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Una médica mercedina atiende refugiados en el límite con Ucrania

Estarán en Polonia hasta fin de mes en un hospital de campaña, recibiendo a familias que huyeron de la guerra.

Por redacción
| 19 de junio de 2022
Orgullo argentino. Agustina (a la derecha), Antonella (izquierda) y Clara (centro), con la bandera en Polonia. Foto: Gentileza.

Desde hace unos días, Agustina Zavattieri vive una de las experiencias más movilizadoras de su carrera como médica. La villamercedina forma parte de una misión humanitaria en la frontera con Ucrania, donde atiende a personas que se exiliaron de su país para escapar de los tormentos de la guerra. Pero no está sola, viajó con dos de sus compañeras, Antonella Ríos y Clara Pérez Grassi, del Hospital Universitario Austral de Buenos Aires, donde ejerce en la Unidad de Cuidados Intensivos.

 

"A todas nos convocó Pablo Pratesi, que es nuestro jefe y nos puso en contacto con la fundación Hadassah (de Israel), que tiene un campamento en Polonia, en el límite, para recibir a los refugiados", expresó la profesional de 33 años, quien nació y vivió en la tierra de la Calle Angosta hasta los 18 años, cuando partió a Córdoba para estudiar. Desde hace diez años vive en suelo bonaerense, donde hizo su especialización y trabaja.

 

Salieron de Ezeiza el martes 14 y después de 24 horas de vuelos y escalas, arribaron a destino: la ciudad polaca Przemysl. Desde allí, deben hacer un traslado de una hora y media todos los días hasta llegar a la frontera con Ucrania, donde desde hace cuatro meses está montada una clínica de campaña en un shopping. Ahí realizan guardias de doce horas de corrido, alternando entre turnos de día y de noche, en las que tienen que recibir las consultas médicas de los refugiados.

 

"Es una atención primaria y bastante básica. Por ejemplo, llegan pacientes que desde hace tres meses que no están recibiendo medicación. Ya no hay tantos bombardeos como antes, por lo que no se ven tantos heridos de guerra", contó.

 

En esa especie de centro comercial gigante, donde antes había locales ahora funcionan delegaciones de diferentes partes del mundo. Allí llegan habitantes de Ucrania que tuvieron que irse de la zona de conflicto o de sectores más alejados pero que corrían peligro. "Se registran, les dan un espacio para dormir y la idea es que sea un lugar de paso, para que los diferentes gobiernos de Europa los vayan a buscar y los lleven a sus territorios", describió Antonella.

 

La salud corporal se mezcla con la emocional y sus tareas no se limitan a diagnosticar una enfermedad o recetar un medicamento. "Vino una señora que estaba mal porque se quería volver a su casa, porque había dejado todo. Se largó a llorar y lo que necesitaba era un abrazo", contó Ríos.

 

Una de las partes más difíciles es la comunicación, más cuando el diálogo es fundamental para conocer los síntomas y hacer un diagnóstico. Las tres hablan inglés, pero cuentan con voluntarios para doblar a los ucranianos que llegan a atenderse. "De todos modos, "siempre terminás entendiendo, porque si no usamos el traductor del celular o nos comunicamos con los niños a través del juego", agregó Zavattieri.

 

Aunque en otros momentos hubo coterráneos, en esta oportunidad ellas son las únicas tres argentinas que están presentes en ese hospital de campaña. Antonella también tiene 33 años, es médica de Cuidados Intensivos junto a Agustina y oriunda del partido de San Martín en Buenos Aires. Clara es la más joven, tiene apenas 22 años y hace muy poco se recibió de enfermera. También es del conurbano bonaerense, de San Isidro, trabaja en un centro de día y le llegó un desafío grande en sus primeros pasos como profesional. "Vamos a caer en cuotas de lo que estamos viviendo, de lo que está pasando en el mundo y de cómo las causas humanitarias unen a las personas más allá de las fronteras, del idioma, de las ideologías, de todo", expresó.

 

Su misión finalizará el 30 de junio, pero las tres coinciden en que probablemente no sea la última aventura de este tipo que se animen a enfrentar. "Para nosotras es un gran desafío personal y profesional. Nos tocó estar en el hospital solidario durante la pandemia y ahora estamos acá, pensando en cuál será la próxima", dijeron.

 

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