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Presiones y amenazas generan la salida de médicos especializados

Pasó de hospital de alta tecnología con profesionales top a centro médico vacío. El doctor Dardo Peña contó lo vivido a manos del directorio antes de renunciar.

Por redacción
| 25 de marzo de 2024
Polvorín. En 3 meses, el gobierno de Poggi y la gestión de Spagnuolo arruinaron una institución de vanguardia. Foto: El Diario

Todos los días aparecen nuevas historias en torno al Hospital Central de San Luis. Además de profesionales y empleados mal pagos, con mejoras salariales homologadas incumplidas, maltrato y persecuciones, los funcionarios a cargo muestran con sus acciones que estaban esperando la asunción de Claudio Poggi en el Gobierno y sus respectivas designaciones para cobrar venganzas personales dentro del ámbito laboral y ejecutar desquites surgidos por el ego o la envidia al no tener preparación respecto a otros colegas talentosos, especializados y capaces de concretar la maravillosa tarea de curar al prójimo.

 

Eso reflejó el testimonio de Dardo Peña, médico cirujano especializado en tórax que —por sus capacidades— había sido designado jefe de Cirugía del “Ramón Carrillo”. En una visita a San Luis para pasear y encontrarse con amigos puntanos, habló con El Diario de la República.

 

El doctor trabajaba en el Hospital Central de Mendoza, su tierra natal y donde se formó. Pero convocado por María José Zanglá y seducido por la planificación médica que armó el directorio anterior, decidió trabajar en San Luis, en el fantástico “Ramón Carrillo”.

 

Tal es así que optó por radicarse en la provincia junto a su esposa y sus tres hijos. Enamorado de la tierra puntana y de su nueva tarea, condujo el área de intervenciones quirúrgicas del gran nosocomio apoyado en su tecnología y el grupo de trabajo conformado. Todo iba bien hasta que Poggi asumió como gobernador y los nuevos directivos tomaron sus añoradas butacas.

 

“Yo vi venir todo esto hace rato. Ya veníamos padeciendo presiones, amenazas, desde antes que esta gente asumiera sus nuevos cargos. Incluso me quisieron patotear un día, pero sé lidiar con esas cuestiones. Vengo del Hospital Central de Mendoza”, comenzó diciendo el especialista.

 

El amiguismo, el ego y los celos de los directivos actuales llevan a los buenos doctores a irse.

“Sabía perfectamente que me iban a echar, pero no les di ese gusto. Me fui antes. Poggi asumió el 10 y yo el 11 presenté mi renuncia. Pero, por lo que me han contado, no fui el único. Cuando mis amigos o colegas de acá me cuentan todo lo que pasa hoy en el hospital me da mucha bronca, pero también siento pena. El ‘Ramón Carrillo’ es un espacio espectacular, de verdad tiene la última tecnología a disposición de la gente. Pero sin médicos, sin gente capacitada, solo son fierros. Fierros vacíos”, expresó Dardo, apasionado por la cirugía torácica como de las motos enduro. 

 

“El otro día me enteré que despidieron a la doctora Ottaviani del directorio. Cuando estuve al frente del servicio yo pedí su salida. Porque, en mi opinión, me parece una profesional nefasta y mala persona. Coria nunca estuvo de acuerdo con que yo fuera el jefe del Servicio de Cirugía. Fue él con otros dos médicos los que intentaron patotearme. Pero estoy curtido en esas cuestiones y todo quedó en la nada. Esas prácticas no solo las llevaron adelante conmigo, sino también con otros colegas de gran prestigio. Cirujanos, neurólogos, diabetólogos. Antes en el hospital había grandísimos profesionales. Zanglá supo armar un proyecto fabuloso y lo estaba llevando adelante. Lo que ocurre ahora es increíble y me da bronca. Después de renunciar, me volví a Mendoza y retomé mi labor en el Hospital Central de allá. Gano lo mismo que acá. No vine a San Luis por la plata, vine por el proyecto y por lo que era el hospital. Pero con gente así no se puede. Tuve que mudarme y recolocar a mis niños en nuevos colegios y todo lo que conlleva una nueva mudanza. Muchas veces los daños no solo son en lo profesional. Porque todos tenemos familia”, contó el médico de 38 años.

 

Peña entiende de medicina. Sabe de cirugía como pocos en Cuyo. No le interesa la política y así lo dejó en claro en la charla con El Diario. “No me interesó nunca la política. No soy afín a ningún partido ni a ningún político. Pero me quedó claro que las no renovaciones de los contratos o los despidos no fueron por falta de capacidad o trabajo. Yo recomendé a dos especialistas que venían de Mendoza, cirujanos torácicos muy capacitados. No les renovaron sus vínculos. Lo mismo que a un cirujano de cabeza y cirujanos vasculares periféricos. Era gente que jamás tuvo un problema. Supe que ahora contrataron a otros doctores, pero no los conozco. No puedo opinar sobre ellos”, comentó.

 

 

Un proyecto de jerarquía

 

Durante la charla, Peña rememoró los mejores momentos junto al equipo del gran hospital sanluiseño y cómo encaró el trabajo el grupo de médicos y especialistas que a diario recibían pacientes de toda la provincia. “Tuvimos un gran equipo y el proyecto fue brillante y la verdad que, hoy en día, por lo que me entero por comentarios de mis amigos o por las redes, la actualidad del hospital dista muchísimo de lo que fue. Lamentablemente, lo que hoy veo me hace dar bronca porque fue un hospital con muy buenos profesionales y toda la tecnología, la complejidad. La gestión que hicimos fue muy buena. Trajimos gente especializada, llegaron médicos residentes que se capacitaron con nosotros. Ellos participaron hasta de un congreso en el que presentaron un trabajo. Nunca habían participado de algo así, que es algo básico. Hasta eso hicimos. Hoy por más que vos tengas todo ese instrumental, si no tenés gente que sepa manejarlo, que sea capaz y tenga experiencia, esos instrumentos son solo fierros”, lamentó Peña. 

 

“Yo soy cero política y más acá en San Luis. No soy partidario de nadie, no conozco a nadie. Me llamaron por un tema de capacidad y experiencia. Mi trabajo y el servicio que formamos, con secciones, con especialistas, fue muy bueno. Operamos a muchísima gente y quedó todo muy ordenado, pero en pocos meses esos profesionales se fueron. Sin médicos, sin especialistas, ahora el ‘Ramón Carrillo’ es un hermoso hotel”, cerró.

 

 

"Huyeron" decenas de profesionales

 

Al margen de lo que el especialista en cirugía torácica vivió, su regreso a Mendoza lo alejó del día a día en el Hospital Central puntano. Sin embargo, El Diario pudo averiguar cómo es la sangría de profesionales médicos que padece hoy el nosocomio.

 

Desde que Poggi asumió en Terrazas del Portezuelo se fueron: tres neurocirujanos que venían semanalmente desde Córdoba, un equipo compuesto por cinco médicos especializados en enfermedades vasculares periféricas, un grupo de tres médicos para cirugía de tórax que llegaba desde Mendoza, dos médicos diabetólogos puntanos (eminencias en el país), tres oftalmólogos (uno de ellos operaba cataratas, con un registro de 70 cirugías al mes), dos médicos cirujanos de cabeza y cuello, y uno maxilofacial, tres médicos de cirugía general, tres médicos clínicos, tres neumonólogos, un psiquiatra y seis emergentólogos.

 

Números que forman la herida abierta de San Luis.

 

Redacción/MGE 

 

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