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Este año se fugaron menos adolescentes de sus hogares

En la Comisaría del Menor se denunciaron sesenta búsquedas de paradero. En el 2017 habían sido casi cien.  

Por redacción
| 26 de diciembre de 2018
De vuelta. Los menores regresan a sus hogares dentro de las 72 horas de iniciada la búsqueda. Foto: El Diario.

Este año se registraron 60 pedidos de paradero en la Comisaría del Menor, 47 referidos a mujeres y 13 correspondieron a varones, un número sensiblemente menor que el año pasado cuando por el mismo problema fueron 99 (62 chicas y 37 chicos) las denuncias recibidas en esa dependencia. La buena noticia es que todos regresaron a su domicilio dentro de las 72 horas de iniciada la búsqueda.

 

La subcomisario Sonia Miranda tiene 45 años, hace seis que se desempeña en esa comisaría y está a cargo de ella desde octubre. Contó que “la mayoría de los paraderos de este año fueron reincidentes, por lo que a la segunda o tercera vez los padres ya no vinieron a registrar la denuncia porque el chico o la chica volvió a la casa por su propia voluntad”.

 

Además la jefa policial contó que trabajaron de forma diferente con este tema: “Este año comprometimos más a los padres,  porque a la segunda vez que el chico se va de la casa, no denunciamos su paradero sino que junto con ellos salimos a buscarlos a los posibles lugares donde podían estar alojados. Tuvimos suerte de que los encontramos gracias a los datos precisos que recabamos durante ese recorrido. Por eso en vez de asentar un paradero, hicimos un 'comunica situación', para que quede registrada la búsqueda,  pero sin necesidad de poner en marcha todo el procedimiento judicial”.

 

El motivo por el cual los adolescentes deciden irse de su casa es siempre el mismo: conflictos familiares. Según Miranda “los menores tienen una alta resistencia a los límites que les imponen sus padres, aparte de los conflictos intrafamiliares que tienen cada uno de ellos. En general se ven padres ausentes, matrimonios separados y chicos que ya tienen naturalizada la posibilidad de irse de sus casas cuando se tensa la relación con sus tutores. Incluso hay chicos que se van por un día y vuelven solos a las 24 horas”. También dijo que en los casos más graves “se nota un abandono emocional por parte de sus tutores y vivencias familiares de mayor riesgo”. 

 

Pero aclaró que “todavía hay un número importante, sobre todo de mujeres adolescentes, donde se debe recabar mucha información para encontrarlas. Además  siempre resguardan el lugar donde estuvieron para poder ir otra vez en caso de que tengan que recurrir a eso”. Las edades de los chicos a los que hubo que salir a buscar van de los 12 a los 17 años, aunque los más recurrentes son entre los 14 y los 16.   

 

En cambio hubo un importante aumento respecto del año pasado de adolescentes alojados en la comisaría: 1.042 se registraron hasta el 19 de diciembre, mientras que el año pasado fueron 994. Según los registros aportados por la subcomisario, en lo que va del año 398 fueron por causas, es decir por haber cometido algún delito o contravención; mientras que 644 se los encontró en “situación de calle”. Para el año pasado estos números fueron: 392 con causas y 602 merodeando las calles. Un cuadro casi exacto, lo cual Miranda destacó como “una situación que se repite porque la mayoría de estos chicos son reincidentes”.

 

El hecho de que muchos menores estén solos en las calles o en grupos, es lo que más les preocupa a los integrantes de la comisaría: “Lo que más encontramos son chicos solos deambulando por las calles y algunos que están con otros de su misma edad o un poco más grandes; pero siempre menores de 18 años”.

 

Señaló que detienen a muchos adolescentes cuando realizan operativos de tránsito. “Este año detectamos varios menores de edad que andaban en motos y sin los papeles reglamentarios. A muchos de esos chicos no los llevamos a la comisaría porque contactamos a sus padres rápidamente para que los lleven de regreso a casa”, afirmó.

 

En cambio es distinto el procedimiento cuando les lleva más tiempo ubicar a los tutores: “En esos casos tenemos que darle entrada al chico y queda registrado en nuestros libros. Pero en todos los casos los contabilizamos como situación de calle”. También comentó que donde más menores deben registrar es “cuando se encuentran en la vía pública dos grupos de jóvenes y comienzan a pelearse. Si no hay ningún lesionado y no se produjo ningún tipo de daño; se traslada a ambos grupos hasta la dependencia para que sean retirados por sus padres”.

 

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