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Lo enviaron a la cárcel por robar en una casa y violar la cuarentena

Cristian Danilo Miranda fue detenido el jueves pasado tras un allanamiento en su vivienda. Lo procesaron por un robo ocurrido el día anterior en la casa de un vecino.

Por redacción
| 31 de marzo de 2020
Traslado. A Miranda lo procesaron por robar en la vivienda de un vecino. Foto: Comisaría 39ª.

Para la jueza Penal 3, Virginia Palacios, las pruebas que lograron reunir los policías de la Comisaría 39ª fueron suficientes para procesar a Cristian Danilo Miranda, quien es conocido como “El Negro Barrientos” (tal es el apellido de su madre), por el delito de “Robo simple e incumplimiento de medidas para impedir la introducción o propagación de una pandemia”. La magistrado le dictó la prisión preventiva y ordenó su traslado al Servicio Penitenciario Provincial.

 

Miranda fue detenido el jueves luego de que allanaran su casa, ubicada en inmediaciones del Anexo III del barrio Eva Perón de San Luis. El domingo fue trasladado a la Penitenciaría. Según indicó el subjefe de la Comisaría 39ª, comisario Ariel Rivero, en ese procedimiento secuestraron el total de los bienes que el imputado, de 24 años, habría sacado de la vivienda de un vecino del mismo barrio.

 

El robo ocurrió el miércoles 25 a la mañana. Luego de violentar una cerradura, el ladrón entró a la propiedad y se llevó, según denunció el damnificado, un televisor led de 43 pulgadas con control remoto, un dvd Philco, una par de zapatillas Nike azules, ropa de su hija y una billetera con dos mil pesos y documentación.

 

La Policía logró dar con Miranda dado que la víctima llamó al 911. Cuando un móvil llegó al barrio, identificaron al sospechoso con otro joven en la vereda de una casa. Allí había elementos en el piso, que había tapado con una manta. Al ver el patrullero, Miranda escapó hacia su domicilio.

 

Cuando los agentes entrevistaron al otro joven, este les dijo que Miranda le había ofrecido un televisor por mil pesos, y que él no estaba dispuesto a comprárselo. Ese elemento fue reconocido por el denunciante como de su propiedad. Después, cuando los agentes allanaron la casa de Miranda, secuestraron el resto de los bienes robados y las prendas de vestir que el denunciante había descripto como las que utilizaba el ladrón al momento del hecho. Ese fue otra de las pruebas que la jueza consideró para procesar a Miranda.

 

Lo que no lograron establecer los investigadores es que si Miranda, quien tiene antecedentes, actuó solo o necesitó de alguien para realizar el robo. “Aparentemente habría andado con un cómplice que lo esperaba afuera, posiblemente en un vehículo”, supuso Rivero.

 

La familia estaba dentro de la casa, descansando, cuando entraron a robar. Según lo que el dueño denunció, escuchó algunos ruidos y cuando salió a ver qué pasaba vio al delincuente escapar con los bienes por el patio, hacia la casa de otro vecino.

 

Intentó alcanzarlo, pero lo perdió de vista. Sin embargo, había logrado registrar en su memoria las características físicas y de la vestimenta del ladrón. Esos datos ayudaron a los policías a identificarlo rápidamente.

 

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