Cárcel para un hombre que, armado, se resistió al arresto

Después de ocho días en una comisaría de Villa Mercedes, Ariel Fabio Castro tuvo el destino menos deseado. Lo enviaron a la Penitenciaría de San Luis. La jueza que había ordenado su detención lo procesó por "portación ilegal de un arma de fuego" y "resistencia a la autoridad". A dichas acusaciones se las ganó cuando los policías lo avistaron a él y a tres jóvenes en un auto, en lo que interpretaron como un potencial intento de robo a un supermercado. La forma en la que reaccionaron los del coche les hace suponer a los investigadores que no estaban tan equivocados: uno de los ocupantes del vehículo les apuntó con un arma, intentaron huir; dos lo consiguieron, menos Castro y un joven que resultó ser menor. 

Hace casi siete meses que el hombre de 41 años estaba en Villa Mercedes. Llegó con su familia de Mendoza, del Departamento Las Heras.

Nada de lo que pasó en esta provincia por estos días le debió resultar extraño, puesto que en la suya ya cuenta con un historial policial y penal, según les informó la Policía mendocina a sus pares de San Luis. 

Cuando la jueza Mirta Ucelay lo indagó, Castro se negó a declarar y su representante, el defensor oficial Hernán Herrera, solicitó ocho días de prórroga. Pero, antes de verse frente a la magistrada, el día que lo aprehendieron, el imputado trató de explicarse ante el personal de la Comisaría 10ª. 

Les dijo, según trascendió, que los que lo acompañaban en el Chevrolet Cruze no eran ni amigos ni familiares suyos. Acababa de conocerlos en un camping con pileta al que había ido y que, cuando los efectivos del Coar Charly los vieron estacionados en avenida Presidente Perón al 800, estaban a punto de entrar a "ChangoMás" para comprar unas gaseosas. 

Pero, de acuerdo con las averiguaciones y las declaraciones de algunos testigos, quienes estaban con él en el coche no eran personas que hacía unas horas había conocido, refirió el subcomisario Juan Azcurra, subjefe de la seccional actuante. 

Castro fue detenido el jueves de la semana pasada, cerca de las 22. Cuando los efectivos se acercaron para identificarlos a él y al resto de los ocupantes del Cruze, uno les apuntó con un arma de fuego. Después intentaron escapar. En un acto reflejo, uno de los policías se echó al suelo y efectuó un disparo con postas de goma contra el auto, pero no consiguió detenerlo. En el camino, los prófugos se descartaron de un revólver calibre 38 y la réplica de una pistola calibre 9 milímetros. 

Pero la persecución no llegó lejos, terminó cuando el Chevrolet chocó contra un Peugeot 206, en San Martín y Tucumán. Dos de los que estaban en el vehículo lograron salir y escapar a pie, Castro y el chico de 17 años, no. Los aprehendieron cuando trataban de huir en la moto del yerno del acusado. 

Ahora los investigadores están tras los rastros de los dos ocupantes del Cruze que huyeron. Creen que la banda podría ser la misma que cuatro días antes iba en el Renault 12 de Castro, cuando el hombre estrelló su auto contra una camioneta en Buenos Aires y Guayaquil. Piensan que esa vez también merodeaban la zona con intenciones de cometer un robo.