Viviendas Productivas: robos y daños alarman a los vecinos

Los vidrios rotos, ya sea por vandalismo o por los daños que producen los ladrones, se han convertido en el paisaje habitual de las casas y locales del barrio 272 Viviendas Productivas, al norte de la ciudad de San Luis. Así lo explican los vecinos que dialogaron ayer con El Diario, preocupados por la reiteración de estos hechos y porque la mayoría de esos casos no son esclarecidos por la Policía, según afirman. 

El robo más reciente fue anteayer, y lo sufrió Romina Clemente. Su propiedad está en la manzana 75, en donde pensaba inaugurar, en los primeros días de setiembre, una sala de spinning. Pero le llevaron todo. “Con el de ayer –por el sábado– ya van seis veces que me roban en el local. Las primeras cuatro fueron seguido, a poco de que me dieran casa. Antes tuve cotillón, regalería. Me han desmantelado negocios enteros, me han llevado computadora, balanzas electrónicas nuevas, que aún estaba pagando”, aseveró. 

Ella y su marido iniciaron ahora el emprendimiento del gimnasio y esperaban que en estos días fuera un diseñador gráfico, para plotear los vidrios. Antes de que eso sucediera, se los rompieron. Supuso que los delincuentes lo hicieron para poder saber qué había adentro. 

“Al día siguiente volvieron a las 13:15, aproximadamente. Mientras yo cocinaba en mi casa, en la parte de adelante, rompieron un vidrio de la puerta y, como había quedado la llave puesta, abrieron y se llevaron dos computadoras, un equipo de sonido que nos costó como seis mil pesos, mancuernas, pesas, colchonetas, barras, todo. A las máquinas de spinning las tengo adelante. Igualmente, para poder llevárselas tendrían que haber venido con vehículo, porque pesan como cien kilos”, calculó. 

"Se llevaron casi 100 mil pesos. Me dieron una paliza. Me reventaron los pies a pisotones. Fue el inicio de los problemas de salud que tengo en la actualidad", dijo Mónica Nogueiras.

 

En todas las oportunidades, hizo la denuncia, dijo la vecina. Pero ninguna de las veces la Policía tuvo novedades de las cosas que le sustrajeron. “Pedí el crédito que le daban a Jóvenes Empresas. Cada vez que quise poner algo, me robaron. Me sacaron todo. La plata que invertí acá, me la robaron. Me fundieron. Ahora tengo una deuda. Y nunca nadie se acercó para solidarizarse, a darme una mano para arrancar de nuevo. No se hacen cargo de la inseguridad”, manifestó. 
Romina pide que analicen las cámaras, para ver si de allí surge alguna pista de los autores. A pesar de que el hecho fue a plena luz del día, “nadie vio nada”, lamentó. 
Roxana Pérez tiene un conservatorio de música en la misma manzana, la 75, a metros del local de Romina. El mes pasado, para las vacaciones de julio, sufrió la rotura de uno de los vidrios de la puerta de entrada 
El hecho de que haya colocado detrás de la puerta una lavarropas en desuso quizás impidió que los amigos de lo ajeno pudieran ingresar. “Lo tengo para trabar, es mi seguridad”, contó Roxana, de 39 años, quien vive en el barrio casi desde que lo inauguraron, en 2011. 

Entre los instrumentos con los que enseña hay un piano digital que, por las dudas, no deja nunca en el salón. Tras la clase, lo lleva y guarda en su casa. 
Según Roxana, hasta antes de que empezaran a poblarse las inmediaciones, el 272 Viviendas era un sector tranquilo. “Pero nos han llegado comentarios de que en otros barrios próximos hay personas con antecedentes. Y empezó a llegar gente que primero venía y hacía daño, rayaba, rompía los timbres. Después, se robaba los focos y continuó con cosas más grandes”, refirió. 
En un grupo de WhatsApp de los vecinos, Roxana publicó lo de la rotura del vidrio. “Después, Fernanda, otra vecina, comentó que al albañil que le hacía la medianera le habían robado herramientas, y otra vecina, Soledad, contó que a ella también le habían roto vidrios. Todo eso pasó prácticamente el mismo día”, estimó. Algunos vecinos, cansados, han optado por clausurar las ventanas o colocar sobre ellas mallas metálicas. 
“La parte de los locales es tierra de nadie. Es la parte más vulnerable. Apenas hay luz. La Policía dice que no quiere pasar porque las calles no están en condiciones. Hablamos con la Municipalidad, para que asfaltaran esta partecita de los locales, y nos dijeron que no. A nadie le pertenece. Si bien no todos los vecinos trabajan en los salones, hay otros que sí tenemos emprendimientos, o que quieren tener, como Romina, y así no se puede”, expresó. 
En el grupo de WhatsApp, otra vecina, que se identificó como Silvana, de la manzana 83, mencionó que en lo reciente, han robado patentes de los autos que están en la vereda, a cualquier hora del día. “Yo dejé mi camioneta, una cuatro por cuatro, una noche en la puerta, porque no podía abrir el portón, y en cuestión de tres horas, cuando volví a salir, no tenía ninguna de las dos patentes. A mí, ahora el trámite me cuesta cinco mil pesos”, afirmó. Dijo que, por la misma fecha, varios vecinos sufrieron la sustracción de las chapas. E indicó que en una oportunidad encontraron a menores con bicicletas, en las que llevan las patentes precintadas. 
También contó que hace dos meses le abrieron el vehículo y le sustrajeron la cartera con documentación de ella y de sus hijas, además de chequeras, con las que han realizado compras fraudulentas de motos y vehículos. “Eso me ocasionó perjuicios. Es tierra de nadie (…) A ver si el Ministerio de Seguridad puede poner en marcha un plan de seguridad, porque nos propusieron un barrio productivo, y no se puede producir ni tener nada porque somos el blanco constante, diario, de los ladrones”, dijo.