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Evaluaron el desempeño de 22 tipos de semillas de maíz

José Lorenzino realizó los ensayos en el establecimiento “La Juanita”, ubicado en el paraje Juan W. Gez, junto a 7 semilleras. En la jornada a campo también hubo dos charlas.

Por María José Rodríguez
| 22 de mayo de 2022
Cerca. Lasiembra comenzó el 15 de diciembre, la cosecha se realiza en esta época. Fotos: El Diario.

Generosidad, experiencia y un gran amor por su trabajo. Quizás son muchos más los rasgos que caracterizan a José Lorenzino, pero al menos estos tres se pusieron en evidencia durante la jornada a campo de presentación de los diferentes híbridos de maíz que utilizó para experimentar en busca de conocimientos sobre el comportamiento del cultivo. El trabajo se realizó en el establecimiento “La Juanita”, ubicado en el paraje Juan W. Gez, a 38 kilómetros de la ciudad de San Luis.

 

 

 

De a poco, con el sol firme y apenas una brisa, el terreno se fue llenando de pisadas que exploraban cerca de los maizales. La organización fue impecable y estuvo a cargo de la Comisión de Mujeres Ruralistas de la Sociedad Rural.

 

Hubo cerca de 120 personas entre productores, profesionales de diferentes especialidades y empresas de insumos agrícolas. Todo para conocer el desempeño de 22 productos genéticos que aportaron siete semilleras: Pioneer, AG Seed, Prosapia, Brevant, Nidera, NK Singenta y Dekalb.

 

 

El informe con los resultados y los detalles de cada híbrido que usamos les llegará a cada productor por correo electrónico.

 

 

El primero en tomar la palabra fue el anfitrión que brindó algunas especificaciones sobre los lotes en los que fueron implantadas las semillas. “En este lote, que tuvo girasol, hicimos un barbecho temprano (el 25 de agosto) porque no teníamos mucha humedad, queríamos dejar limpio ya que iba a ir a un maíz de primera. Tuvimos un poco de escape de rama negra y se hizo un segundo barbecho (el 28 de octubre). Recién el 15 de diciembre comenzamos a sembrar y se aplicaron preemergentes”, explicó y añadió que normalmente en todos los lotes de “La Juanita” que salen de soja van a maíz, o que si vienen de girasol y van a maíz o sorgo, reciben en septiembre 100 kilos de superfosfato triple.

 

Lorenzino continuó: “Voleamos en V6, 150 kilos de urea. Hasta ahí teníamos un milimetraje aceptable de lluvias. En septiembre habíamos tenido 62 milímetros, en octubre 7, en noviembre 58, en diciembre 55, en enero 106, en febrero 35, marzo 34 y 17 en abril. En total tiene 305 milímetros. Si el lote no hubiera estado limpio, no hubiéramos podido obtener resultados. Tampoco fue fácil lograr lo que tenemos ahora”.

 

 

 

Además indicó que fue un año bastante atípico porque llovía muy por franjas, “de una línea de luz hacia el sur, en los pluviómetros tenemos 100 milímetros menos que lo que hay hacia el norte, y desde la casa hacia la ruta hay 100 más”, especificó y aseguró que lo más importante fue mantener el lote limpio y arrancar procurando cuidar la humedad desde temprano.

 

 

En La Juanita trabajamos bajo la cultura del cuidado del medioambiente, el suelo es de lo que vivimos”. José Lorenzino, productor agrícola ganadero.

 

 

David Yobel, técnico de Sánchez Agronegocios SA añadió que otra particularidad que debieron afrontar sobre el lote fue que sufrieron dos heladas, “entre el 23 de marzo y el 30, la primera pegó en el bajo, fue bastante, no llegó al nivel de espiga pero hizo daño. La del 30 no hizo nada. Desde febrero las precipitaciones fueron muy escasas con lo que los cultivos se terminaron por falta de agua, entonces vamos a ver bien llenos los granos, casi con poco espacio, pero es por falta de agua, no por heladas”, explicó y aclaró que Franco Bangero, fue el responsable de sembrar los 22 ensayos.

 

 

Con el sello Lorenzino

 

“Junto al grupo Cambio Rural venimos trabajando hace mucho tiempo en este tipo de experiencias. Había que empezar a hacer esto junto a los semilleros, yo pongo el campo, la máquina y todos los insumos, pero todos aportan su cuota para lograr los ensayos. Fuimos armando todo de a poco y el año pasado la pandemia nos frenó un poco, pero pudimos arrancar”, afirmó y aclaró que para él hay que compartir el conocimiento para crecer todos juntos y tirar para el mismo lado.

 

Sobre la jornada opinó que no es fácil reunir a tantas personas, durante un día de semana (fue un jueves), y en plena época de cosecha de maíz. La jornada fue un trabajo en equipo, además de los detalles que estuvieron a cargo de la Comisión de Mujeres Ruralistas, las semilleras convocaron a sus clientes.

 

“Si hay que hablar específicamente de los resultados, podemos decir que los materiales se desarrollaron de manera muy pareja. Desde las grandes empresas, como Monsanto, hasta las más pequeñas y nuevas y familiares como Prosapia, que hace 8 años que trabajo con ellos, los conozco desde hace 8 años que fue cuando arrancaron con el maíz”, expresó Lorenzino.

 

“Tampoco es fácil reunir a siete semilleras en un mismo espacio, pero considero que este espíritu para poder innovar y crecer viene por parte de mi padre. Él fue uno de los precursores, siempre me enseñó que a todo lo que uno sabe y puede compartirlo y mostrarlo, hay que hacerlo, porque de nada sirve guardarlo, si yo hago esto y encontramos a alguien que lo hace mejor, ganamos todos. Porque no es lo mismo juntar un volumen de 5 millones de kilos que juntar 100 millones de kilos de maíz”, aseveró y estimó que a medida que crece la actividad, “se puede pelear un poco más con las empresas que están en San Luis, ellos saben que pueden tener su producción acá, es decir, que no tienen que salir a buscar a otras provincias”.

