18°SAN LUIS - Miércoles 24 de Abril de 2024

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Pato Smink: pensador del cachengue

El dj y productor combina la filosofía y la escritura para abordar su campo de estudio desde todos los ángulos y perreos. La pista de baile y sus protagonistas son la fuente que coloca bajo el microscopio para hacer sus análisis sociales y combinaciones en las compacteras.

Por Astrid Moreno García
| 10 de enero de 2022
Nicolás Varvara.

Suena una canción de Tini con María Becerra de fondo, le sigue un reguetón de la vieja escuela como “Gasolina”, del recién retirado y rey de su género Daddy Yankee, en el medio una percusión, un cajón peruano o unos golpeteos en un bidón de agua vacío terminan de marcar un ritmo continuo de balanceos, meneos y twerks hasta el piso. La electricidad que invita a moverse se expande por todo el boliche, salón o espacio al aire libre en el que Patricio Smink despliega su consola.

 

Como un vigía en su torre, el DJ observa desde la cabina a los bailarines amateurs mientras les regala unas horas de distensión con su terapia musical para los cuerpos estresados y ansiosos posencierro en pandemia. El deseo que se cruza por el joven, quien vivió toda su infancia y adolescencia en Villa Mercedes, es demostrar el valor que tiene la música popular y el cachengue en la gente. Y lo logra, satisfactoriamente.

 

Patricio nació en Buenos Aires, adonde regresó a los 18 años para estudiar Filosofía, algo que en apariencia no tiene relación con su actual profesión, pero que está estrechamente vinculado. La música lo acompaña desde muchos años antes, cuando era un chico más en la escuela “Leonardo Da Vinci”, de Villa Mercedes.

 

“Fui a un gran colegio que la verdad que tuvo mucho que ver con lo que hice después. Tuvimos Psicología de la música, historia del punk y veíamos todas las corrientes artísticas. Estoy muy agradecido por todo eso y siempre que vuelvo me tratan muy bien. Hay un amor mutuo”, recordó.

 

Allí dio sus primeros golpeteos con sentido y armonía, empezó por la percusión y el ritmo. Fue en ese momento que se dio cuenta que lo que le gustaba era la música bailable. “Todo iba por el mismo lado, de la idea de lo mántrico y el ritual”, relató. También, jugaba con su computadora a buscar sonidos “Al principio era una cuestión lúdica y después me lo tomé en serio. Mi modo de arrancar tuvo que ver con tener algo de producción, el ritmo seguía estando en primer plano y no hubo un quiebre para mí”, detalló Pato.

 

Ya de vuelta en la ciudad de la furia, el DJ encontró un universo de dudas, interacciones entre el mundo de lo sensible y lo inteligible y teorías sociales que lo sensibilizan en todos sus aspectos, y obviamente en su música en especial. Con Friedrich Nietzsche, quien además de filósofo y poeta era músico, encontró un quiebre en el paradigma de que la filosofía pasa meramente por lo mental.

 

Sobre su referente, explicó: “Fue el primero que empezó a sospechar de toda esta corriente de Occidente, del valor del cuerpo y del lugar que se le da a la razón, como que lo más importante era nuestro pensamiento y no cómo transitamos, nuestra entidad o el cuerpo. Él puso en duda todo eso”.

 

Otra de las inspiraciones de Pato es el crítico de música Simon Reynolds. El inglés se caracteriza por escribir sobre electrónica y por acuñar el término "post-rock". Conoció la música bailable una vez que fue a un pub y desde entonces descubrió un lenguaje musical completamente nuevo. “Le dio ese lugar de seriedad que también necesitaba”, remarcó Smink.

 

Su profundo interés por la Filosofía estaba profundamente arraigado con la música, que se convertía a pasos agigantados cada vez más seria e importante en su vida. Como el hombre que sale de las cavernas, había visto los objetos por sí mismo y estaba negado a volver a interpretarlos a través de las sombras.

 

“En un momento empecé a priorizar la parte de la producción, pero no es que eran búsquedas distintas. Siempre era dentro del mismo interés y me terminé corriendo para el lado de los que hacen”, razonó.

 

Para componer sus discos utiliza la computadora, un Handsonic —una almohadilla de percusión manual—, un bidón de agua vacío de 20 litros y el cajón peruano. “Cualquier cosa que haga ritmo es percusión, entonces cualquier cosa que suene se puede usar. A veces es mostrarle a la gente que hay estilos que están más cerca de lo que parece”, desarrolló.

 

Ese profundo análisis y el estudio de la esencia, las causas primeras y los fines últimos de las cosas, producto de sus años universitarios, son los que ahora distinguen al DJ del resto de sus colegas.

