La pandemia de COVID-19 ha afectado a periodistas y redacciones de una forma u otra. Ya sea por el agotamiento de trabajar horas extras, por despidos o difusión de desinformación en redes y grupos de WhatsApp, la crisis sanitaria ha ejercido una presión adicional sobre una industria que ya enfrentaba un futuro incierto.
El Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) se asoció con el Centro Tow para el Periodismo Digital de la Universidad de Columbia para llevar adelante una encuesta a periodistas en siete idiomas. Las respuestas de 1.406 periodistas de 125 países dejan mucho para analizar.
La encuesta Periodismo y Pandemia exploró la salud física y mental de los periodistas, la difusión de desinformación, los efectos económicos de la crisis en las salas de redacción, los cambios en la forma de trabajar de los periodistas y los desafíos que enfrenta la libertad de prensa.
Los periodistas tienen dificultades para hacer frente al costo psicológico de informar durante la crisis de COVID-19.
El informe deja al descubierto el alcance generalizado del problema: el 70% de los encuestados calificaron el costo psicológico como su mayor desafío durante la pandemia, la respuesta más común.
El informe también revela que muchos empleadores fracasan en su nivel de apoyo. Más de 70% de los encuestados dijeron que sus empleadores no les ofrecieron horarios flexibles, tiempo libre, apoyo, o que no les consultaron por su bienestar.
Uno de cada cuatro encuestados sale al terreno a informar al menos una vez por semana y, sin embargo, muchos encuestados notaron que su empleador no les dio un equipo de protección adecuado.
Ya en febrero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el mundo no solo estaba combatiendo un virus mortal, sino una crisis de información. Esto no es ningún secreto para los periodistas encargados de dar información objetiva a su audiencia. Más del 80% de los encuestados dijeron que se entraron en contacto con información falsa todas las semanas.
Los encuestados notaron que la desinformación circulaba sobre todo en Facebook (66%), Twitter (42%) y WhatsApp (35%). Una gran mayoría (82%) informó que estaban insatisfechos o muy insatisfechos con la respuesta de las plataformas a la desinformación.
Si bien los ciudadanos comunes siguen siendo los principales proveedores de desinformación, los líderes políticos y los funcionarios electos ocupan un lugar cercano.
Esto es particularmente grave en momentos en que la información puede significar literalmente la diferencia entre la vida y la muerte.
Casi el 70% de los encuestados señaló la capacitación avanzada en verificación de hechos como su necesidad más urgente.
Los hallazgos del informe indican que esta crisis económica es una prioridad para la mayoría de los empleados de la industria. Tres de cada cuatro encuestados dijeron que su primera prioridad durante la pandemia era la supervivencia de su publicación.
Los medios están reduciendo contenidos, salarios y despidiendo empleados. El 65% de los encuestados dijo que ahora sienten menos seguridad laboral que antes de la COVID-19.
Estos hallazgos ofrecen oportunidades para el periodismo. Pueden ayudar a académicos, investigadores, líderes de la industria y comentaristas de medios de comunicación a comenzar a planificar el futuro tras la pandemia, mientras continúan lidiando con la crisis actual.
El periodismo en busca de nuevos horizontes.


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