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Un productor con cintura para producir alfalfa y criar ganado

El ingeniero agrónomo, Claudio Saenz, se dedica a la reproducción por inseminación y cría de la raza aberdeen angus. Además cultiva alfalfa en la zona de la cuenca baja de El Morro.

Por María José Rodríguez
| 18 de junio de 2023
El Panchito. Claudio trabaja sobre una superficie de 475 hectáreas en la cuenca baja. Fotos: Inés Cobarrubia

Claudio Saenz, es ingeniero agrónomo. Lleva adelante un emprendimiento familiar cerca de Juan Jorba que combina la producción ganadera y la agricultura, especialmente alfalfa. El establecimiento “El Panchito”, está ubicado en la zona de la cuenca baja, que fue afectada por el desbalance hídrico, la erosión y el cambio de uso del suelo. “El campo tiene 475 hectáreas, tenemos problemas de revenimiento de freática y salinidad. Eso hace que tengamos algunos lotes que son muy buenos para agricultura y otros los destinamos a la ganadería, es decir se diferencian por su capacidad de uso”, indica Saenz, que desarrolla estrategias de manejo flexibles y mantiene una actitud de paciencia y alerta.

 

“Uno de los lotes ya tiene problemas graves afectados por el arroyo La Guardia, ahí ni siquiera podemos hacer alfalfa, sino que ese espacio se destina básicamente a ganadería. Hay sedimentación y salinización, antes hacíamos ganadería de ciclo completo, pero vamos variando, tratamos de que el sistema sea muy flexible para que podamos tener cierta cintura para ir hacia un tipo de actividad u otra”, especificó el ingeniero que además tiene a cargo la agencia Extensión Rural de Villa Mercedes del INTA.

 

Cuando prevalece el conocimiento, las posibilidades de solución y aprovechamiento de los recursos es mayor. “Antes, en algún momento hicimos ciclo completo y en los últimos años estamos haciendo solamente cría. Nos sentimos cómodos y consideramos que hacemos bien. Además, contamos con el aporte de profesionales de las ciencias veterinarias”, explicó Saenz.

 

 Inseminación. Las vacas, justo se dirigían hacia un corral en el que iban a hacerles tacto para saber cuáles quedaron preñadas.

 

 

 

El rodeo está compuesto por 150 madres de la raza aberdeenangus rústicos. Él sistema de reproducción es por inseminación.

 

Casualmente el encuentro de la revista El Campo, concidió con el momento en el que juntaban la hacienda para realizar el tacto a las  vacas, una maniobra que les permitirá saber cuántas están preñadas, y cuántos terneros podrán esperar para fin de año.

 

“La ganadería es una actividad que requiere mucho tiempo, y desarrollar las estrategias de la toma de decisiones lleva muchos años. Son proyectos a diez años, cinco años mínimo, y buscamos lograr un impacto muy grande, invertimos en toros con buena genética”, aseguró Saenz y continuó: “Luciano Muñoz, un productor que trabaja la misma producción que nosotros, nos dio una mano muy grande en la selección de los animales, siempre muy atento en la sanidad. Considero que hemos mejorado mucho la genética, nuestro sistema de reproducción es todo por inseminación y con el paso del tiempo logramos una muy buena calidad de terneros”.

 

Por detrás del monte, luego de recorrer una extensa alfombra verde de alfalfa aparecieron las vacas que caminaban hacia los corrales para que les hicieran tacto. “Trabajamos un rodeo chico, tenemos ciento cincuenta madres, donde se hace prácticamente todo por inseminación a tiempo fijo. Son de la raza aberdeen angus, con genética de la cabaña La Benedicta”, especificó.

 

Saenz contó que luego de inseminar, hacen un repaso de toros, “porque con la inseminación queda preñado aproximadamente entre un treinta y un cuarenta por ciento del rodeo general, dependiendo el año, del clima, y del estado de la vaca, entre otros parámetros”, afirmó.

 

 Rollos de alfalfa. El asesor agropecuario Francisco López Rosas junto a Luciano Muñoz, un amigo productor de Saenz.

