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Con reformas y proyectos, Amuyen se alista para volver a la presencialidad plena

La ONG busca recuperar a los alumnos con discapacidad que desertaron durante la pandemia.

Por redacción
| 26 de febrero de 2022
En obra. Realizan arreglos en las instalaciones antes del inicio de clases. Foto: Luciana Iglesias.

Este no es un comienzo de clases más para el equipo de Amuyen. La escuela para personas con discapacidad iniciará el ciclo lectivo con presencialidad plena después de dos años, con un desafío más que importante: recuperar a los alumnos que desertaron durante la pandemia.

 

La llegada del coronavirus impactó fuerte en la vida institucional de la ONG, que tiene su sede en la calle Sargento Baigorria. No solo tuvieron que interrumpir sus actividades durante los momentos de restricciones sanitarias, sino que también perdieron continuidad en su proyecto de panadería y en la ayuda alimentaria que les brindan a sus asistentes, casi todos pertenecientes a familias de bajos recursos.

 

La directora de la institución, Susana Rodríguez, explicó que las clases comenzarán el lunes 7 de marzo y que podrán retomar las jornadas completas, como las que realizaban hasta 2019, desde las 9 de la mañana hasta las 17. "En 2020 y 2021 tuvimos que trabajar de forma muy diferente, con virtualidad o con actividades reducidas. Ahora volveremos a lo habitual, pero respetando el protocolo", contó.

 

A Amuyen concurren jóvenes desde los 14 años hasta adultos de casi 60, que tengan algún tipo de discapacidad mental leve o moderada. Funciona con las mismas fechas y modalidades del calendario escolar, pero cuenta con una educación adaptada, con talleres y propuestas para potenciar el desarrollo de las personas que asisten.

 

El coordinador, Ramón Bustos, reveló que muchos de los alumnos dejaron de asistir en los últimos dos años. La matrícula disminuyó literalmente a la mitad, porque de los 54 que había, solo 27 finalizaron el ciclo lectivo el año pasado.

 

 

La mitad de los alumnos dejaron de asistir a la institución durante los últimos dos años.

 

"Algunos padres no enviaban a sus hijos por temor al contagio o porque tenían la urgencia económica de atender prioridades", sostuvo. Para algunos de los asistentes, el desayuno, el almuerzo y la merienda que les brindan en la organización son las únicas fuentes de alimento con las que cuentan.

 

Por eso, ya abrieron las inscripciones y seguirán anotando, de 9 a 12 y de 14 a 17, durante la semana que viene, aunque es probable que vuelvan a habilitar las solicitudes después de que arranquen a cursar.

 

En estos días realizan algunas reformas en el edificio, como una salida de emergencia para las salas más nuevas y la reparación del techo, que tenía muchas filtraciones del agua. "Todavía nos queda trabajo por hacer, por eso pedimos donaciones a las pinturerías con material", sostuvo Bustos.

 

Además, este año buscan concretar otro de los grandes proyectos de la institución. Pretenden armar un pequeño local en el frente del edificio, para realizar la venta directa de sus panificados. De esa forma, los jóvenes y adultos con discapacidad podrían capacitarse, ganar experiencia y luego obtener empleo en atención al público en comercios.

 

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