 

Otro aspecto que no escapó a la apreciación de José Lorenzino es que “este es un trabajo que uno va realizando en cada zona y se saca una propia conclusión, es muy importante este intercambio. Hemos visto mucha paridad y es notable cómo cada material se adapta a cada zona y qué es lo que se puede lograr teniendo buenas semillas. No nos tomamos a la ligera el sembrado de un hijo de híbrido  o el total de lo que obtengo. Yo tengo que tratar de lograr siempre un poquito más. Invertimos y gastamos la misma cantidad de plata y tenemos una buena producción. Siempre apuntamos a lo mejor, de hecho hay materiales que cuestan 220 dólares que a lo mejor en esta zona no van a expresar lo que realmente son, pero puede haber otro de 160 dólares, que sea similar, y que realmente pueda dar mucho más. Entonces apostamos a eso, si el gobierno nacional no nos quitara tanto y nos ayudara un poco más, podríamos invertir en mejorar la tierra, que es un aspecto que se va perdiendo año tras año”, aseveró el productor.

 

Mientras todos escuchaban atentos cada presentación de las semilleras, que contaban las características específicas de los híbridos utilizados en los ensayos, el mediodía se acercaba y se respiraba un cautivador aroma a carne asada y a empanadas fritas.

 

Bajo la sombra de un gazebo el anfitrión contaba que dentro del establecimiento trabajan bajo la “cultura de cuidar el medioambiente porque el suelo es de lo que vivimos. Si lo arruinamos, dentro de diez años mis hijos no van a poder sembrar, ni tener producción”, indicó Lorenzino y recomendó que a la hora de elegir los medios es importante buscar buena maquinaria, materiales de calidad y hacer una fertilización. “Siempre cuidando la limpieza de los lotes, sin tirar agroquímicos que sean perjudiciales. Es eso y mucho más lo que hay que ordenar y llevar adelante en cada campaña. A las conclusiones a las que arribamos, a través de estos ensayos, las escribimos en un informe que cada productor tendrá pronto en su correo electrónico. Saber y conocer la mayor cantidad de variables de un cultivo es muy importante para llevar adelante cualquier trabajo en el campo”, concluyó. 

 

 

Dos charlas sobre híbridos

 

Para cerrar la jornada hubo dos charlas específicas sobre el desempeño de los materiales en San Luis. Leticia Borghi, que se desempeña en el área de Desarrollo de Mercado de la empresa Bayer, opinó: “Esta instancia sirvió para presentar un portfolio de híbridos de la marca Decalb. Hicimos recomendaciones sobre qué híbrido sembrar para determinados ambientes y hablamos de algunas características específicas del manejo como la densidad, que es el número de plantas por hectárea que el productor tiene que sembrar y los requerimientos de nitrógeno. Además dimos especificaciones sobre enfermedades, señalamos cómo actúa el producto en determinadas enfermedades que atacan el cultivo de maíz. Destacamos las diferentes biotecnologías o plataformas tecnológicas que están detrás de cada híbrido para manejar, por ejemplo, los insectos aéreos”.

 

Sobre el desempeño de la firma en la provincia la especialista dijo que considera que “San Luis le está dando cada vez más importancia al cultivo de maíz. En esta región se adapta muy bien porque hay una amplitud térmica muy marcada, que es lo que el cultivo necesita para tener un  buen crecimiento y lo que vemos es que a nivel económico también acompaña muchas veces el contexto para que el productor siga apostando.  Vemos buenos horizontes”, explicó.

 

Borghi aseveró que aunque en el ensayo probaron híbridos sembrados el 15 de diciembre, y son de siembra tardía, “los mismos germoplasmas van a poder sembrarlos en toda Argentina en cualquier fecha de siembra o incluso como maíz de segunda, es decir, detrás de un cultivo, como el trigo”.

 

Sobre químicos, la especialista brindó un pantallazo general de los que la firma trabaja para cultivo de maíz y soja. Además explicó que una de las soluciones para manejar las malezas puede ser un percutor , “que es un producto que ya tiene muchos años en la agricultura pero con muy buenos resultados, con registro para maíz y soja. En el caso particular de maíz,  otra opción es adengo para entrar preemergencia del cultivo de maíz hasta B2 y acerca del manejo posemergente contamos con dos productos que son laudis y equip”.

 

Borghi opinó que el de San Luis “es un ambiente productivo distinto al que hay en zona núcleo, ya el clima es un gran desafío. Producir acá cuesta mucho más que en todas las regiones y es más difícil, sin embargo el productor está siempre muy abierto a recibir todo tipo de consejo, de práctica y lo terminan incorporando”, concluyó.

 

Por su parte, Daniel Pizzio dueño de la semillera Prosapia, habló sobre cómo emprender una firma familiar, en un contexto en el que predominan las multinacionales. “Esta empresa nace a partir de mi experiencia en la industria de semillas y es familiar, está conformada por mi esposa en el directorio, mi hijo que está a cargo de la gerencia general y yo, que estoy con temas de genética, producción y todo lo que tiene que ver con lo operativo. Hace más de 20 años que conozco San Luis, llegué con proyectos de riego y conozco bien. Buscamos llegar a los productores para que nos consideren como una opción. Estamos para dar batalla y aportar. Nos vemos operando en la provincia con nuestros productos desde este año”, dijo.

 

MM

 

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