 

 

Además el ingeniero agrónomo aseveró que de esta manera obtuvieron buenos índices a pesar de que este fue un año muy golpeado por la sequía, los kilos del ternero cayeron mucho, “veníamos con 180 kilos de peso vivo por ternero y caímos en los 140. Es decir que perdimos cuarenta kilos por ternero, son muestras de que este ha sido un año muy complicado”, reconoció.

 

 

“Trabajamos con toros de excelente genética porque buscamos mejorar, los animales pertenecen a la cabaña La Benedicta”, Claudio Saenz (Ingeniero agrónomo y productor agrícola ganadero)

 

Los animales se venden a distintos compradores privados y también participan en remates. “Este año, parte de ellos se vendieron a un vecino que también es integrante del grupo de Cambio Rural. Porque saben la genética que venimos trabajando, si bien llevamos cinco años, ya se nota el impacto. Comercializamos  en forma directa”, indicó el ingeniero agrónomo.

 

“Cuando heredé este campo, el rodeo era bastante variado, incluso teníamos algunas razas continentales, como la charolé. A mi padre le gustaba mucho, también teníamos algo de hereford. Íbamos de una raza a la otra para lograr vigor híbrido, porque cuando las cruzás, los individuos son mejores que los padres”, explicó.

 

El productor aseguró que en los últimos años, al comprar toros de genética de La Benedicta, han podido unificar. “Buscábamos un cambio, porque esas razas continentales son vacas muy grandes y eso hace que necesiten mucho más alimento para mantener toda su actividad orgánica. Después, a medida que el animal va superando esa necesidad de consumo para mantenimiento del organismo, empieza a engordar, a crecer, a desarrollarse, entonces, mientras más grande la vaca, necesita más alimento para mantenerse. Vamos por un camino que nos permita lograr una vaca más chica que requiera menos alimento para vivir”, añadió.

 

 Cuenca de El Morro. El productor indicó que trabaja alfalfa de los grupos 7 y 8.

 

 

La alfalfa como complemento

 

“Tenemos un sistema dividido en parcelas, con pasturas consociadas en base a alfalfa y a agropiro, con algo de festuca”, dijo y señaló el suelo, “esto es alfalfa este año perdimos muchas parcelas de producción, por la sequía”, aseveró.

 

El problema que tienen muchos productores de la cuenca baja de El Morro “es que son suelos arenosos, la problemática se produjo por un aumento de las precipitaciones y características propias del lugar, es una planicie arenosa con una pendiente muy importante. Acá estamos a quinientos metros sobre el nivel del mar. Eso hace que todo lo que llueve se infiltre, tiene un componente muy importante de agua subterránea y después va florando. A eso se le suma que hubo un cambio de uso del suelo, un avance de la agricultura, más el advenimiento de nuevas tecnologías. Antes hacían agricultura doble propósito ponías un maíz que si salía mal lo destinabas a forraje”, explicó Saenz.

 

El productor contó que cuando pasó a producir con siembra directa hizo mucho hincapié en la eficiencia del uso del agua. “Empezamos a utilizar agroquímicos y a hacer barbechos largos, logramos una agricultura eficiente con muy buenos rendimientos. De hecho, la provincia de San Luis, en los últimos veinticinco años pasó, en el caso de maíz, de rendimiento promedio de dos mil quinientos kilos, a cinco mil kilos. Productivamente eso es excelente, después cuando uno mira a nivel de la cuenca, empieza a sobrar agua y se busca llegar a un nuevo equilibrio. Una de las formas de mitigar ese fenómeno es la alfalfa,  un cultivo que consume mucha agua para lo que produce”.

 

Este atributo de la pastura hizo que el productor ingresara en el “comercio virtual del agua, esto significa que el producto que trabajan tiene mucha agua intrínseca”.

 

 

45 Hectáreas están destinadas a la producción de alfalfa de los grupos 7 y 8 porque son los materiales con mayor resistencia a las bajas temperaturas que caracterizan la zona de la cuenca baja de El Morro.

