las Chacras, Las Vertientes, Comederos, Las Lagunas, Puertas del Sol y Los Piquillines. Serán viajes largos y extenuantes por las alturas serranas del cordón central de San Luis. Además de la entrega, un equipo contratado por el Ministerio se encarga de la instalación.

El kit está compuesto de un panel solar de 130 watts, un regulador, un inversor a 220 voltios que sirve para cargar un celular o la radio, una batería de ciclo profundo y hasta cinco luminarias LED para cubrir la vivienda. Con la pantalla se puede ver televisión, lo recomendable es que sea con tecnología LED y no más grande que los de 21 pulgadas.

“La idea es siempre la misma, ir de la periferia al centro, ayudando a los que menos tienen”, aseguró Miguel Rodríguez, el jefe del área Arraigo Rural, quien está a cargo de los relevamientos y las entregas, siguiendo un criterio de necesidad. “Tenemos prioridades, más allá del listado general de beneficiarios. En las visitas comprobamos que había gente que necesitaba la energía de manera urgente. Eso nos lleva a que a veces hagamos algunas reasignaciones de pantallas, porque vemos familias que ya tienen luz, entonces primero atendemos a los que carecen de todo tipo de energía”, agregó el funcionario.

Pero la misión va más allá de las pantallas. “En paralelo a las entregas, seguimos con el trabajo de arraigo, que incluye los relevamientos, la identificación de cada uno de los casos y la recepción de los pedidos para hacer el desglose por departamento. Siempre chequeamos que la necesidad sea real, que la gente viva en el lugar para el cual pidió la pantalla y que no sean puesteros de productores medianos o grandes, ellos tienen que pedirle la energía a sus patrones”, reconoció Rodríguez.

Un trabajo integral

Una característica del Programa Producción Agropecuaria es hacer un trabajo integral. “Yo relevo pantallas y, por ejemplo, veo si tienen heladera solar; pero también les pregunto si le hicieron la sanidad a las majadas de cabras y ovejas, si tienen toros para incluirlos en el plan de saneamiento y reposición, veo si cuentan con agua para hacer una huerta y si es así que el responsable les acerque semillas. Y todas las áreas hacen lo mismo, así ajustamos los costos, disminuimos la cantidad de viajes, hacemos un trabajo en equipo y aprovechamos cada recurso que tenemos”, describió el jefe del área Arraigo Rural.

El concepto de urgencia se aplica a todos los beneficios del Ministerio del Campo. “A mí me pasa con las heladeras solares. Nos ha pasado de encontrar gente diabética que vive en el medio de las sierras y necesita mantener la insulina refrigerada. Entonces es muy posible que la reciban primero que otro que se había anotado antes. Siempre respetamos los listados de inscriptos, pero hay que tener en cuenta los casos extremos”, aseguró.

Otro tema en el que está trabajando Rodríguez es en la recuperación de pantallas. “Tenemos beneficiarios que la recibieron hace 10 años y ahora hace 5 que ya tienen luz. Esas pantallas las sacamos y las reparamos para volverlas a asignar. Ya recuperamos 34 y tienen nuevo dueño unas 15. El ahorro es grande: un equipo completo sale 47 mil pesos, y con 15 mil las dejamos como nuevas”, contó Rodríguez, quien reconoció que algunos se ponen “rebeldes” y no quieren perder el beneficio por si un día se les corta la luz. “A esos vecinos siempre les digo que es mejor, o menos peor, estar tres días sin luz que toda una vida”.