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Atención para las vides ante la llegada de heladas tardías

La ingeniera agrónoma, Carhué Ortiz, brindó información relevante para tener en cuenta en el cuidado de los viñedos  cuando las temperaturas son menores a los 0°.

Por María José Rodríguez
| 08 de octubre de 2023
Protección. Es recomendable tener un buen plan fitosanitario y aportar nutrientes que ayuden a la producción de follaje. Fotos: INTA/El Diario

Las heladas primaverales, o tardías, pueden afectar  de manera considerable a muchos cultivos, entre ellos los viñedos. Tal como pronostican los servicios meteorológicos, este tipo de fenómenos extremos comenzarán a presentarse con mayor frecuencia en todo el mundo, debido al cambio climático. Una de las mejores maneras de afrontarlos es conocer lo que pasa, para anticiparse, ya que en algunas ocasiones el frío puede producir estragos y generar la pérdida total de la producción. “Cuando hablamos de heladas, nos referimos a temperaturas que se ubican por debajo de los cero grados. Hay que tener en cuenta dos aspectos importantes: la intensidad y la duración”, explicó la ingeniera agrónoma Carhué Ortiz, asesora de producción y encargada del área de invernáculos de Sol Puntano.

 

Con respecto a la intensidad la especialista especificó que hay que estar atentos a qué tan bajas serán las temperaturas, y la duración, es decir, el tiempo de permanencia del frío sobre la planta. “No es lo mismo una helada de 1 a 2 horas, a una de 6, esta última es mucho más dañina, y en el caso del viñedo, es muy sensible a estas bajas temperaturas”, indicó.

 

Otro aspecto a tener en cuenta es el genotipo, “hay variedades  que tienen más tolerancia al frío. La fecha en la que cae la helada también es otro parámetro a tener en cuenta. A mayor estado fenológico, la planta pierde su naturalidad de tolerancia al frío. Entonces se supone que es más sensible”, aseguró la ingeniera agrónoma y brindó un ejemplo: “Una planta en plena brotación de hojas, que tiene buen follaje, tolera temperaturas entre los -2° y los -4°. En cambio, cuando está en floración, o ya con racimos de uva, aguanta los 0°, si es menos se genera mucho daño. Entonces, de acuerdo a los parámetros hay que evaluar y tener en cuenta qué estrategias de prevención se pueden desarrollar para contrarrestar los posibles daños”.

 

 

En Sol Puntano aplican métodos pasivos, sobre todo de manera preventiva. “Los activos son muy costosos. Quizás en otras provincias en las que se manejan otras superficies y frecuencias de estos eventos drásticos, sea necesario acudir al uso de aspersores, ventiladores, o métodos de combustión, en los que se aplica calor al viñedo”, aclaró la especialista.

 

 

Aseguran que para mantener la temperatura del suelo hay que mantenerlo compacto y húmedo. Recomiendan no labrar, ni rastrillar.

 

En San Luis las heladas son esporádicas y por eso realizan técnicas pasivas. “Una de ellas es mantener limpios los espacios entre las filas y entre las plantas. Porque para contrarrestar el frío contamos con el calor del sol que obtuvo el suelo durante el día, y las malezas no son buenas conservadoras de ese calor, al contrario, hacen que se disipe rápidamente”, especificó Ortiz.

 

Mantener la humedad es otro aspecto que la productora recomienda tener en cuenta al momento de combatir las heladas, “si se mantiene húmeda la superficie la planta mantiene el calor del suelo. Si nosotros tuviésemos un suelo seco y liviano, el calor se perdería rápidamente durante la noche. Por eso también es importante no labrar, no mover, ni rastrillar el suelo”, recomendó Carhué, y agregó que “hay que mantenerlo compacto y húmedo para que se conserve una buena temperatura”.

 

Con otro tipo de cultivos, como el durazno, sí trabajan con un método de control activo, “antes de empezar observamos un termómetro que nos marca la probabilidad de heladas de esa noche, lo miramos a diferentes horarios y en caso de que la probabilidad sea efectiva, acercamos unos tachos con leña que tenemos ubicados alrededor de todo el perímetro de nuestro cultivar y contamos con la ayuda de aspersores para mantener la humedad del suelo y la planta durante todo el momento de la helada”, explicó.

 

 

La ingeniera agrónoma aseguró que cuando el agua de una planta se enfría libera calor y esa liberación de calor no daña tanto a los tejidos de la planta, “el año pasado hubo una helad, el 31 de octubre, y afectó a muchas provincias donde hubo pérdidas muy grandes de uva para vino, como Mendoza. A nosotros nos afectó, pero nos la jugamos con la rebrotación de la planta de vid. La naturaleza es sabia, entonces frente a un peligro de muerte de la planta por este fenómeno meteorológico, rebrota”, indicó Ortiz.

