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Omar Lucero, el chapista cantor

A los 8 años limpiaba piezas en un taller mecánico. Aprendió a tocar la guitarra en la casa de su abuelo. Se autodefine como cantor, imitador y payador. Ha escrito temas a sus ídolos sanluiseños, sobre todo del deporte.

Por Johnny Díaz
| 23 de octubre de 2022
Con su música. "Tuve la suerte de escribirles temas a mis ídolos: Juan Gilberto Funes y Federico 'Feco' Schmid". Fotos: Inés Cobarrubia/Gentileza

Todo lo que hago es espontáneo, me gusta mucho la improvisación y voy rimando frases de acuerdo a la ocasión", dice Omar Lucero, más conocido como el chapista cantor, un músico autodidacta que aprendió los primeros acordes musicales escuchando tocar la guitarra a su abuelo.

 

Hijo de Lucía Ponce y Erasmo Lucero tiene siete hermanos: Antonio, Lucía, Gustavo, Patricia, Olga, David y "Chiquito", a quien le decían "El Gato". Los tres últimos, fallecidos.

 

Fue alumno de la escuela "La Rioja", que funcionaba en avenida Lafinur al lado de la distribuidora de Seven-up, y de la escuela de Bella Florida, cerca de El Divisadero, cuando se fue a vivir con su abuela Tomasa.

 

 2013. Jugando para Dosep participó del torneo internacional de fútbol Senior en Carlos Paz.

 

 

“En mi casa éramos muchos y había que hacer dos cosas, estudiar y trabajar. Con una de mis hermanas salimos en busca del sustento diario para ayudar en la casa y cubrir nuestras necesidades. Ella consiguió en una casa de familia y yo en el taller de Broky, en avenida España y Colón. Era el ‘lavapiezas’", recuerda.

 

"Tres años después —en 1968—, con ‘Coquito’ Neira, fuimos a pedir trabajo en el taller de los hermanos Coria, donde estaba ‘Pichilo’ Vega. Era en calle Colón, al lado del taller de ‘El Gringo’ Ferrari, pero él reparaba motos. Ahí ya era ayudante de mecánico al tiempo que jugaba al fútbol en las inferiores de San Lorenzo del Puente Blanco".

 

"Aprendí rápido el oficio de chapista, uno de quienes me enseñó fue Fernando ‘Cacho’ Coria. También trabajé con Ángel Sanffilipo, que era masajista y cantor de tangos bajo el seudónimo de ‘Ángel Moreno’".

 

Como era joven, buscaba talleres donde pudiera aprender. Fue a trabajar al pasaje Mauro con Andrés Raúl Fernández, a quien le decían ‘el negro engrasao’ y a quien Lucero recuerda como "una excelente persona".

 

 A pleno. El chapista cantor interpretando temas de su autoría en un festival sanluiseño.

 

 

Un día un cliente quería vender una camioneta que no usaba y hacía muchos años que estaba abandonada. Los mecánicos no la podían hacer arrancar. "La batería no servía, en eso apareció un cliente y Fernández aprovechó de pedirle la batería para ponerla en marcha, le pusimos nafta al carburador, verificamos que todo estuviera en orden y le dieron arranque. Después de varios intentos arrancó y por el caño de escape, aunque usted no lo crea, salieron ratas y pericotes...Quedamos atónitos, obviamente quedó en el recuerdo para todos".

 

Lucero, quien en su infancia también fue repartidor de leche con don “Paco” Vega, del Pueblo Nuevo, recuerda que antes de independizarse le hizo varios trabajos a Martín Automotores, y que don Noschelli —otro chapista— le mandaba distintos trabajos para que se fuera abriendo camino en la profesión.

 

“Mi primer taller lo puse en avenida España y Constitución, en la casa donde vivíamos. Solo hacía la chapería de autos siniestrados, chocados o volcados, la pintura era de otras personas o colegas que hacían las dos cosas”, señala.

 

 En el taller. Hoy, a los 73 años, Omar Lucero está jubilado, pero no deja de trabajar con su hermano Antonio.

