Tres años de prisión para dos hombres por retener y golpear a una joven
César Andrés Lucero y Gustavo Ezequiel Sosa fueron sentenciados por el hecho ocurrido en la madrugada del 6 de junio de 2014.
El camarista Hugo Saá Petrino condenó a tres años de prisión en suspenso a César Andrés Lucero y Gustavo Ezequiel Sosa, acusados de haber retenido contra su voluntad y luego golpeado a una joven la madrugada del 6 de junio de 2014.
En el fallo dictado este lunes, el juez incluyó el pedido del fiscal de Juicio Fernando Rodríguez de investigar por falso testimonio a una de las jóvenes que estaba con la víctima al momento del hecho.
Romina Antonella Natel fue la primera en declarar, el jueves, en la audiencia inicial del juicio. Recordó que el día del hecho, que era jueves, fue con dos amigas al local bailable Las Chacras Megadisco, que estaba sobre la avenida Juan Domingo Perón de Juana Koslay. Al salir se toparon con los acusados, a quienes no conocían, pero que se ofrecieron a llevarlas en auto a sus domicilios; ellas accedieron.
Tras subirse al Volkswagen Gol blanco de Lucero, la joven describió a los hombres como eufóricos: dijo que conducían a toda velocidad y que les exhibieron dos armas. Incluso, contó que les gatillaron en la frente a cada una a modo de broma. Ya en el centro puntano, quiso bajarse en la plaza Pringles, pero no se lo permitieron, aseguró, y enfilaron hacia una casa en Ayacucho al 2000, domicilio del conductor, que insistía en seguir la fiesta allí.
Al llegar, Lucero, que se desempeñaba como policía y Sosa, que era miembro del Ejército Argentino, comenzaron a buscar un arma que no aparecía (tenían dos según la víctima), se tornaron violentos y les revisaron las carteras. Ella mostró la suya y salió corriendo; Lucero tras ella.
Cuando la alcanzó, el imputado comenzó a golpearla acusándola de que le había robado su arma reglamentaria y ella se defendió pegándole en el rostro con un ladrillo que encontró en la vereda. La pistola presuntamente apareció en otro lado y la víctima se refugió en lo de una vecina.
En las tres audiencias que demandó la etapa probatoria, Pedro Gianello, abogado de los imputados, presentó una lista de testigos que pretendieron echar por tierra la versión de la víctima, entre ellas la de Micaela Castro, una de las amigas que salió con ella, que negó la existencia de armas y dijo no ver cuando le pegaron a Natel.
Luego de que Saá Petrino les ofreciera la palabra, Lucero y Sosa dijeron que esa noche, la esposa del primero estaba con fiebre y que ambos salieron en auto al centro a buscarle un medicamento. Cuando regresaron a la vivienda, en calle Ayacucho, dejaron el auto afuera y el portón abierto, pero antes de entrar escucharon a un bullicioso grupo que caminaba hacia el este y una persona le arrebató el arma, por lo que intervino para recuperarla, dijo.
Finalmente, su versión cayó en saco roto y fueron condenados por “Privación ilegítima de la libertad, violencia, amenazas y lesiones leves”.
Redacción/MGE


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