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Las pericias hechas a un arma complicaron al acusado de un asalto

Juan Carlos Fredes fue detenido en el negocio con un revólver. En las manos y en un pantalón tenía restos de pólvora.

Por redacción
| 30 de junio de 2019
Rumbo al penal. El imputado fue trasladado al Servicio Penitenciario Provincial el viernes. Fotos: Departamento de Investigaciones.

Para el juez Penal 2, Ariel Parrillis, las pericias practicadas a un revólver secuestrado fueron determinantes para procesar a Juan Carlos Fredes Puertas por “Robo doblemente calificado, por el uso de arma de fuego y por ser en poblado y en banda en grado de tentativa”. En la misma resolución, el magistrado le dictó prisión preventiva a Fredes, el primero de los tres sospechosos detenidos por el asalto a la distribuidora “Ferrero y Cía.”.

 

El hecho ocurrió el 18 de junio,  cuando dos socios del comercio, junto a la esposa de uno de ellos, estaban por salir de la cochera de la distribuidora, ubicada en Junín y Constitución, en San Luis capital. Los tres estaban en una Toyota Hilux y se disponían a ir a un banco, para depositar dos bolsos con dinero de la recaudación.

 

Cerca de las 8, cuando hacían marcha atrás para salir de la playa de estacionamiento, la esposa de uno de los dueños, quien iba como acompañante en la parte delantera del vehículo, advirtió por el espejo retrovisor que un Renault 9 blanco ingresó a alta velocidad. De inmediato la mujer gritó “nos vienen a asaltar”.

 

Tres delincuentes bajaron del auto. Uno, que estaba armado con un revólver, abrió la puerta izquierda trasera de la camioneta y tomó el bolso con el dinero. Luego abrió la puerta del conductor, apuntó a uno de los socios y este bajó.

 

Ahí comenzó un forcejeo, y el delincuente disparó tres veces. Una de las balas rozó la pierna izquierda del comerciante, pero no le causó lesiones graves. Ante esa situación, los dos cómplices escaparon en el Renault y dejaron el bolso abandonado en el piso, cerca de la vereda.

 

Luego llegó el hijo de uno de los dueños, el que iba en la parte trasera de la camioneta, y ayudó al conductor a mantener reducido al delincuente hasta que llegara la Policía. Era Fredes. Lograron que soltara el arma y la patearon, para alejarla del ladrón y mantenerse a salvo.

 

Ese revólver fue analizado. Para el juez, Fredes lo utilizó para amenazar e intimidar a las víctimas y  poder perpetrar el robo. Los peritos de la División Laboratorio Científico de la Policía determinaron que es marca Tanque, calibre 32.

 

Además, estudiaron tres vainas del mismo calibre que la Policía halló y secuestró en el lugar del hecho. También estudiaron cartuchos del mismo calibre.

 

Los investigadores aseguraron que el arma peritada estaba en condiciones de efectuar disparo y que había sido utilizada de forma reciente.

 

A través del dermotest, pudo determinarse que Fredes manipuló el arma en cuestión.

 

Los investigadores tomaron muestras de las manos del imputado con unas cintas de celofán. Los resultados demostraron que el delincuente tenía “presencia de residuos de plomo, bario y antimonio” en su mano derecha, mientras que la misma prueba dio negativo en la izquierda.

 

También le hallaron restos de pólvora en un jeans que le secuestraron tras su detención. En esa misma prenda también encontraron restos de sangre.

 

Fredes, de 35 años, quien es nativo de Mendoza pero está radicado en el barrio Dupuy de Juana Koslay, está alojado en el Servicio Penitenciario Provincial desde el viernes. Es posible que la misma suerte corran Agustín Tomás Márquez, de 21 años, y Oscar Sebastián Garay, de 22, los dos presuntos cómplices que abandonaron a Fredes y huyeron cuando las víctimas lo redujeron.

 

Para detenerlos, la Policía allanó dos domicilios, el 19 de junio. Uno era el de Márquez, en el barrio Serranías Puntanas. El otro, en el Padre Mugica, que es del suegro de Garay, informaron fuentes de la fuerza de seguridad. En el procedimiento secuestraron el Renault 9, con vidrios polarizados, utilizado en el asalto y un arma.

 

Según trascendió, el auto es del padre de Márquez. El día del asalto, a la mañana, el joven se lo pidió prestado con la excusa de que necesitaba llevar a su novia al médico.

 

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