19°SAN LUIS - Jueves 28 de Marzo de 2024

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Recorren el campo puntano para retratar sus historias

Desde hace un año, Fernando Peralta y su equipo salen a cazar los recuerdos de familias y establecimientos rurales por toda la provincia. Están nominados al Martín Fierro Federal.

Por Juan Luna
| 30 de junio de 2019

Desde hace un poco más de un año, dos motos andan surcando los campos de San Luis, por las modernas autopistas y rutas asfaltadas o por los áridos caminos vecinales que levantan polvareda a cada paso. Fernando Peralta, acompañado algunas veces por su hermano Pablo y otras por su productora Carola Riesenberg, golpea las manos, abre tranqueras y deja tarjetitas o folletos con un número de teléfono. Salen a cazar historias, memorias casi olvidadas en los rincones más ocultos de la provincia, donde todavía hay casitas de adobe, iluminación a velas y mates al lado del brasero.

 

Con las tecnologías más avanzadas en cámaras y micrófonos, retratan la vida de las familias rurales, la tierra que habitan, la genealogía de los establecimientos y sus costumbres más arraigadas, para llevarlas a la pantalla con el nombre de “Estancias y Tradiciones” por la señal televisiva de Canal 13. Aunque el próximo sábado competirán por el Martín Fierro Federal como mejor programa agropecuario del país, ya se ganaron el reconocimiento más difícil y más valioso, el de la gente.

 

Los números no mienten. Al éxito que el ciclo ha conseguido en la tele, hay que sumarle la excelente repercusión que cosechó en internet. Tiene más de 7.957 seguidores en su página de Facebook y 10.650 suscriptores en YouTube. Entre todos los videos que subieron a esa plataforma, ya suman más de tres millones de reproducciones y la cuenta no para.

 

Pero a Peralta, el director, lo que más lo sorprende es la cantidad y la calidez de los comentarios que reciben cada vez que suben un programa a la nube. "Cargamos un video y al rato ya tenemos entre 40 y 50 mensajes, desde distintas partes del país, de gente que se ha emocionado, es muy lindo", expresó.

 

Cuando comenzó la emisión, en abril del año pasado, el realizador cumplió un viejo anhelo y saldó la cuenta pendiente de hacer un producto audiovisual dirigido el sector agropecuario. “Siempre tenía la idea de hacer un programa en el campo, porque me gusta mucho estar al aire libre, el canto de los pájaros. Me traen recuerdos de cuando mi papá me llevaba a las yerras”, contó el hombre que ya alcanzó los 56 años de vida, pero que empezó su amor con las cámaras desde muy pequeño.

 

Fernando es hijo de Alberto Peralta, un reconocido fotógrafo de Villa Mercedes, quien falleció hace varios años pero dejó un buen recuerdo entre sus clientes. “Mi viejo iba a las yerras, invitado como amigo o contratado para hacer fotos, y me llevaba con él. Yo vivía eso de chico y te queda marcado: ir al campo, ver pialar un ternero, ver gente andar a caballo, animales de campo. Quedaba alucinado”, rememoró.

 

Tras algunos intentos fallidos en carreras universitarias, el hombre siguió el oficio de su padre. Se dedicó a la fotografía social en eventos, después comenzó a incorporar videos y terminó inclinándose hacia la televisión. Participó de una gran cantidad de ciclos en Supercanal de Villa Mercedes y en Canal 13, y hasta realizó microprogramas para el INTA.

 

Pero hacer un ciclo que describiera esas sensaciones que experimentaba en su infancia, cuando estaba en contacto con el campo, era todavía una deuda a saldar. Y esa es probablemente la mayor virtud de "Estancias y Tradiciones": lograr captar la esencia de los días en el agro, sus detalles más mínimos, la banda sonora del cacareo de gallos y trinar de bichos, sus luces y sus sombras, y hasta esos aromas que pueden olerse aunque no los pueda transmitir por la pantalla. “La idea es rescatar las historias escondidas, esas que si no vamos nosotros, quizá no quedan registradas en ningún lado. Hemos visitado algunas estancias con grandes producciones, pero lo nuestro es llegar a esa gente humilde que la luchó toda la vida, que ha tenido un progreso, pero que nos cuentan que se alumbraban con candiles y que se calentaban con leña”, explicó.

 

Y si bien admite que también es posible que hagan episodios dedicados a mostrar los enormes avances en tecnología que hay en la producción de San Luis, por ahora están enfocados en retratar las costumbres ancestrales que se han heredado por varias generaciones y que también han forjado la rica historia de la provincia. Por eso, todos los recursos técnicos y estéticos de las filmaciones están dirigidos hacia ese objetivo.

