Advierten dificultades para lograr la inmunidad de rebaño

Mucho se habla de la inmunidad de rebaño como la antesala del regreso a la normalidad. Países que llegaron a porcentajes importantes de vacunación habían empezado a mermar restricciones y hasta     desestimaron, por un intervalo, el uso del tapabocas. Sin embargo, en la práctica, el segundo año pandémico advierte que es muy difícil llegar a la inmunidad de rebaño; el principal problema es que no está del todo claro que las vacunas eviten la transmisión del virus.

“Una vez que las coberturas se incrementan, la gente se pregunta cuánto durará la pandemia. Hasta hace poco esperábamos que cuando hubiese muchos pacientes inoculados se bloqueara la transmisión para alcanzar la inmunidad de rebaño. La mayoría de los expertos señalaba la necesidad de cubrir entre el 60% y el 70% de la población, pero este concepto parece cambiar, da más la impresión de que la COVID-19 llegará a ser una enfermedad endémica como la gripe”, explicó la ministra de Salud, Silvia Sosa Araujo.

Recordó que la clave de la inmunidad de rebaño consiste en que si una persona se infecta y las que están a su alrededor están vacunadas, no podrían contagiarse, cortándose así la cadena de transmisión. Si bien las vacunas son extremadamente efectivas para evitar la enfermedad sintomática, todavía hay dudas sobre su protección contra la infección.

Además, asegura que otra dificultad tiene que ver con el ritmo de vacunación mundial, que es desigual. Hay una clara disparidad en la distribución de dosis desde Israel, Reino Unido, Estados Unidos y Serbia, que están en un extremo, y Sudáfrica, por ejemplo, en el otro. Asimismo, incluso en países como Israel, que posee altas coberturas, el problema actual es que los jóvenes no quieren vacunarse, pese a las convocatorias en las que hasta les ofrecen productos gratuitos como pizzas y cervezas. Otro problema es la falta de vacunas para niños.

“Las nuevas variantes cambiarán la ecuación de la inmunidad de rebaño. Un ejemplo es lo que ocurre en Manaos, donde se pudo observar el resurgimiento de los casos, a pesar de tener un alto nivel de inmunidad”, dijo. Añadió que no se conoce la duración de la protección posvacuna y si serán necesarias aplicaciones periódicas.

La ministra subrayó que aunque se vacune cada vez a un mayor grupo de personas, el problema surgirá cuando se incremente la interrelación social. Sostuvo que lo más difícil del virus es el componente sociológico y, por esa razón, tienen que continuar las medidas no farmacológicas de contención.

“Interrumpir la transmisión del virus es una manera de regresar a la normalidad, pero otra sería evitar la forma grave y los fallecimientos. Es el momento de ser más realistas en cuanto a las expectativas, por lo que tendremos que pensar cómo vivir con el coronavirus. Incluso sin inmunidad, la capacidad de vacunar a los más vulnerables reduce las hospitalizaciones y la muerte. No parece que el virus vaya a desaparecer en el corto plazo, pero es probable que decrezca su protagonismo”, concluyó.