14°SAN LUIS - Jueves 18 de Abril de 2024

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En el caso del trigo, sin retenciones se recauda más

Un análisis elaborado por el Departamento Económico de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) da cuenta de la importancia que tendrá la producción de trigo de la campaña 2018/2019 en la economía nacional, provincial y en cada pueblo de la Argentina.

 

Entender la contribución de la cadena triguera a la economía argentina se vuelve fundamental en un contexto donde la incertidumbre en materia de política agropecuaria y las complicaciones financieras para el productor son absolutamente reales. Por eso, el trabajo de la Bolsa de Cereales, además de echar luz sobre una actualidad complicada, pone en evidencia la importancia de un cultivo pujante, que promete volver a impulsar los números del productor en la primera parte del año próximo.

 

El objetivo central del trabajo de la BCBA es estimar el Producto Bruto Triguero, es decir el valor agregado generado por cada uno de los eslabones de la cadena para la campaña 2018/19. Además, el interesante análisis de la institución compara estas proyecciones con los niveles alcanzados durante la campaña 2015/16, destacando los impactos positivos de la eliminación de derechos y restricciones a las exportaciones del cereal.

 

El primer punto a destacar es que en los últimos años el producto bruto de la cadena registró crecimiento. El motivo inicial a considerar para evaluar esta situación se encuentra asociado a la eliminación de las retenciones y de los registros de exportación (ROES). Esto generó un aumento del precio doméstico del trigo, resultando en una significativa mejora de la relación insumo-producto a partir de la campaña 2016/17. Entonces, ante un escenario de mejores precios relativos, la respuesta inmediata de los productores fue la de incrementar el área de siembra y la inversión en tecnología. En tanto que la eliminación de los ROES agilizó el funcionamiento de la comercialización, que se vio reflejado en un notable incremento de las cantidades exportadas y de los destinos de esas ventas al exterior.

 

Entonces, así tuvimos una primera etapa donde las mejoras en términos de política agropecuaria incrementaron la superficie implantada y la mayor adopción de tecnología. Situación que resultó en un aumento de la producción, las exportaciones, el ingreso de divisas, la recaudación fiscal y en un crecimiento del producto bruto de la cadena.

 

Para llegar a la conclusión que presentaremos más adelante sobre el incremento del producto bruto en la cadena de valor de trigo, la Bolsa de Cereales simuló las campañas 2015/16, 2016/17, 2017/18 y 2018/19. El modelo reestima las cuentas de producción de más de veinte eslabones individuales, así como sus interrelaciones de compra-venta y los flujos de bienes y servicios entre ellas.

 

Esta herramienta arroja resultados para variables relevantes como Valor Agregado, Valor Bruto de Producción y recaudación fiscal; permitiendo calcular el impacto neto en la recaudación fiscal de una reducción o quita de las alícuotas de derechos de exportación.

 

En este contexto, el estudio abarca a todas las regiones productoras del país y a los diferentes eslabones: la industria semillera, la de producción de fertilizantes y agroquímicos, la producción primaria de granos, el transporte de cargas, los servicios técnicos, de acopio, contratistas y de exportación, y la industria de primera transformación (molienda).

 

 

Qué esperar de la próxima campaña

 

Analizando los incentivos que recibe el productor triguero, al comparar durante el último año la evolución de los precios del trigo y de los insumos más representativos, puede observarse que el precio del cereal se incrementó en un porcentaje significativamente mayor.

 

En consecuencia, la relación Insumo-Producto durante la presente precampaña triguera muestra una significativa mejora respecto de la relación vigente durante la precampaña anterior (17/18). En promedio, el productor necesitará un 25% menos de cereal este año para comprar la misma cantidad de insumos que durante el ciclo pasado. Este dato es fundamentalmente positivo, porque al cubrir sus costos con un menor volumen de granos, el productor se ve incentivado a aumentar el área sembrada y la inversión en tecnología.

 

Además, el panorama se completa con la importante mejora que experimentaron los precios del trigo a cosecha producto de una fuerte demanda internacional. Si miramos los números, observaremos que durante los meses de marzo-abril, la cotización Enero/19 del Mercado a Término de Buenos Aires (MATba) estaba, en promedio, un 20% por encima de lo que cotizaba la posición Enero/18 durante el mismo período del año anterior.

 

Las señales de precios que da el mercado para la nueva campaña, sumadas a la necesidad de los productores de obtener ingresos para sobreponerse a los impactos negativos de la sequía y financiar la próxima campaña de granos gruesos, generan un contexto positivo desde el punto de vista económico para la siembra del cereal.

