Exportaciones en alza, pe ro con precios en declive

En agosto, las exportaciones de carne vacuna alcanzaron las 79.000 toneladas res con hueso y así representaron el 29% del total producido ese mes, que sumó 270 mil toneladas. En tanto, en los últimos 12 meses la Argentina exportó 700 mil toneladas, y entre enero y agosto de 2019 el envío al extranjero acumuló 490 mil toneladas, lo que significó el 25% del total.

Son datos más que positivos, sobre todo si se comparan con el cierre de la gestión kirchnerista, cuando las ventas al extranjero de carne vacuna fueron menores a las 200 mil toneladas res con hueso. Hay que remontarse hasta 2005 para hallar en las estadísticas oficiales una participación similar del negocio exportador sobre la producción de carne vacuna.

La crisis en la producción porcina de China convierte a ese país en el mayor cliente de la Argentina. Los importadores ya no piden sólo carne de vaca, también llevan de novillos. Según el informe mensual de exportaciones del IPCVA, con destino a China entre enero y agosto se envió el 72% del total de la carne exportada. El incremento de las ventas a ese país en lo que va de 2019 fue de 102% interanual.

La crisis en el rodeo porcino de China es cada vez mayor y sus consecuencias tendrán efectos en el mercado de las carnes durante años, según diferentes analistas. El informe publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario, firmado por los analistas Bautista Gaggiotti y Franco Ramseyer, asegura que se espera “una reducción del 4% en la producción mundial de cerdos, con China liderando la caída a nivel global”, lo que será parcialmente compensado por el incremento en la producción de Estados Unidos y de Brasil.

En el caso China, si para enero de este año se estimaba un stock de 428 millones de cabezas, para fines de 2019 y según cálculos de Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), el recorte sería del 18%, lo que dejaría el stock en 350 millones de cerdos, el menor nivel desde 1980, con una reducción de 80 millones de animales.

Esta caída en el rodeo de cerdos del gigante asiático y la expansión que está demostrando esta enfermedad que parece de muy difícil control estarían asegurando una demanda sostenida de parte de los frigoríficos exportadores. Uno de ellos reconoció recientemente que un importador chino llegó a pedirle 50 contenedores de cuartos con hueso, con la intención de dar trabajo a los despostadores parados en el país de destino. Esto da cuenta de que el problema sanitario en la producción afecta no solo al abastecimiento de carne, sino que también reduce la utilización de la capacidad industrial y por consiguiente el mercado laboral.

Pese al incremento en las ventas al extranjero de carne vacuna, los precios de la hacienda no mejoraron. El novillo en octubre del año pasado, según las estadísticas que lleva el IPCVA, valía U$S2,40;  mientras que ahora cotiza U$S2,23 Es decir, bajó 8% en dólares en un año. Mientras tanto en Uruguay aumentó un dólar por kilo en ese mismo período.

En el caso de las vacas, que son las estrellas de la exportación, los empresarios argentinos destacan, especialmente en el caso de esta categoría, que si no fuera por la exportación el precio sería mucho más bajo y que probablemente se estaría hablando de una liquidación importante del rodeo, o al menos de crisis en la cría vacuna. Y es muy probable que así sea, pero eso no invalida el reclamo por mejores valores que hacen los productores. El precio por kilo en gancho en octubre del año pasado en nuestro país era de U$S2, y en igual mes de este año es de U$S1,90. Mientras tanto, en Uruguay, al igual que en el caso del novillo, también registró una mejora de un dólar hasta llegar a los U$S3,90 por kilo en gancho en el inicio de este mes.

Hay una clara diferencia en la matriz comercial entre ambos países. Uruguay exporta el 75/80% de lo que produce, mientras que en la Argentina la relación es la inversa. Pero eso no significa que la industria exportadora local no pueda pagar más por la hacienda, de hecho dicen estar moviéndose con cierta comodidad y que se pagan los precios que convalidan la relación entre la oferta y la demanda.

Al mismo tiempo hay que destacar que en el vecino país los exportadores, según declaran importantes analistas, tienen una capacidad industrial instalada superior a la oferta, lo que los lleva a pagar precios muy altos, los más caros del mundo: en la Unión Europea al inicio de octubre el novillo valía U$S3,90 por kilo en gancho; y en Estados Unidos y Japón, U$S3,70.

Se agrava la crisis del cuero

Empresarios de la industria frigorífica insistieron en busca de una solución a los problemas que se plantean con los subproductos ganaderos y con el incumplimiento de la promesa de quita de retenciones hecha por el presidente Mauricio Macri en diferentes reuniones de la Mesa de las Carnes.

Dicen los empresarios que el mejor cuero vale muy poco, apenas entre 8 y 9 pesos el de novillo o el de hacienda liviana, pero nada el de vacas y toros. Y que hay intermediarios que les cobran por el retiro de esos cueros, que luego los entierran bajo determinadas condiciones y a los efectos de evitar impactos ambientales. Claramente el tema merece la atención de las autoridades, es necesario encontrarle un destino a esos productos derivados de la faena ganadera por cuestiones ambientales, pero también económicas, ya que la caída en el ingreso de los frigoríficos deriva en traslado al precio de la carne y cuando no se puede porque la demanda no convalida subas, como está sucediendo en este momento, se ve presionado el valor de la hacienda.

El precio del capón

supera al del novillo

El precio del capón registra un importante incremento y de acuerdo con lo que resaltan analistas del sector y los informes en la última semana de septiembre, los precios máximos del capón tipificado fueron de $68,5, valor muy similar a los máximos logrados en el mercado ganadero por vaquillonas y novillitos. Pero además esa cotización del capón es mayor al promedio del novillo en ese período, que llegó a $64. 

Además, el precio del capón aumentó 69% en forma interanual, superando a la inflación, mientras que el precio de la hacienda vacuna pierde esa carrera. En efecto, los valores del ganado vacuno están frenados hace varios meses.

El valor del cerdo creció por un incremento del consumo derivado de la menor demanda de carne vacuna. Al menos eso indican los analistas del rubro. Por otro lado, hay en esta época del año una mayor demanda estacional de chacinados, pero más allá de eso claramente la carne de cerdo se ganó su espacio en la famosa mesa de los argentinos. La exportación juega un rol menor y si bien en términos porcentuales pegó un salto enorme, su participación en el negocio sigue siendo menor.

En el sector temen que el consumo no convalide en la góndola las subas que tuvo el cerdo, lo que podría afectar la evolución alcista de sus cotizaciones. Históricamente el precio de la carne porcina mantuvo una diferencia de 15/20% respecto de la vacuna. Esa brecha por ahora se mantiene, lo que significa que el aumento del valor de la hacienda lo está absorbiendo la industria y que a su vez mejoró el margen bruto de la producción.

Al respecto, esto dijo el ahora consultor Juan Luis Uccelli: “Cuando uno analiza el margen bruto de los últimos 17 años, fue cercano al 20%, lo que significa que fue el negocio que mejor rindió. Tuvo subas y bajas claramente, pero ese fue el promedio y esto anima a pensar que seguirá creciendo. Faltan líneas de créditos para invertir y el acomodamiento del IVA a las inversiones, que pasa a ser un costo  que no se recupera, pero la perspectiva es optimista”.