 

 

"Un método pasivo  para combatir las heladas es mantener sin malezas los espacios entre las filas y las plantas de la vid" (Carhué Ortiz- ingeniera agrónoma- asesora de producción en Sol Puntano)
 

Entonces lo importante después de una helada “es mantener el plan fito-sanitario que uno tenía planificado de antemano, aportar nutrientes, sobre todo nitrógeno, porque esta sustancia va a ayudar a que haya una buena producción de hojas y a mejorar ese follaje que aún permanece vivo. Así lograremos que la helada no incida tan gravemente en los rendimientos”, especificó la asesora de producción de la colonia agrícola.

 

Ortiz aseguró que “si la vid tiene brotes dañados por la helada lo mejor es no podar, habría que esperar entre 15 y 20 días para analizar cómo se comporta la planta frente al daño sufrido. Una vez que empezamos a observar los rebrotes y que la planta está mostrando vigor, recién ahí se puede realizar una poda. Habrá que ir desechando aquellos brotes que van a sacarle la energía que necesitan esos brotecitos nuevos”.

 

El año pasado, el 31 de octubre, hubo una helada extrema, “creo que la última se había registrado en 1994. Cuando los fenómenos son extremos y atípicos es difícil predecirlos, por eso uno tiene que evaluar lo que sucede posteriormente a la helada. Analizar de qué manera afectó al viñedo, y de acuerdo a eso hacer una evaluación que no sea inmediata, es decir, hay que tomarse el tiempo para ver cómo se comporta el cultivo, y de acuerdo a eso se pueden aplicar fertilizantes antiestrés, hay que nutrir bien la planta, y no hacerle faltar agua. Tenemos que tratar de evitar cualquier tipo de proceso que nuevamente le provoque estrés y le impida seguir creciendo”, aseveró y añadió que también es importante suplir la pérdida de reservas con una fertilización adecuada con nitrógeno entre 15% y 50%, según la severidad del daño. 

 

 

 La especialista destacó que la vid es un cultivo muy noble, “siempre va a buscar el rebrote, si hacemos un buen manejo posterior a las heladas, leves o moderadas, un buen mantenimiento, y le damos todos los recursos necesarios a la planta, vamos a lograr obtener una buena producción”, dijo la especialista, y agregó que ante heladas moderadas a fuertes, es necesario usar métodos activos como el riego por aspersión sobre la canopia o bajo la copa, que es uno de los más utilizados.

 

Carhué indicó además, que en San Luis las heladas a fines de octubre, no son frecuentes. “A la hora de recurrir a un control de heladas activo o pasivo, nos tenemos que posicionar en la zona, ver edafoclimáticamente durante cuánto ocurren estos fenómenos. En Sol Puntano no somos muy castigados por este tipo de eventos. En el caso de que se produzca una helada analizamos las variables, y si la planta no ha sufrido tanto daño, entonces rebrota, larga una segunda floración, y terminamos cosechando”.

 

“Una vez que el cultivo está implantado puede haber fenómenos climáticos cambiantes. Para proteger los viñedos otro aspecto interesante es conocer la predominancia de los vientos, saber cuáles son los que más afectan al cultivo, para analizar dónde se podría colocar una cortina forestal, que puede ser de álamos, porque es un árbol que si le doy agua, crece muy rápido, a los dos años ya tengo una planta desarrollada y que ya me puede llegar a servir para proteger del frío los cultivos como la vid”, indicó la especialista.

 

Los varietales que producen en Sol Puntano son cabernet sauvignon y chardonnay, que son los que mejor resistencia tienen al frío, en comparación con merlot, malbec y syrah, que son varietales que se ubican en una posición intermedia.

 

La superficie total que trabajan dentro de la colonia agrícola es de tres hectáreas y media, de las cuales una es de malbec, una de cabernet sauvignon, otra es de chardonnay y la media restante es una colección de nueve variedades para investigación. Además tienen una hectárea más con uva de mesa. Este año los viñedos cumplirán trece años.

 

Durante la cosecha de uvas, que se realiza durante los primeros meses del año; la poda de frutales, la siembra de hortalizas o cualquier actividad que se realice cotidianamente dentro de los diferentes espacios productivos que tiene Sol Puntano, quienes trabajan allí suelen encontrarse con ciervos de las pampas, zorros grises y lechuzas. Estos animales inspiraron a quienes realizaron las etiquetas de los varietales que en la actualidad tienen su propio sello local, su terroir.

 

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