 

Bajo un escenario climático favorable, el estudio de la Bolsa estima que durante el presente ciclo productivo el área sembrada con trigo a nivel nacional podría llegar a 6,1 millones de hectáreas, con un incremento en la tecnología aplicada por los agricultores que permitiría alcanzar una producción récord de 19,1 millones de toneladas. Generando además un aumento potencial de la molienda y de las exportaciones.

 

Ante este escenario, el Producto Bruto Triguero 2018/19 alcanzaría los 3.591 millones de dólares. Número que representa un 33% por encima de los 2.704 millones de la campaña pasada. Este crecimiento estaría explicado tanto por el aumento del área sembrada y la producción, cómo por el incremento de los precios.

 

En este punto, también para llegar a esta estimación, se debe destacar la inversión del sector primario, el cual se espera que desembolse un total de 2.100 millones de dólares, lo que representaría un incremento de 15,4% respecto del ciclo anterior.

 

Por otra parte, al contemplar la distribución del valor agregado entre los distintos eslabones de la cadena, la Bolsa observa que el 33% correspondería a las remuneraciones al productor y la tierra, el 18% a la molienda y el 20% a impuestos. El porcentaje restante quedaría en manos de transporte, comercialización, y proveedores de insumos y servicios.

 

En este contexto, la facturación total de la Cadena podría superar los 5 mil millones de dólares, en tanto que la recaudación fiscal alcanzaría los U$S725 millones, incrementándose un 19% respecto de lo recaudado en la campaña 2017/18.

 

Por el lado de las exportaciones, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estima que se podría generar un incremento interanual del 23%, alcanzando de esta manera los 3 mil millones de dólares. La composición de estas exportaciones se repartiría en un 90% granos y un 10% harina.

 

 

Los números de la cadena en los últimos años

 

Si comparamos los valores proyectados para la campaña nueva con los obtenidos durante la campaña 2015/16 (todavía con ROES y retenciones) los números son muy interesantes y demuestran la importancia de legislar de manera adecuada en materia de política agropecuaria.

 

Desde el cambio de gobierno, si las proyecciones actuales se sostienen, el Producto Bruto del Trigo crecería un 132%, duplicando la participación de la Cadena en el PBI nacional, que pasaría del 0,27% al 0,54% en 2018/19. De esta manera, en sólo tres campañas la cadena sumaría más de 2 mil millones de dólares de valor agregado a la economía del país. En tanto que el valor exportado se incrementaría un 67% entre estas campañas, aportando casi 1.200 millones de dólares adicionales a la generación neta de divisas.

 

Finalmente, uno de los aspectos más importantes a destacar tiene que ver con el incremento de la recaudación fiscal. Bajo el esquema normativo anterior, los ingresos fiscales alcanzaron los 526 millones de dólares, con los derechos de exportación explicando el 48% de ese número.

 

Para la campaña 2018/19, ya sin retenciones, se espera una recaudación de 725 millones de dólares, lo que supone un aumento del 29% respecto de la campaña 2015/16. Resultado que refleja el incremento de la actividad y, en consecuencia, de la base imponible. De esta manera, la recaudación de otros impuestos menos distorsivos que las retenciones compensa, con creces, los ingresos al fisco nacional.

 

A modo de reflexión, lo primero que debemos volver a destacar es la ya sabida, pero no por eso menos importante, respuesta favorable de la cadena triguera al esquema de incentivos dado por la eliminación de derechos y restricciones a las exportaciones. Es decir, cuando la política agropecuaria es la acertada, el campo responde y el trigo es un claro ejemplo.

 

Entonces, de no mediar ningún imponderable demasiado significativo, el resultado final es lo que ya explicamos más arriba. Una campaña con un área sembrada de 6,1 millones de hectáreas, una producción de 19,1 millones de toneladas, un producto bruto triguero en torno a los 3.600 millones de dólares, exportaciones creciendo en un 23%, la recaudación subiendo en un 20% y un nivel total de facturación que podría alcanzar los 5 mil millones de dólares. Lo que  redunda una mayor participación de la cadena triguera en el PBI total de la economía argentina.

 

Pero no todo se trata de números, el crecimiento de la cadena triguera o de cualquier cadena ligada al sector agropecuario, además de ingresos y recaudación genera trabajo, desarrollo y arraigo en todo el territorio nacional. Un valor no menor, pero que muchas veces es pasado por alto.

 

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