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Joe Simon, el padre de todo

Joe Simon es un nombre ignoto para la mayoría de la población. Excepto para la comiquera. Este escritor, artista, editor e historietista entró en la historia de los cómics yanquis. Junto a Jack Kirby, otro monstruo, co-creó al "Capitán América", uno de los personajes clásicos más añorados de Timely, actual Marvel.

 

Intentó buscar un sentimiento patriótico con el hombre de las rayas blancas y rojas. El superhéroe debió parar los atropellos del máximo dirigente nazi alemán, Adolf Hitler. Estaba claro que esta postura se debía al momento que se vivía. El globo terráqueo atravesaba la Segunda Guerra Mundial, un conflicto bélico que ya se había visto años anteriores, con países que miraban de afuera pero también eran afectados.

 

Las premisas del Tío Sam, con el “Te quiero” y el dedo índice, se vieron personificadas con el Capitán América. Tras la finalización del conflicto bélico, el Centinela de la Libertad siguió el ruedo luchando por su bandera tricolor.

 

Para la contra, la compañía DC Cómics, Kirby y Simon realizaron "The Sandman" en los cuarenta, que ahora se popularizó con la serie de Netflix. Esa idea pero con otra estética.

 

En el rubro heroico también retrató la lucha y los seres comunes en clave justiciera con “Newsboy Legion” y los “Boy Commandos”.

 

Luego, la dupla creó el género de historietas de romance para finales de la década del 40. Esa idea fue novedosa porque para aquel entonces ya estaban los superhéroes generando revuelo y de a poco ganaban terrenos la fantasía y la ciencia ficción. Pero así como las novelas mexicanas atrajeron a las amas de casa de los ochenta, en las viñetas se multiplicaron las ediciones sobre el amor, el drama y los finales felices.

 

También fueron los pioneros en el terror dentro del noveno arte. Con atmósferas lúgubres y mucha sangre, abrieron un camino sin retorno en uno de los géneros que en la actualidad es de los que mejores contenidos de calidad ha generado en la industria.

 

Como no podía faltar, los americanos de los años cuarenta y más utilizaron las historietas bélicas como propaganda para sumarse al Ejército y dejó un buen rédito económico mientras los cañones aún humeaban. Lo mismo con el western, una añoranza a los establos y los duelos a muerte en el Viejo Oeste.

 

Simon murió el 14 de diciembre del 2011. Dejó un legado que resistió hasta las crisis económicas del mundo. Pero las viñetas siguen vigentes, ya sea en papel o en soporte electrónico.

 

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