Israel-Hamas: una guerra sin fin que espera por soluciones políticas

Otra vez la violencia, los bombardeos y la catástrofe humanitaria son noticia en Medio Oriente. El enfrentamiento entre el gobierno israelí y Hamas renació tras el ataque lanzado por el grupo terrorista que busca la "desaparición de Israel". La muerte de civiles sacude una vez más a un mundo que buscaba dejar atrás la guerra entre Ucrania y Rusia.

Y este viejo conflicto, que tiene orígenes en el final de la Primera Guerra Mundial (con la caída del Imperio Otomano) y se radicalizó en 1948 con la creación unilateral del Estado de Israel, espera por una solución en la mesa de negociaciones por el lado de la política, para frenar los brutales ataques de uno y otro bando que, como siempre, tienen a sus víctimas en el medio de esas posiciones extremas: el pueblo palestino y la población israelí.

El ataque del grupo islamista Hamas a Israel y la preparación de este país para una acción militar sin precedentes implican, según analistas israelíes, una revisión de las responsabilidades en el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu, al que asignaron una "incapacidad criminal", y también de las posiciones para lograr una solución de fondo con los palestinos que "no puede ser militar, sino política".

Desde que el gobierno impulsó una reforma del sistema judicial en enero, las divisiones dentro de Israel crecieron y vastos sectores de la población denunciaron un intento de eliminar la división de poderes e incluso la democracia.

"Los que tienen alguna responsabilidad, militar o política, le habían dicho a Netanyahu que la división interna que venía creando era peligrosa porque le estaba dando una señal al enemigo de que el país estaba débil; parte de los soldados y pilotos dijeron que no iban a servir en un Ejército de un gobierno que impulsa una política antidemocrática", dijo Lev Grinberg, profesor de la Universidad Ben Gurion.

Otra de las críticas al gobierno es que se concentró en el territorio palestino de Cisjordania, donde impulsó un incremento récord de las construcciones de colonias y donde la Fuerza de Defensa Israelí protagonizó una serie de incursiones. A la par, descuidó las fronteras.

Los asentamientos judíos en esos territorios crecieron a punto tal que hay más de 750.000 colonos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este, según la ONG israelí Peace Now.

Otro punto, incluso citado por los extremistas de Hamas y por el que juraron venganza, fue el cambio del statu quo que existía en Jerusalén respecto a los lugares sagrados para las tres religiones monoteístas (judaísmo, el islam y el cristianismo), según el cual la Explanada de las Mezquitas donde está la Mezquita de Al Aqsa (tercer lugar sagrado para los musulmanes) puede ser visitada por judíos —allí también hay un lugar sagrado para esta religión— pero no pueden rezar. Pero esto fue incluso vulnerado por ministros del gobierno israelí.

El caldo de cultivo creció. Y hace una semana explotó.

Un futuro incierto

Los bombardeos israelíes a la Franja de Gaza arrasaron 1.000 viviendas y unos 650.000 habitantes del territorio enfrentan una grave escasez de agua, combustible y suministros médicos, dijo la ONU.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de la Ayuda Humanitaria (OCHA) dijo que más de 12.600 viviendas fueron destruidas y los 13 hospitales del territorio están parcialmente operativos por la grave escasez de combustible e insumos cruciales.

Más de 2,3 millones de personas viven en la Franja de Gaza. Más de 420 mil debieron dejar sus hogares desde que el conflicto recrudeció.

Hay indicios de que el conflicto podría extenderse más allá de Gaza. Israel y la milicia libanesa Hezbolá, respaldada por Irán, ya intercambiaron disparos y cohetes.

El Ejército israelí, cuestionado por no haber impedido el ataque, prepara una gran incursión por tierra en el norte de la Franja. Ya ordenó a un millón de habitantes palestinos que evacuen esa región para "evitar más víctimas".

Desde 2018, Egipto mantuvo la mayor parte del tiempo abierto el puesto fronterizo de Rafah, único lugar de tránsito con el exterior fuera del control de Israel. Hoy ese paso también está cerrado.

El bloqueo israelí al enclave palestino ha generado duras críticas de organismos de Derechos Humanos; Human Rights Watch comparó las condiciones en Gaza con "una prisión al aire libre".

Sin recursos naturales, la Franja de Gaza sufre escasez de agua y combustible. El desempleo afecta a la mitad de la población, incluidas tres cuartas partes de los jóvenes, y más de dos tercios dependen de la ayuda humanitaria. La misma proporción vive en la pobreza.

El plan para evacuar a un millón de personas parece una utopía. Y al mismo tiempo, alimenta los temores de una nueva y enorme matanza, en medio de un enfrentamiento que está muy lejos de hallar una solución definitiva que conduzca a una paz duradera.

Cuestiones inconclusas

 Solución de los dos Estados

Plantea crear un Estado para los palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza junto a Israel. Hamas lo rechaza y ha jurado destruir a Israel. El gobierno israelí sostiene que un Estado palestino debe ser desmilitarizado para no amenazar a Israel.

 Asentamientos

La mayoría de los países consideran ilegales los asentamientos judíos construidos en tierras ocupadas por Israel en 1967. Israel cuestiona esto y cita vínculos históricos y bíblicos con la tierra.

 Jerusalén

Los palestinos quieren que Jerusalén Oriental, que incluye lugares sagrados para musulmanes, judíos y cristianos, sea la capital de su estado. Israel dice que debe seguir siendo su capital "indivisible y eterna". El reclamo israelí sobre la parte oriental no es reconocido internacionalmente.

 Refugiados

Unos 5,6 millones de refugiados palestinos viven en Jordania, Líbano, Siria, la Cisjordania ocupada por Israel y Gaza. Muchos viven en campos hacinados.

Los palestinos han exigido durante mucho tiempo que se permita el regreso de los refugiados, junto con millones de sus descendientes. Israel dice que cualquier reasentamiento debe ocurrir fuera de sus fronteras.