La odontología se adaptó a la nueva normalidad

Antes de esta pandemia mundial por el coronavirus, la odontología se caracterizó por ser una de las profesiones que más cuidado higiénico tuvo con sus pacientes, pero como resultado del aislamiento obligatorio y para evitar la propagación de COVID-19, se incrementaron las medidas sanitarias y potenciaron la atención, pero sin perder el cuidado del protocolo de seguridad e higiene para evitar contagios.

Desde la Asociación Odontológica Argentina, recomendaron que se atiendan sólo casos de urgencia para evitar aumentar el número de contagiados de COVID-19, porque es una de las actividades de más alto riesgo.

En la entrevista con El Diario de la República, Pablo Domínguez contó cómo los colegas se cuidan ellos y a sus pacientes en esta nueva normalidad. Domínguez, especialista en cirugía, implantes y odontología general, trabaja en un consultorio con su esposa Marcela D'Agata, experta en odontopediatría.

“Es una época muy complicada debido a la pandemia”, explicó el dentista, en la que debieron readaptar toda su práctica profesional y trabajar con máximas medidas de bioseguridad. “Es un virus que tiene un gran poder de contagio y dentro del consultorio, la consulta pasa a ser de riesgo para ambos”, agregó.

Domínguez relató que los tiempos cambiaron desde que empezó a trabajar y lo hacía sin guantes ni protección facial, pero que en la época del VIH y Hepatitis modificaron las normas de bioseguridad en la que implementaron guantes, barbijo y gafas.

En esta cuarentena agregaron al protocolo un kit de higiene descartable (que antes era usado en cirugías) que sumó el camisolín hidrorepelente, gorro, botas, barbijo quirúrgico, gafas y la máscara ‘total face’, y previo al ingreso, al paciente se le da alcohol en gel, se mide la fiebre con un termómetro digital y también se lo viste con camisolín.

Toda la ropa que utiliza el dentista en una consulta debe ser desechada y debe esterilizar el consultorio antes que ingrese el siguiente paciente. El protocolo indica una atención pausada, de una hora entre cada visita.