Destacan la investigación de una científica puntana

En 1982, Arcadio Rodaniche, un biólogo e ilustrador, describió el comportamiento de apareamiento “pico a pico” del pulpo del Pacífico. En su momento, la comunidad científica desacreditó el reporte. La puntana Mercedes Berrueta logró, este año, observar por primera vez el mismo comportamiento. Esta vez en el pulpo tehuelche a la hora de aparearse. Su investigación sobre el cortejo del animal patagónico salió en la tapa de la revista Mafis, una publicación con prestigio mundial en el área de la industria y el desarrollo pesquero.

A sus 9 años, Mercedes conoció el mar y supo que su pasión iba a ser empujada por la fuerza de las olas. En 2003 terminó el secundario en la escuela “Paula Domínguez de Bazán”, donde tuvo docentes que la inspiraron. Descubrió que a esa inmensidad que la apasionaba también la podía estudiar. En 2004 comenzó la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de Mar del Plata y la semana pasada obtuvo uno de sus mayores logros profesionales.

Su investigación, que desarrolla desde hace cinco años, fue destacada en la revista Mafis. La publicación se edita semestralmente desde 1979 y es referencia para los estudios sobre desarrollo industrial pesquero. “Conocí los pulpos en el acuario del Museo Lorenzo Scaglia, de Mar del Plata, cuando estaba haciendo una pasantía. Llegó una pulpa, adentro de un caracol, y desde ese día me enamoré. Es una especie muy sensitiva y difícil de estudiar”, le contó Mercedes a El Diario.

Ella comenzó a estudiar a esos animales en 2015, cuando fue seleccionada por el programa Bec.Ar del Estado nacional para investigar la especie en el vecino país de Chile. Gracias a esa beca fue contratada por el Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero como investigadora.

Este año, por primera vez en el mundo, Mercedes junto a su equipo logró “cerrar el ciclo de vida en cautiverio del pulpo tehuelche”. Esto significa que nunca antes se había podido observar la gestación, el nacimiento, el desarrollo y el apareamiento de un ejemplar de Octopus tehuelchus en cautiverio. Gracias a esto pudieron reportar, por primera vez tras cuarenta años, el particular ritual de cortejo de una pareja de cefalópodos patagónicos.

“No es fácil mantener a estas especies en cautiverio. Aún más complicado es generar las condiciones particulares para que los ejemplares decidan procrear, por eso el reporte fue tan bien recibido en la comunidad científica mundial. Esto hubiese sido imposible sin el apoyo del Inidep”, expresó la bióloga.

La publicación de este trabajo en tan prestigiosa revista implica para la investigación el reconocimiento de científicos pioneros en el cultivo de cefalópodos. “Desde México nos han invitado, así que una vez que pase esto de la pandemia, podremos viajar y continuar el trabajo”, dijo la investigadora.

El hallazgo permite conocer más sobre la biología de estas criaturas. Este tipo de conocimiento es útil para que la industria asociada a la maricultura se perfeccione y pueda desarrollar técnicas para el cultivo de la especie con fines comerciales. “Se abre todo un abanico, sirve también para diversificar la actividad acuícola en Argentina. Una nueva especie que puede ser explotada comercialmente es una oportunidad para que los empresarios monten un negocio”, afirmó la científica puntana.