“Estamos totalmente conmovidos”, contesta Alfredo Muchut cuando le preguntan cómo están él y su esposa, el día después de sufrir un asalto a mano armada en su casa del barrio Viviendas Productivas, en la zona norte de San Luis. Es comprensible, porque “fue un hecho terrible, espantoso”, dijo.
Los delincuentes se llevaron hasta un lechón que tenían en la heladera.
Fue el jueves a la mañana, alrededor de las siete. Él, que es empleado de la Justicia Federal y tiene en su domicilio un negocio de reparación y venta de computadoras, estaba saliendo hacia el trabajo. Su casa está a dos cuadras al oeste de la avenida Fuerza Aérea.
“Abrí el portón, me senté en el auto para darle marcha y se me apareció un hombre con un arma, yo no sabía qué hacer”, le contó a El Diario.
El delincuente tenía entre 25 y 30 años, calculó, aunque no está seguro porque “estaba medio tapado”. Empuñaba un revólver. La víctima lo sabe porque le vio el tambor.
Detrás de ese asaltante aparecieron dos más. “Cerraron el portón, lo rompieron, porque lo forzaron, y se metieron a casa”, narró Muchut. Su esposa ya estaba levantada porque se iba con él al centro.
Lo empujaron hacia el interior. “Cuando entré a mi casa me golpearon en la cabeza y me caí al piso”, contó Alfredo. Le provocaron una herida cortante de cinco centímetros en el cuero cabelludo. A su mujer también la obligaron a tirarse al suelo y los mantuvieron un rato así, pero después los llevaron al baño. No los ataron, pero uno de los delincuentes se quedó vigilándolos mientras los otros revolvían la casa en busca de objetos de valor.
“No nos resistimos porque, vos viste, uno no sabe cómo actuar, nunca me había pasado algo así ni me imaginaba que me iba a pasar”, describió el empleado judicial.
Por el acento, le pareció que los ladrones “eran de acá nomás, tipo villeros”. Mientras duró el asalto, les reiteraron la orden de que no los miraran y que no intentaran hacer nada.
Les robaron una notebook y una netbook con las que él trabaja, dos cámaras filmadoras del tipo “Action Cam”, un televisor, calzado de ella, auriculares. “Y, algo insólito, nos llevaron un chancho que teníamos en la heladera”, dijo Muchut.
Cargaron todo en el vehículo en el que habían llegado y escaparon. La víctima dijo que “por dichos de los vecinos, parecía ser un auto blanco, chiquito. Podría ser un Fiat 147, pero no está confirmado”.
Un vecino le contó a El Diario que otro habitante del barrio pasó minutos después de las siete por la plaza del Viviendas Productivas y vio la cochera de Muchut abierta y un Fiat 147 blanco con las balizas encendidas.
Unos días antes, una nena que iba a tomar el colectivo para ir a la escuela vio un auto similar, cerca de la parada, con tres personas adentro. “Dicen que han visto el auto antes, yo no lo sé, y no sé si (los ladrones) me habrán vigilado” los movimientos, contó el hombre que sufrió el asalto.
Alfredo y su esposa permanecieron en el baño. Recién cuando dejaron de escuchar ruidos en la casa y oyeron el motor del auto que arrancaba, salieron y llamaron a la Policía.
Una cámara de seguridad instalada en la avenida Fuerza Aérea registró la salida de un auto blanco que giró hacia el sur, en dirección al centro, y podría ser el de los delincuentes, “pero lo ha tomado de lejos y no se ve bien el modelo, ni se puede ver la patente”, informó ayer el jefe de la Comisaría 38ª, comisario Jorge Luis Flores.
Según los comentarios del vecindario, expresó, el vehículo en el que andaban los asaltantes “puede ser un Duna o un 147”.
Flores averiguó en las otras comisarías de la ciudad si habían recibido denuncias de hechos similares. Se enteró de que antenoche, en jurisdicción de la 39ª, del barrio Eva Perón II, hubo un robo a una vivienda en el que, si bien la modalidad no fue la misma del asalto en el Viviendas Productivas, habrían intervenido tres personas en un auto blanco, similar al de los ladrones que asaltaron a Muchut.
El comisario supone que los ladrones son de la ciudad. Su personal investiga el asalto con la colaboración de la división Investigaciones y el departamento Informaciones.
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