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Pasión de "fierro": atesora más de 400 gorras de pilotos en su casa

Los corredores se las regalaron en sus 17 años de trabajo. Asegura que es la tercera colección más grande del país.

Por redacción
| 27 de octubre de 2020
Para "Tuqui", ese espacio de colección es su lugar en el mundo. Fotos: Juan Andres Galli.

En el primer piso de su departamento, Horacio Panza armó un rincón que considera su lugar en el mundo. Allí tiene guardado uno de sus más grandes tesoros: 411 gorras de automovilistas y motociclistas que consiguió a lo largo de 17 años de trabajo como periodista especializado y como un fanático apasionado. Pero entre esos recuerdos de carreras, coberturas y hazañas al volante también están las memorias de su propia vida.

 

El amor que une al hombre de 55 años con los deportes sobre ruedas nació desde que estaba en el vientre de su madre. Su papá, Aldo, fue corredor de motos y un fiel seguidor de las diferentes disciplinas, a tal punto que en la década de 1960 llegó a forjar una amistad con el histórico y fallecido piloto Eduardo "Tuqui" Casá. De ese vínculo salió el apodo para el niño que recién llegaba al mundo y que dejó prácticamente en el olvido su nombre de pila del documento.

 

 

 

Y el hijo repitió la historia del padre, porque en su condición de aficionado llegó a entablar una relación de camaradería con Gabriel Ponce de León, uno de los actuales referentes del automovilismo argentino. Fue él quien le entregó la primera prenda de las que hoy cuelgan de su pared.

 

"En 2003 fui a Río Cuarto a ver una carrera y me quedé tres días esperando su gorra oficial, bajo una lluvia intensa e inaguantable. Finalmente, me dijo que quería la tenacidad y las ganas que yo tenía para aguantar tanto y no solamente me la dio, sino que me pasó su número de celular, cuando en ese momento era impensado tener el contacto de un piloto de esa calidad", relató.

 

Esa no solo fue la pieza que inauguró su colección, sino también la que disparó la posibilidad de una profesión en los medios para el muchacho que hasta ese momento trabajaba en una ferretería.

 

"Ponce de León me invitó a una fecha en Rafaela y en Radio Libertador me prestaron un grabador, y ahí hice mis primeras notas. Justo ese año, Sebastián Porto estaba definiendo el campeonato de motociclismo en 250 centímetros cúbicos a nivel mundial y le pude hacer unas preguntas. Ahí se me despertó la idea de tener mi programa", recordó.

 

 

También posee unas 150 réplicas a escala de autos de tres categorías de competición distintas.

 

 

Desde entonces, "Tuqui" se hizo un lugar en la prensa local para hablar de lo que más le gusta: los fierros. Con su ciclo "Circuito 1" formó parte de la grilla de programación de varias emisoras, y tuvo la posibilidad de entrevistar a los mejores conductores del país y de cubrir las competencias más prestigiosas.

 

En todos esos años fue cultivando relaciones y cosechando amistades que están representadas en las prendas que atesora con orgullo y asegura que es la tercera colección más grande de todo el país.

 

En su patrimonio conserva algunas reliquias de valor histórico, como la de Juan María Traverso cuando dejó de correr para el equipo de Peugeot o la que llevaba Guido Falaschi cuando sufrió el accidente que le costó la vida. Tiene varias de un mismo corredor para reflejar cada cambio de sponsor o diseño, y también posee de diferentes categorías como de Rally, de pistas de asfalto, de tierra, de zonales, entre otras.

 

"Para los pilotos, la gorra es parte de su vida y muchas veces son reticentes a darla; por eso es más difícil. Incluso cuando se suben al auto la cuelgan adentro para ponerse el casco, pero apenas termina la carrera se la ponen de nuevo", explicó.

 

 

 

Su colección no se agota ahí. También tiene unas 150 réplicas a escala de los autos del Turismo Carretera, de la Fórmula 1 internacional y de modelos antiguos, además de un arsenal de fotos que sacó para retratar los momentos que vivió en las competiciones y que algún día le gustaría poder exponer para el público.

 

Con tenacidad y sacrificio, Horacio pasó de ser un simple fanático de las carreras a dedicarse a transmitir toda la información sobre sus deportes favoritos, pero fue más allá y pudo entrar a ese mundo para trabajar con algunas de las figuras a las que admira, a través de la representación local de algunos de ellos, del manejo de prensa y difusión de otros, y como organizador de espectáculos y desafíos vinculados al automovilismo.

 

Cada vez que mira esas gorras repasa con detalle cada campeonato, cada viaje y cada rugido de motor. Pero recuerda algo más: "Me acuerdo de mi viejo, quien fue mi gran amigo, quien me mostró todo esto y con quien me gustaría compartir todo lo que he logrado. Esta pasión que él me transmitió la voy a llevar hasta el último día de mi vida", dijo con emoción.

 

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