SAN LUIS - Lunes 13 de Mayo de 2024

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Producen plantines con el corazón repleto de tierra

Cintia Agüero y Lautaro Campi tienen en el patio de su casa un vivero de hortalizas, aromáticas y flores, semillas y tierra para vender.

Por María José Rodríguez
| 29 de agosto de 2021

“Todo lo que hacemos va de la mano con nuestro estilo de vida”, asegura Cintia Agüero, una joven que junto a su pareja, Lautaro Campi,  ambos de 27 años, producen semillas, preparan tierra fértil y hacen plantines de hortalizas, aromáticas y flores para vender en su vivero Corazón de Tierra, ubicado en Villa Mercedes. Elaboran más de diez mil plantines, de diferentes variedades, dependiendo de la temporada, y eso les permite sostenerse económicamente.

 

El proyecto nació hace tres años. “Los dos sentimos amor por la naturaleza, siempre experimentamos con las plantas, se puede decir que esto nos gusta desde chicos. De este sentimiento surgió el nombre del vivero. En 2019 empezamos a pensar en algo de lo que pudiéramos trabajar, brindando un servicio a la sociedad, a nuestros vecinos sobre todo, y  enfocados siempre en lo sustentable, en el cuidado del medioambiente y del planeta. Además fomentamos el armado de huertas urbanas y el consumo de alimentos sanos. Siempre desde el paradigma agroecológico”.

 

 

Utilizan las redes sociales de Corazón de Tierra para transmitir recomendaciones y concientizar sobre el cuidado del medioambiente.

 

 

“Hacemos hortalizas, aromáticas y flores. A las semillas les hacemos el proceso de curado, secado y selección. Además vendemos especies de la huerta como albahaca seca, laurel y romero. La producción nos permite vivir de esto, pero además consumimos los alimentos que generamos . Desde que empezamos vivimos plenamente de la venta de plantines. Cosechamos mucho, pero para nosotros.  Desde entonces nuestra alimentación cambió y buscamos que la gente de la zona se sume a la movida”, expresó la productora.

 

El espacio verde mide 25 por 13 metros, es el patio de una vivienda que ambos alquilan y que tienen estructurada y organizada. Allí elaboran zapallo, tomate, berenjena, zanahoria, pimiento, acelga, apio, lechuga, plantas medicinales, aromáticas y flores. “Es una casa familiar, nos mudamos hace unos meses, armamos invernaderos, por ahora estamos experimentando con unos microtúneles, porque es más fácil criar las plantas ahí”, explicó, y añadió que también elaboran compost caliente, que preparan, como indican en su cuenta de Instagram, con capas de estiércol de caballo, residuos vegetales y pasto seco.

 

 

 

Cintia aseguró que los alimentos no tienen agroquímicos, que todo es natural. “Este oficio nos encanta y tiene muchos beneficios. A través de este proyecto, no solo buscamos obtener nuestro propio alimento, sino que queremos llegar a toda la comunidad, para explicarles que producir en la tierra tiene innumerables beneficios para la salud, no solo en alimentación, sino también para la cabeza. Además es un buen sustento económico, así se promueven las economías regionales y se favorece lo local”, explicó.

 

La otra faceta que implica este trabajo es el compromiso por transmitir los conocimientos y las experiencias que adquieren en el camino. “Estamos tan comprometidos que llevamos adelante una especie de educación informal sobre estos temas. Contamos lo que vamos aprendiendo, aconsejamos a quienes compran los plantines sobre cómo es mejor cuidarlos, pero también recibimos el aporte de todo aquello que nos puedan contar, algunos de nuestros vecinos son grandes y tienen experiencia en esto; se acercan y compartimos todos”, contó la joven.

 

“Recopilamos información y saberes de mucha gente, nos gusta viajar a los pueblos, hacer intercambios de semillas. Le buscamos la vuelta para que todos puedan replicar la producción a través de una huerta agroecológica, ya sea en un departamento, en una casa o en un campo”, explicó.

 

 

 

Otra pata importante de la iniciativa son las campañas. “Organizamos una de reciclaje porque la producción de plantines demanda recipientes, entonces pedimos por las redes que quienes quisieran aportar vasos de plástico o tergopol, sachets de leche, tetra pack, a cambio les regalamos un plantín o semillas. Pedimos todo lo que se tira y se puede reutilizar, si no tuviéramos este aporte tendríamos que comprar recipientes. Muchos se sumaron, el año pasado colapsamos”, contó orgullosa y advirtió que pronto lanzarán otra convocatoria.

 

 

En cuarentena muchos vecinos arrancaron con el armado de huertas, insistimos en que lo hagan porque esto hace muy bien.

Las redes sociales de Corazón de Tierra tienen recomendaciones, por ejemplo sobre cómo hacer compost, trasplantar plantines, fechas de las ferias y encuentros para intercambiar semillas. Para comunicarse con los jóvenes hay que marcar el 02657 33-1749.

 

“Mucha gente durante la pandemia adoptó el armado de huertas en casa y con más razón insistimos en que lo hagan porque esto hace bien, es algo cultural que no hay que perder, las próximas generaciones deben asimilarlo desde chicos, no hay que perder el proceso de ver crecer una semilla, de cuidar una planta, comer lo que sale del suelo. Los más grandes dicen que hacemos tomates con sabor a niñez, refiriéndose a que tomates eran los de antes, los que no tenían ni un poquito de amarillo como los que hoy se ven en las verdulerías", concluyó.

 

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