 

 

"En los tiempos que se podía ahorrar y había mucho trabajo, me compré un terreno en calle Maestro González y armé mi taller en ese lugar, me acompañaba mi hermano Antonio, que hace pintura y le dicen ‘Marcapasos’ porque está al lado del bobo, y el bobo soy yo", dice con una sana humorada de quien está todo el tiempo improvisando, haciendo humor o rimando con su guitarra.

 

A los hermanos Oros, (Juan, Pepe y Oscar) dice quererlos como si fueran su familia. “Con ellos fuimos varias veces a Mendoza a llevar el diario Clarín. En una oportunidad, aprovechamos que había carreras de autos, nos quedamos a ver el debut de los Torino con Gradassi, Ternengo y Copello. Los tres iban en el primer lugar, pero ganó Ternengo y el chileno Jara fue tercero. Fue un muy lindo espectáculo, lo cuento porque debutaron los Torino en competencias en el interior del país. Una verdadera fiesta, inolvidable”, dice.

 

El chapista cantor aprendió a tocar la guitarra gracias a su abuelo ‘El Petiso’ Agüero y a ‘Panilo’ Domínguez. Ellos se juntaban por las tardecitas y él, mirando, fue sacando acordes. Apenas tocaba entre amigos o en familia, no se animaba, pero nunca le faltó coraje.

 

“Empecé a ‘salir’ a mediados de 1972, y de tanto andar fui aprendiendo. En el 75, con Lucio Quiroga, fuimos a darle una serenata a Defensores del Oeste, que era el campeón de la Liga Puntana (hoy Liga Sanluiseña). También hice unos temas en el cumpleaños de Rosendo Hernández".

 

 Amigos. Con "El Búfalo" Funes en una cena homenaje.

 

 

Lucero alternaba su trabajo de chapista con el de músico, pero reconoce que le gustaba improvisar o cantar temas propios. Así fue que cuando la alianza Juventud-Pringles-Universitario se clasificó al torneo Nacional de 1979, compuso un tema bien tribunero; "Que alegría que tengo/ que alegría me da saber/ que el Juventus se va al Nacional/ dale Juventus dale nomás/".

 

En 1981, el profesor Jorge Garraza lo invitó a tocar en el primer festival del malambo infantil que se hizo en el salón Luz y Fuerza de San Luis, ante un lleno total. “Hice dos temas y me pedían otros, pero el tiempo era escaso. Creo que allí me lancé como solista. Tampoco quiero olvidarme de Carlitos Becerra, un señor cantor de aquellos años”.

 

Tiene recuerdos imborrables de Juan Gilberto Funes y se considera el más hincha de todos. A él le escribió varios temas, que en su momento era común escucharlos en las FM. “Siempre te recordamos cuando tu empezaste a jugar/, si tú te iniciaste en tu querido Huracán/ luego te vas a Sarmiento a Mercedes un Regional/ después te vas a Mendoza a Gimnasia y triunfar/ después de un salto muy lindo te vas fuera del país/ y allá en Colombia te bautizan “El misil”/....”.

 

 1995. Con la intendenta de San Luis, Mirta Verbeke.

 

 

Lucero, agradable y amable, dice que muchas veces mezcla su canto de trovador con el humor y la improvisación. En 1982 le escribió una canción a los combatientes en Malvinas, “Vuelven los héroes”. “Un tema que al día de hoy me emociona, la música es de José de Calasanz Ojeda, eximio músico de San Luis. Al tema lo pasaban en las radios de San Luis, fue el éxito del momento recordar a quienes quedaron en las islas y a quienes volvieron”.

 

Recuerda con orgullo su amistad con "Feco" Schimd a quien también le dedicó una canción. "Tenía el alma de campeón/y esas ganas de triunfar/todo San Luis conocía/ su demencia al acelerar. Veinte vuelcos en sus espaldas/ su manejo pasional/ no hicieron mella/ en el orgullo del bicampeón nacional".