 

“El proyecto del AlfaZal, a través de la exportación de alfalfa a países de Medio Oriente, es llevar a zonas de desierto esta pastura. Con los recursos que allá  tienen disponibles les es prácticamente imposible hacer alfalfa. Entonces, a nosotros eso nos favorece porque nos permite generar una nueva oportunidad”, expresó el ingeniero agrónomo.

 

 Forraje .El sistema incluye alfalfa para alimentar el ganado y para exportar.

 

 

Para un mejor manejo el campo de Saenz se podría dividir en tres partes:  en un treinta y tres por ciento hace alfalfa para rollo, otro treinta y tres se destina a la ganadería, y el resto proviene de alquiler para agricultura, “porque no tenemos maquinaria propia, entonces trabajamos a porcentaje con contratistas”, especificó y añadió que al lote, en el que producen, alfalfa lo compró su padre en 1984 y desde entonces producen cultivan la pastura.

 

“Tenemos lotes del año 95 en siembra directa y después ascendió la napa, empezó a salinizar, entonces volvimos a la alfalfa. Ahora tenemos  un lote que tiene dos años ya cumplidos de producción. Tiene una superficie de 45 hectáreas, de las cuales 20 tenemos que dar vuelta, porque viene de cinco años con lluvias por debajo de la media, y no alcanzó a anclarse bien la napa. Además tenemos una rotura en la mitad del lote en la que no se puede trabajar”, lamentó.

 

El ingeniero grónomo anticipó que ahora, en la próxima campaña, para rotar los cultivos, sembrarán moha, “también la usamos para heno y después volveremos a la alfalfa. Vamos a intentar hacer un muy buen barbecho para tratar de que se conecte con la napa”, aseveró.

 

 

“San Luis Logística trabaja muy bien y considero que es una iniciativa que tiene que continuar por su carácter ambiental y productivo”, Claudio Saenz (Ingeniero agrónomo y productor agrícola ganadero)
 

Saenz indicó que pronto va a completar unas 120 hectáreas de alfalfa, “que si bien no es mucho para algunos productores, en nuestro caso, es una inversión y un sacrificio importante. Llevamos dos años en la comercialización de la alfalfa, son 50 hectáreas. Hay parte nuestra y parte del contratista, una parte se vende AlfaZal y otra parte se vende a particulares”, dijo y opinó que “la experiencia, a mi entender, es muy buena, San Luis Logística está trabajando muy bien y considero que debiera continuar con esta iniciativa. La problemática de la Cuenca del Morro continuará, los pronósticos indican que las lluvias irán incrementando. Esto debiera transformarse en una política de Estado, porque para los productores chicos como nosotros, sería imposible trabajarla ya que no tenemos la capacidad económica y operativa para exportar esta pastura, el Estado juega un rol muy importante en la apertura de nuevos mercados”.

 

El productor, que se reconoce como entendedor del tema, señaló que la exportación no pasa por tener un mejor precio, “hacer envíos al exterior abre nuevos horizontes y permite crecer.  Si bien hay que cumplir ciertos requerimientos para poder exportar, AlfaZal permite acceder a mercados y vender volúmenes más grandes, independientemente de las condiciones climáticas de la zona. En años secos, vendés todos los rollos habitualmente, pero en los años húmedos hay más pasta que cuesta a veces ubicar. En general, se vende, pero podés llegar a tener problemas para ubicarlos”.

 

 

Claudio Saenz, indicó que AlfaZal permite a los pequeños productores acceder a mercados para vender grandes volúmenes de alfalfa.

 

En la zona baja de la Cuenca de El Morro, Saenz sembró híbridos de los grupos de latencia 7 y 8. “Porque el invierno es el período en que estas pasturas, ya no producen. Entonces producís solamente cuando tenés buena temperatura, sale la floración y se desarrolla la planta. Mientras más baja es la temperatura la alfalfa duerme más tiempo”, concluyó.

 

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