Malezas: eternas enemigas, cada vez más fortalecidas

Las malezas constituyen el principal factor adverso para la producción agrícola. El aumento de especies resistentes y tolerantes en varias regiones  del país, incluida la de San Luis, preocupa a la producción agropecuaria, teniendo en cuenta el impacto ambiental que podría ocasionar en la producción si no se toman las medidas adecuadas.

“La falta de rotación de cultivos, no utilizar verdeos de invierno o de cobertura y la aplicación continuada de herbicidas con un mismo mecanismo de acción, como por ejemplo glifosato o metsulfuron, son las principales causas del incremento de malezas resistentes”, indicó Jorge Garay, ingeniero agrónomo, especialista en malezas del INTA San Luis.

El investigador lleva cinco años de estudios minuciosos para conocer cuál es el mejor método de control de malezas en el sorgo con tecnología Igrowth. “Es un cultivo que, por su eficiencia en el uso del agua y su comportamiento en suelos con limitada fertilidad, se adapta a las regiones semiáridas como la de San Luis. Con un manejo adecuado e integrado a una rotación planeada racionalmente provee efectos benéficos para el suelo y los cultivos subsiguientes”, explicó, y agregó que “debido a su utilización como fuente de grano y forraje para la alimentación animal, juega un rol estratégico en la intensificación de los sistemas de producción de la provincia”.

Uno de los principales problemas del sorgo es el control de malezas en pre y posemergencia, sobre todo gramíneas. Esto lo llevó a perder competitividad como alternativa al maíz, incluso en zonas donde resulta ventajoso por su gran tolerancia a las altas temperaturas y el menor requerimiento de agua.

“En nuestra región, las principales malezas que escapan al control son principalmente la roseta, la pata de gallina, el pasto cuaresma, el sorgo de alepo y el capín”, indicó el ingeniero agrónomo. En cuanto a las alternativas de control con herbicidas, asegura que “hasta hace pocos años se basaban principalmente en la utilización del Glifosato, S-Metolacloro con semilla tratada con antídoto y Atrazina en presiembra y preemergencia, mientras que en posemergencia el 2,4D y el Dicamba, aunque en muchos casos los controles no eran eficaces”.

Pero todo puede cambiar a partir de la adopción de la tecnología Igrowht, que es la primera para el control de malezas en sorgo que le confiere resistencia a herbicidas de la familia de las imidazolinonas. “La tecnología Igrowth llegó para solucionar la falta de control de las malezas y para permitir que el sorgo se expandiera en varias regiones del país”, especificó el especialista.

“Es una tecnología que otorga múltiples beneficios para el sorgo, como el acortamiento en las brechas de rendimiento entre el potencial y el realmente logrado a campo; la limpieza de los lotes obtenida en poscosecha del sorgo permitiendo entrar al siguiente cultivo con un menor costo de barbechos; y la menor altura de corte de la planta en el picado para silaje, que brinda mayor producción de materia seca por hectárea”, explicó el técnico.

De todas maneras, los especialistas aconsejan no abusar del herbicida y rotarlo con otros modos de acción para que no suceda lo mismo que con el glifosato, que debido a su uso reiterado y casi único ocasionó varios casos de resistencia en diversas partes del mundo.

Garay llevó adelante una experiencia en un campo de Villa Mercedes para evaluar la selectividad y eficacia en el control de malezas del herbicida Mayoral SL (Imazapic 31,8% + Imazapyr 10,7%), un producto de Adama que aplicó en sorgo Igrowth en la campaña 2021-2022.

“El lote se reseteó con la mezcla de Glifosato (2 litros por hectárea) y Paraquat en la misma cantidad el 15 de noviembre de 2021. Había emergencia de digitaria sanguinalis, con una cobertura del 80%, y el 20% restante eran salsola kali, conyza bonariensis, conyza sumatrensis, amaranthus palmeri y cynodon hirsutus, esta última en manchones. El control de las malezas fue excelente”, calificó el agrónomo.

Apuntó a la digitaria sanguinalis y el cynodon hirsutus como las malezas problema o blanco. “La siembra del sorgo forrajero se realizó el 1° de diciembre, con precipitaciones durante la campaña que fueron oscilantes. El pico fue enero (131 milímetros), mientras que en diciembre cayeron 99,2 y en noviembre habían sido 82,6.

“Las aplicaciones se realizaron en posemergencia del cultivo y con malezas hasta 3 o 4 hojas verdaderas. Fueron evaluadas dosis de 230 mililitros por hectárea (ml/ha), 300, 460 y 600 ml/ha. En el caso de las dosis por arriba de 230 ml/ha se realizaron para probar la selectividad del cultivo Igrowth, ya que para lograr eficacia sobre las malezas blanco no es necesario superar la dosis máxima recomendada”, aclaró.

También se realizaron aplicaciones en posemergencia del sorgo en estado de 6 hojas, a las mismas medidas, para evaluar la selectividad. “Un dato para tener en cuenta es que la dosis máxima recomendada por Adama para sorgo Igrowth tanto en pre como posemergencia del cultivo es 230 ml/ha, aunque en presencia pata de gallina se recomienda subir a 300 ml/ha”, agregó Garay. Por supuesto que en cualquiera de los casos, antes de definir la dosis se deben tener en cuenta la textura de suelo, las precipitaciones y la sensibilidad del cultivo que sigue en la rotación.

Las conclusiones

“A 60 días desde las aplicaciones, todos los tratamientos mostraron muy buenos controles de malezas, entre 87,5% y 93% de efectividad, muy importante desde el punto de vista de la eficiencia de un herbicida con acción residual”, contó el especialista, y añadió, en cuanto a fitotoxicidad, que “los efectos observados al comienzo de las aplicaciones (síntomas ligeros que no afectan el rendimiento), desaparecieron con el transcurso del experimento, sin afectar el rendimiento”.

Según los técnicos de Adama, para hacer un uso correcto del producto lo ideal es aplicarlo en preemergencia de la maleza, ya que los activos pueden llegar al suelo y ser más eficientes, no solo en lo que respecta a eficacia de control sino también en cuanto a residualidad. “Para esto es necesario, no solo que el producto llegue al suelo, sino también la incorporación con una lluvia de 20 milímetros o superior, en una sola ocurrencia”, agrega Garay, quien deja una enseñanza final: “Si dentro de los problemas de malezas está el yuyo colorado, habría que acompañar con alguna otra estrategia, como el agregado de Flumioxazin, ya que es resistente al modo de acción ALS”, concluyó el ingeniero agrónomo.