A pesar de la suba de la harina, panaderos dicen que no tocarán los precios
La Secretaría de Comercio de la Nación fijó nuevos montos de referencia para los molinos que implican un 10% de aumento. Los comerciantes puntanos decidieron no trasladarlo a sus mostradores.
En una acción que busca preservar el bolsillo de sus clientes y así evitar más caídas en sus ventas, los comerciantes puntanos decidieron no incrementar el costo del kilo de pan a pesar de la suba del precio de la bolsa de harina. Así lo aseguró a El Diario de la República el presidente del Centro Industrial de Panaderos de San Luis, Juan Calderón.
La semana pasada, la Secretaría de Comercio de la Nación fijó nuevos precios de referencia para los molinos que desarrollan la harina subsidiada. Ese aumento para los panaderos del interior del país significó un 10 por ciento. La última estocada monetaria había sido en julio, por un 30 por ciento.
Con todo ello, la bolsa de 25 kilos quedó en $1.417 para la harina 000 y en $1.700 para la 0000. A esos valores se les suman luego los costos logísticos y de entrega. Para las regiones de Cuyo y Centro, crece un 5 por ciento más.
Entidades que nuclean a panaderos de provincias como Mendoza optaron por trasladar ese golpe al consumidor. Pero San Luis y otros distritos, como Jujuy, decidieron por ahora soportar el impacto y no trasladarlo a sus mostradores: temen una profundización en las ya alicaídas ventas.
El secretario de Comercio, Matías Tombolini, aseguró que "no existe intención de eliminar el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA)" que respalda la harina subsidiada, pero se busca "optimizar" su operatoria y por ello "los precios fueron actualizados".
En San Luis el panorama es complicado porque la merma en las ventas no frena y, según los comerciantes, la caída es peor a la época de pandemia. Un relevamiento realizado por El Diario de la República a fines de agosto arrojó que la disminución del consumo alcanzó el 60 por ciento.
"Sabemos que Mendoza aumentó sus precios, nosotros decidimos no hacerlo. Si tocamos el precio perdemos más ventas. Sería correr al cliente de la panadería. La gente ya no compra directamente un kilo de pan como siempre lo hizo. Ahora fracciona todo lo que va a consumir. Si en la casa son cinco integrantes, llevan diez piezas de pan y listo. Es muy similar a lo que ocurre con la carnicería, que ya no piden un kilo de bifes, sino un bife para cada miembro de la familia", contó Calderón.
"Las ventas han caído, pero hay días en que repuntan un poquito. Va cambiando aunque ahora, con la llegada del calor, se consume menos", agregó.
"Decidimos absorber la suba de la materia prima, pero los puntanos bregamos para que el gobierno nacional insista con la harina subsidiada. Hay molinos que ahora optan por hacerla, pero su calidad es diversa. En San Luis la harina que entra es casi toda de primera calidad. El tema radica en que esa harina subsidiada se la vendan solo al panadero, que llegue directo desde el molino a la panadería. Sobre todo a aquellos colegas que no pueden comprar doscientas bolsas. No pueden manejar esa materia prima los revendedores. El producto subsidiado debe llegar de inmediato al panadero y así el precio bajará en el mostrador para la gente. De todos modos, nosotros no vamos a tocar el precio", explicó Calderón.


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