Acodos aéreos, una técnica para reproducir frutales

La Agroecología se apoya en los ciclos de la naturaleza y Pablo Pensotti, jefe del Subprograma Autoconsumo Frutihortícola, Concientización y Capacitación, del Ministerio de Producción, lo sabe. Por eso tiene en sus manos un importante proyecto provincial que consiste en producir alimentos sin utilizar agroquímicos, logrando un equilibrio natural entre los cultivos que formarán parte de una alimentación sana y la combinación entre plantas aromáticas y flores, que ayudan a controlar plagas o hierbas que podrían resultar enemigas de una huerta.

En este caso Pensotti propone un método reproductivo para obtener frutales que mantengan la genética de la planta madre. “El método de acodos aéreos es una técnica de propagación vegetal que consiste en obtener un clon de una misma planta para hacer otra, con las mismas características genéticas”, explicó.

En los viveros productivos y educativos, ubicados en la ex Colonia Hogar, actualmente tienen árboles frutales de limón, naranja, mandarina y quinoto. “El primer paso es tomar una de las ramas más nuevas y cortar unos cinco centímetros en la corteza. En ese mismo lugar que queda al descubierto, después habrá que ponerle una especie de caramelo que se arma con un polietileno de 200 micrones, transparente”, especificó Pensotti.

Un detalle importante: en la parte pelada de la rama hay que poner un poco de aloe vera para que sirva de enraizante natural. 

 

Dentro de ese envase hay que poner  un poco de compost, que se prepara en la tierra y se le agregan hojas, guano y viruta de madera limpia; y humus, que está conformado por las heces de las lombrices. “Ese paso, para quienes ya cuentan con una huerta agroecológica será más sencillo. Acá en el vivero nosotros ya lo tenemos listo”, afirmó, y siguió: “Después se atan los extremos con alambre y sellamos con cinta de embalar. El pequeño paquete tendrá la forma de un caramelo. Se puede usar cualquier objeto que permita comprimir el volumen de tierra alrededor de la rama, como una bolsa plástica, una tela, o una botella”. 

El funcionario indicó que el sustrato tiene que estar húmedo, pero no “encharcado', para evitar la generación de hongos o la pudrición de las futuras raíces. Con este método de acodos herméticos, la forma habitual de mantenerlo húmedo es inyectando agua mediante una jeringa”.

Un tiempo. Seis meses alcanzan para que dentro del acodo se formen pequeñas raíces que servirán para crear plantas nuevas.

“El paquete se quedará ahí durante seis meses aproximadamente y luego de transcurrido ese tiempo habrá que cortar por debajo del caramelo armado sobre la rama”, dijo, y aseguró que dentro del  envoltorio se formarán las raíces de la nueva planta, a las que hay que retirar con mucho cuidado para llevarla a una maceta. 

“Esa maceta estará preparada con el compost y los sustratos que nosotros hacemos de manera orgánica y de esa forma obtendremos una nueva planta del cítrico. Este es el segundo año que hacemos este trabajo. Las pruebas del año pasado nos dieron muy bien, y por eso continuamos para obtener frutales con la misma genética de la planta madre”, contó Pensotti.

Algunos consejos
Esta iniciativa forma parte de un extenso trabajo que se realiza en los Viveros Productivos y Educativos, ubicados en la ex Colonia Hogar. Allí también hay en el suelo camas de compost, que se elabora con desechos orgánicos.  

“En el predio lo preparamos con toda la materia orgánica que recuperamos de otros trabajos, por ejemplo cuando se realiza la poda, y el humus es de toda esa materia orgánica húmeda que también se recupera y lo producimos en nuestra lombricompostera. De esa forma, trabajamos todo de manera natural, cumpliendo con los objetivos que hemos marcado a través de la agroecología”.

Un detalle que resulta de mucha importancia es que “en la parte que pelamos y cortamos la corteza de la rama, en esos cinco milímetros concretamente, se puede poner un poco de aloe vera y usarlo como un enraizante natural”, indicó.

“Los frutales enanos en macetas también los utilizamos cuando armamos las huertas en lugares donde no tienen espacios para plantar un árbol. También es un método de reproducción, porque se pueden generar árboles enanos, tenerlos en macetas y luego utilizarlos en parquizaciones y para distintas decoraciones”, aseguró Pensotti. Así es como los tienen en los viveros de Cruz de Piedra también.

“Esta actividad forma parte de muchas otras que sirven para contribuir, afirmar y ejemplificar que podemos tener frutales en lugares donde no es posible plantar un árbol en el suelo, ya que se puede tener en una maceta. Esa es la idea principal, seguir fomentando esta actividad y consumir las frutas que nosotros mismos producimos en los hogares, en las huertas que armamos en los patios, y donde sea”, concluyó Pensotti.