 

“Por ahí nos preguntan porqué no iluminamos más los programas, por ejemplo. Pero si iluminamos más, si ponemos lámparas de cine, no mostramos la realidad de los lugares que visitamos, que tienen un candil, un foco amarillo, la luz que entra por la ventana", argumentó, y agregó: "Le damos mucha importancia al audio ambiente. Ese vientito helado que corre por la mañana, ese silbido, del canto de los pájaros. La idea es que si vos vas al campo, sea lo mismo que viste en el video. Ahí está el éxito”.

 

Cada programa tiene una duración de entre 24 y 27 minutos y retrata la génesis de un establecimiento o repasa las tradiciones familiares de las generaciones que han habitado en esas tierras. Ya llevan filmados y emitidos más de cincuenta capítulos y tienen previsto continuar al menos hasta fin de año.

 

Los estrenos se emiten todos los domingos a las 13 por la señal de Canal 13 de San Luis para toda la provincia y también en la página web para todo el mundo. De lunes a lunes se repiten programas ya transmitidos a las 6 de la mañana, un horario ideal para el público que está acostumbrado a levantarse bien temprano para iniciar sus rutinas en el campo.

 

El miedo a las cámaras

 

Producir un programa desde los rincones más profundos de la provincia no es una tarea sencilla. De hecho, cuando Peralta recibió el visto bueno del director para iniciar la propuesta, se encontró en una encrucijada: tenía que conseguir familias que quisieran abrir sus tranqueras, mostrar su casa, hablar de sus desventuras, sus sueños y sus orgullos.

 

Arrancó contactando a sus conocidos o amigos que se dedican al sector agropecuario, pero no era material suficiente para garantizar una emisión semanal a lo largo de un año. Entonces, comenzó la aventura.

 

"Empecé a salir con mi hermano en moto por los campos. Cuando encontrábamos tranqueras abiertas, entrábamos y hablábamos con la gente. También imprimimos muchas tarjetitas y cuando la entrada estaba cerrada, las dejábamos ahí para que nos llamaran y explicarles el proyecto", sostuvo.

 

Los Peralta no eran necesariamente hombres de los "fierros". De hecho, la última motocicleta que había tenido Fernando era una Puma 125 cuando tenía 15 años. Pero surgió la iniciativa, se las compraron y comenzaron a andar. "Salíamos a la mañana, llevábamos sándwiches de milanesa. Comíamos abajo de un árbol, en medio del campo, donde nos agarrara el hambre. También comíamos en los pueblitos cercanos. Fue una aventura hermosa: ir por el campo, ver un ñandú, que se cruce un peludo, captar una linda toma", describió.

 

Cada vez que visitaban una estancia y conversaban con los dueños, se encontraban con muy buena predisposición, pero tenían un problema: a la mayoría, gente de tierra adentro, le daba vergüenza enfrentarse a la cámara.

 

"Decían que nos iban a llamar pero ahí quedaba. Ahora sí nos contactan, porque ya han visto el programa que hacemos y les agrada. Antes se preguntaban porqué", admitió.

 

Uno de los objetivos del ciclo es, justamente, revalorizar la figura del poblador rural, que muchas veces es tratado con indiferencia. Es más, suele pasar que son ellos mismos los que piensan que su vida no tiene el suficiente valor como para ser retratada por la televisión. "Acá no tenemos nada me decían los viejitos. En la familia Castellino, por ejemplo, el hombre decía que no tenía nada para contar. Y resultó que era parte de los granaderos a caballo que escoltaban a Perón. Después del programa, le enviaron un diploma de homenaje. Fue una gran satisfacción", ejemplificó el director.

 

Otro caso que Fernando insiste en relatar es el de una señora de las cercanías de Villa Mercedes. "Ya he ido a su campo cuatro veces. Casi que salgo llorando de las historias que me cuenta, me invita a comer, pero no quiere grabar porque tiene vergüenza. Pero nosotros queremos mostrar la vida de la gente de antes, que iba a caballo a la escuela, que hacía fuego antes de salir porque si no se congelaba, que volvía y ya tenía que ir a buscar los animales o ayudar con el trabajo", dijo.

 

Esa ardua tarea de producción es la que más tiempo les lleva, pero que se empezó a facilitar cuando el ciclo se hizo conocido. También aprovecharon el potencial de las redes sociales, para llegar al público y para pautar entrevistas.

