Caso Romina Aguilar: definirán si ordenan una pericia telefónica

Con todas las dudas que ayer, en una audiencia, pudieron despejar la Cámara del Crimen 1 de San Luis y las partes  sobre pericias telefónicas, el tribunal decidirá qué respuesta le dará a la defensa de Edivaldo De Oliveira Pereira, uno de los tres acusados por el asesinato de Romina Aguilar, ocurrido en enero de 2016. Los abogados del jockey brasilero solicitaron, por un lado, el entrecruzamiento de las llamadas que hubo entre 12 teléfonos y, por otro, hacer copia de los 724 discos compactos, en los que están guardadas las escuchas telefónicas que sustentan las sospechas sobre los tres detenidos, entre ellos el esposo de la víctima, el exintendente de La Calera Diego Lorenzetti, a quien consideran autor intelectual del crimen.

En esta audiencia preliminar y pública escucharon al comisario Marcelo Wanes, de la División Comunicación de la Agencia Regional Cuyo de la Policía Federal Argentina (PFA), quien viajó especialmente desde San Juan para responder sobre las posibilidades y los plazos para cumplimentar con las medidas solicitadas por Olga Allende y Gustavo Coria, los abogados de De Oliveira Pereira. Wanes explicó que él es perito certificado, ya que fue capacitado y evaluado por la empresa que comercializa el software. 

Según lo que el tribunal y las partes sabían previo a esta audiencia, solo en San Juan y en La Plata hay peritos especializados en trabajar con Idos, un programa que, según dio a entender, es más avanzado o completo que el programa VAIC (Vínculos por Análisis Informáticos de las Comunicaciones), ya que con el Idos se puede graficar la nube o cruces de llamadas, facilitando la visualización, a simple vista, de la frecuencia de las comunicaciones (si es alta o baja). 

Pero ayer, el tribunal y las partes recibieron en la audiencia la confirmación, por parte del perito Mariano Silvera —integrante del Departamento de Investigación de Delitos Complejos del Poder Judicial de San Luis que presta servicio en Villa Mercedes— de que aquí, en la provincia, está disponible Idos y que, si bien él no es perito con certificación, sí sabe utilizar el programa y lo ha aplicado en dos investigaciones, obteniendo resultados. Con lo cual es una posibilidad fuerte que, finalmente, el análisis solicitado por Allende y Coria sea realizado aquí. 

En tal sentido, el defensor de Lorenzetti, Marcos Juárez, propuso que, para darle celeridad al proceso, al análisis lo hagan los profesionales puntanos. “Que el tribunal decida quién es más idóneo”, refirió Allende. 

Por su parte, las intervenciones de Jorge Sosa, defensor del otro acusado, Leandro Vílchez, se centraron en saber si se puede —y en ese caso, cómo— establecer qué antenas/celdas impactaron, a la hora del hecho, en relación al celular que es de su interés. 

El comisario le respondió que sí, que eso puede determinarse solicitando un informe a la compañía de telefonía que brinda el servicio al celular en cuestión. Esta prueba sirve para tener indicio de la ubicación de una persona en determinado horario.

En concreto, si del análisis del celular de Vílchez impacta alguna antena próxima a la casa de la víctima, se tomaría como elemento incriminante. 

Uno de los aspectos sobre el cual hubo más cantidad de interrogantes a Wanes es el tiempo que le demandaría la tarea. La conclusión es que es relativo, ya que bien puede llevar semanas o un par de años. Todo está sujeto al volumen de las comunicaciones de cada usuario, indicó el perito.

También refirió que para él es indispensable cargar la sábana de llamadas que remitan las empresas de telefonía; ese "original" es su materia prima para el análisis. La fiscal de Cámara 1, Carolina Monte Riso, hizo un par de observaciones de gran valor: dijo que en el expediente están las sábanas de llamadas pedidas en su oportunidad sobre los celulares vinculados a la causa, y aclaró que están guardadas en ocho o diez discos compactos que están digitalizados y que en su momento fueron analizados en La Plata. En tal sentido, Wanes estimó que ese volumen puede ser estudiado en dos meses, y el perito Silvera estuvo de acuerdo con el tiempo que calculó.