 

“Una cosa me llevó a la otra, uso la Filosofía para lo que hago porque me ayuda a especificar procesos creativos o a utilizar la crítica y llevar todo eso al set y a la pista de baile”, explicó Pato y contó que este último espacio es el que más disfruta.

 

El arte de hacer mover a la gente no es para cualquiera. Líderes políticos y religiosos lo intentan todo el tiempo, el DJ logra agitarlos sin decir una sola palabra. Parte de su trabajo es entender qué está pasando con el público y cómo combinar tendencias y sonidos. “Ese momento es el más lindo de todos, es ir un poco leyendo qué público hay, cuáles son sus gustos y qué es lo que consumen a nivel musical. Jugar un poco con lo experimental pero desde lo musical y tender puentes para que sea accesible desde un lugar que toda la gente conoce”, complejizó.

 

Luego, llegó 2020 y la pandemia alejó al lector de pasos de baile de la pista. De un día para el otro Pato se había quedado sin trabajo y, lo que es peor aún, sin su campo de estudio.

 

Con optimismo, el DJ concluyó: “Fue bastante fuerte y muy difícil. Así que lo único bueno de todo eso es que se sintió el rol social que ocupamos quienes hacemos esto que hago yo. Ahora mucha gente lo aprecia también. Ahora se ve mucho que la gente tiene ganas de enfiestarse y bailar”.

 

 

Filosofía cachengueable

 

La génesis del baile se remonta a la prehistoria, a los garabatos en cuevas de India, Europa y Asia. Los hombres y mujeres de la antigüedad lo utilizaban como forma de comunicación e identificación entre tribus, para hablar con los dioses y como rito de atracción. En resumen la danza es un eslabón esencial del desarrollo de las civilizaciones. Algo que hoy en día perdura.

 

Pato coincide: “En la Filosofía todo lo que son disciplinas para el cuerpo están pensadas como menos importantes que las que son para el intelecto y la razón. Para mí es un prejuicio erróneo porque también no liberar el cuerpo genera que la gente esté hiperneurótica, porque no tiene lugares donde descargar. Más ahora con la presión con la que vivimos. Tiene sentido que la razón porque la gente va al psicólogo sea por ataques de pánico que tiene que ver con lo mental y no poder salirse de eso. Es un vicio muy occidental”, reflexionó.

 

El rito ha evolucionado y de taparrabos, se pasó a tops con brillos y camisas floreadas, las antiguas pintadas en el rostro hicieron una metamorfosis hasta llegar a la era del glitter y los brillos debajo de los ojos, al mejor estilo Emilia Mernes.

 

“La música bailable es explícitamente más simple para que sea más intuitiva para el cuerpo, pero históricamente se evaluó a la complejidad como algo bueno y no necesariamente lo es”, analizó. Y agregó: “La mayoría de los intelectuales subestiman el baile porque no bailan y esas cosas no se pueden contar, sino que tenés que vivirlas”, relató el joven que lucha por desterrar los prejuicios que hay para con el género que le despertó pasiones y sobre todo le dio muchas alegrías.

 

Otro de los intereses de Pato es la escritura, incluso ya la practicaba en sus años de estudiante del "Leonardo Da Vinci". Si bien es un hobby que por el momento tiene abandonado, planea retomarlo en un futuro, pero como una especie de manual metodológico.

 

“A mí me interesa esto de contar historias, pienso que voy a volver a retomar más fuerte con la escritura cuando me canse de ir de boliche en boliche. Creo que hay muchas anécdotas de este lado del mundo, porque los intelectuales lo subestiman, entonces hay mucha data e ideas interesantes para contar, muchas veces la gente que se dedica solo a bailar o está yendo a bailar no está poniendo tanta fuerza a reflexionar al respecto”, fundamentó.

 

 

En los medios

 

Pato formó parte de Circo Súper Pop, el exitoso programa radial conducido por Lalo Mir. Entró porque estaban buscando un músico contemporáneo que pudiera hacer referencias a lo popular y que, además, tocara. Fue así que terminó haciendo y presentando un remix por semana, algo que asegura le dio un gran entrenamiento.

 

“Yo ocupé ese lugar medio híbrido que buscaban, nos llevamos muy bien con Lalo y además, en ese programa, empecé a contar la historia de distintos ritmos bailables y salió algo temático”, recordó.

 

Ahora, Pato encara un nuevo proyecto de la mano de Filo News, donde hará un segmento de música del cual ya grabó el piloto. Además, junto con los productores de La Wallace, la fiesta que musicaliza en San Luis, planea un nuevo evento de diversión: “Trakata”.

 

“Estoy contento y bastante a mil. Aprovecho el boom y estoy con ganas de la parte de escritor de contar cosas sobre música”, manifestó el fiel defensor del cachengue.

 

 

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