 

El día del rodaje no es menos es exigente. Peralta se despierta a las dos o tres de la mañana, dependiendo de la distancia que deban recorrer para llegar al establecimiento elegido. Viaja en una Renault Kangoo con la parte trasera llena de cámaras y equipos.

 

Pasa a buscar a Pablo, Carola y a Fernando Ledesma, quien oficia de camarógrafo y luego de editor, y emprenden el camino. A veces tienen que recorrer más de 300 kilómetros, en otras oportunidades les toca una zona más cercana a su Villa Mercedes, pero siempre tratan de llegar antes del amanecer para hacer tomas desde el alba.

 

"Filmamos durante toda la mañana, también al mediodía, un poco a la siesta y a la tarde volvemos. Les pedimos que nos den agua caliente para el termo, que es lo que nos mantiene despiertos y regresamos a nuestras casas a eso de las ocho de la noche, cansados pero felices por lo que hicimos", repasó.

 

No todas las rutas y caminos son fáciles de transitar. En ocasiones, han cruzado algún charco o laguna sin saber si iban a poder llegar al otro lado. "Hemos ido a campos a cientos de kilómetros y no hemos podido entrar por el barro o porque una tormenta tiró postes y tapó los caminos, o por la crecida de algún río. Pero vamos igual, cruzando los dedos para no quedarnos varados porque hay zonas en las que no hay señal de teléfono", dijo Peralta.

 

Así, con esas dificultades y todo, han recorrido la provincia de norte a sur, desde establecimientos que están pegados con la provincia de Córdoba, hasta pequeñas quintas en las que han tenido que abrir quince tranqueras en el sur sanluiseño.

 

Porque lo que los mueve, en definitiva, es llegar a cada pedacito de tierra habitado del suelo puntano, donde "la gente es sencilla y no quiere una tacita de porcelana, quiere más pasto para sus caballos, sus cabras, que está acostumbrada al frío y al clima duro. Donde no hay sábados, ni domingos ni feriados", valoró.

 

 

El campo, de gala

 

La noticia de la nominación al Martín Fierro Federal les llegó a través de los directivos de Canal 13 y les resultó una gran sorpresa. Porque aunque ellos mismos se habían inscripto para participar (así es la modalidad del certamen), nunca creyeron que iban a ser seleccionados para competir en los premios más importantes de la televisión y la radio del interior del país.

 

"Nos asombró mucho el llamado porque esto es a nivel nacional, participan programas de otras provincias. Si bien nosotros confiamos en el trabajo que hacemos, somos muy prolijos, cuidamos mucho la estética, el audio y la fotografía, uno nunca espera realmente que lo llamen", admitió Fernando, todavía con gestos de admiración.

 

"Estancias y Tradiciones" está ternado en la categoría "Programa Agropecuario" junto a "El Impenetrable TV: 30 años de apicultura", de Chaco; "Leyendas Formoseñas", de Formosa; "Campo en acción", de Entre Ríos; y "Pasión por el vino", de Mendoza.

 

Peralta admitió que no termina de sentirse cómodo en esa categoría, porque su programa no se enfoca en el aspecto económico o comercial del sector agropecuario, sino más bien en sus rasgos históricos.

 

De todos modos, no es el único programa de Canal 13 de San Luis que aspira a una estatuilla. "Arqa", la serie de documentales sobre la arquitectura y la arqueología de la provincia, también fue nominado, pero en la categoría "Cultural/Educativo".

 

Las dos producciones puntanas sabrán su suerte el próximo sábado 7 de julio en Termas de Río Hondo, en la provincia de Santiago del Estero. La ceremonia será transmitida desde las 21  por la TV Pública.

 

"Estamos contentos con la nominación, pero también porque hacemos lo que nos gusta y los que nos nace hacer. Más allá de que recibamos el Martín Fierro o no, sentimos que el premio es el que nos ha dado la gente con su confianza. Si lo traemos, bárbaro, nos ayudará renovar fuerzas, a seguir dando lo mejor. Pero si no lo conseguimos, ya estamos satisfechos", aseguró.

 

Mientras tanto, Fernando y su equipo siguen recorriendo los caminos de San Luis en busca de las mejores historias para contar, con el acompañamiento del canal, que puso las fichas en un programa de este tipo.

 

Y como buenos amantes de las cámaras y la fotografía, se sacan las ganas de hacer una buena toma- "Para nosotros esto no es un trabajo, es un placer personal. Llegar al campo con la cámara en la mano, con la adrenalina de caminar despacito para encontrar una perdiz o un mataco. Perseguirlo y grabarlo hasta que se pierda en los arbustos. Eso es tocar el cielo con las manos", cerró.

 

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