Cristina Evangelista y Silvia Brunetti presentan un libro en Villa Mercedes
Los cuentos realistas de Cristina y las poesías de Silvia se conjugan en un libro de emociones, amores y palabras bien buscadas.
Las diferencias narrativas entre Cristina “Tatá” Evangelista y Silvia Acneris Brunetti hicieron que la idea de combinar sus relatos en un solo libro les diera una sensación de complemento y totalidad. El estilo más realista y descriptivo de "Tatá", aunque tiene por momentos algo del relato fantástico, es totalmente opuesto a las poesías y los cuentos de Silvia, a los que define como “literatura sensible” y que se destacan por su trabajo en la prosa.
Este domingo, a las 18, en La Oveja Negra de Villa Mercedes, Cristina presentará “Mujeres y el vicio de amar”; por su parte, Silvia hará lo mismo con “Unos ojos que fueron”, dos libros de su autoría. Las escritoras unieron sus dos obras en una que no tiene tapa ni contratapa, sino que, depende del lado en el que se mire, están los relatos de una o la otra, como las dos caras de una misma moneda.
“De un lado el lector me va a ver a mí, y si lo da vuelta, está Silvia”, resumió “Tatá”, como si sus escritos fueran un fiel reflejo de cada una. Las dos mujeres, que también son amigas, decidieron emprender un viaje editorial juntas en 2019. En una de las tantas tardes de té, charlas y emociones compartidas nació la idea de publicar en conjunto aquellos escritos que tenían guardados.
La parte del libro hecha por Cristina está compuesta por 19 relatos, todos atravesados por las mujeres y el amor. Ambos conceptos están abordados desde distintos géneros como la comedia, el drama y la fantasía. “Tiene la palabra ‘vicio’ en su título porque culturalmente estamos creadas para siempre amar cueste lo que cueste y hasta que la muerte nos separe”, explicó la escritora.
Este sábado, “Tatá” presentó en la Casa de la Cultura el avant premiere de “Solitas”, su cortometraje.
“Unos ojos que no fueron”, la mitad que le corresponde a Silvia, está integrada por poemas que crea en base a sus experiencias, a aquellas situaciones o cosas que le llamaron la atención y que le despertaron emociones y sensaciones dignas de ser contadas. También hay algunos cuentos de la autora que se caracterizan por sus finales “imprevistos” de los que prefiere no dar más detalle para que el público se sorprenda en la lectura.
“Tenemos estilos completamente diferentes. Yo escribo desde la cotidianeidad, no tengo ese lenguaje mágico de la poesía, que sí hace Silvia de manera excelente, porque lo mío es la narrativa. Por ese lado nos compenetramos bien”, describió "Tatá", quien ejerció como docente rural hasta el año pasado cuando se jubiló y decidió volcarse de lleno a su lado artístico.
Este es el cuarto libro publicado de Cristina, pero para Silvia es una experiencia completamente nueva. “Siempre estoy escribiendo cosas pero nunca se me dio por editarlas o publicarlas. Ahora, gracias a que 'Tatá' me incitó a hacerlo, me largué”, detalló la mujer, que nació en Justo Daract pero que vive en Villa Mercedes desde que es adolescente. Es actriz, directora y docente teatral.
Las escritoras se conocen desde muy jóvenes, “algo típico de vivir en un pueblo”, añadió una de ellas. Pero no fue hasta hace un par de años que se hicieron amigas gracias al arte y no por la escritura, sino que fue entre telones y bastidores. “Se dio naturalmente, porque a 'Tatá' le gusta mucho el teatro y empezó a ir a los talleres. Después hicimos una obra en la que ella se transformó en dramaturga”, explicó Silvia.


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