 

“Ese mismo año, compuse otro tema a Juan Gilberto, fue un desafío que me hizo mi primo Juan Elías. ‘Vos que te las das de músico y payador, a que no sos capaz de escribirle un tema a Juan’, me dijo y yo inmediatamente pulsé la guitarra y salió un tema que por primera vez interpreté en el barrio Rawson. Don Pedro Funes, el papá de Juan, me regaló un fajo de billetes”.

 

“Cuando River se coronó campeón en Japón, yo estaba en la casa de Juan Gilberto Funes, en la avenida Julio A. Roca, con don Pedro y doña Marta, sus padres. Había una gran parrilla donde no faltaba nada, pero nadie fue a festejar el triunfo, estábamos los tres solos, fue una desazón enorme, pero nada importaba, Juan era campeón con River en Japón”.

 

 Fanático. Lucero se considera el hincha Nº 1 del "Feco".

 

 

Dice que cuando el astro puntano regresó a San Luis se hizo una gran fiesta en El Milagro, donde se festejaron los 15 de Mónica Domínguez. No faltaron carreras cuadreras, partidos de fútbol y hasta carreras de autos. Ahí aprovechó en dar a conocer un tema de su autoría que entre otras cosas dice: “Con estas simples palabras/quiero recordar aquella Copa Libertadores/ y también la Intercontinental/ este Bambino hizo un equipo a nivel mundial/. Lo formaste con Pumpido, Gordillo, Montenegro nombré/, el uruguayo y Gutiérrez, Oscar Ruggeri también/ hablando del medio campo, la columna vertebral/ Gallego, Enrique y Alfaro/ Alzamendi para picar, los lujos del Beto Alonso/ y los goles de Funes ya pueden festejar”.

 

El chapista cantor derrocha buen humor, cuenta vivencias y experiencias, aprovecha para admitir que es muy difícil que lo encuentren mal. “Estoy dispuesto a todo, —musicalmente hablando— he tocado en festivales provinciales, bailes y peñas de San Luis y algunos del sur de Córdoba, canté en fiestas escolares a total beneficio de las escuelas. También armé un grupo chamamecero: ‘Amanecer Tropical’, integrado por Teresa Arce, Rosana Fernández, Juan Gutiérrez, Ceballos y yo. Jamás me negué a nada, cuando me convocan yo estoy”, agrega con seguridad.

 

Tiene tres hijos: Joel, Natalia y José. Y a su familia se suman ocho nietos: Joaquín, Juanito, Jeremías, Anita, Paulina, Ismael, José María y Melina, más dos bisnietas.

 

 San Lorenzo. En las inferiores, con Jorge Gómez y Nico.

 

“Ahora estoy jubilado, pero sigo en el taller, lo llevo en el alma. Hay poco trabajo, me ayuda que tengo mucha gente amiga. Mientras tanto le compuse un tema a la Selección Argentina, sigo escribiendo y creo que algún día grabaré: ‘Zamba del rally’, que en una de sus estrofas dice: "Valientes deportistas/ los quiero felicitar por ese don tan hermoso/ que es saber manejar/ En la butaca derecha el navegante valiente va/ con la hoja de ruta/ en la mano te da seguridad"/. ‘Vuelven los héroes’, ‘El Feco, el ídolo amigo', ‘Al ídolo puntano’  y otros más que andan dando vueltas por ahí. Hacerlo significa mucho para mí, me emociona recordar aquellos años”.

 

Lucero, a sus 73 años, sigue jugando al fútbol, componiendo y golpeando chapas, no olvida a su Defensores del Oeste querido y al equipo de fútbol de Dosep,  con el que fue a Villa Carlos Paz a un campeonato internacional de fútbol Senior.

 

Y cierra con una estrofa del tema dedicado a la Selección: “Le pido a Dios todopoderoso y a la patrona de los argentinos La Virgen de Luján/ que reine la paz en el mundo y que todos disfrutemos del Mundial de Qatar”.

 

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