La entrega anticipada del poder

El viernes de la semana pasada el gobierno nacional anunció un “acuerdo” con el Fondo Monetario Internacional que, a pesar de que el ministro y el propio presidente lo nieguen, significa un nuevo endeudamiento que se suma al anterior tomado en 2018 por el mismo ministro, por la friolera de 20.000 millones de dólares.

Pero este monto no viene sólo sino que, como siempre, trae condicionalidades que afectarán tanto en lo inmediato como en el futuro a la inmensa mayoría de las familias argentinas.

La firma del memorándum de entendimiento entre el gobierno nacional y las autoridades del FMI significa lisa y llanamente la entrega anticipada del poder, esta vez al Fondo Monetario Internacional.

De hecho, el gobierno afirma por escrito y firmado, que cualquier medida que necesite tomar en materia económica consultará al staff del FMI. ¿Si eso no es entrega, la entrega donde está?

El acuerdo ratifica el total fracaso del plan económico de Milei (como el actual presidente lo ha afirmado en reiteradas ocasiones cuando era opositor: “acudir al FMI es muestra de fracaso”).

No debemos soslayar que el malogrado plan fue apoyado en el “pacto de mayo” por, entre otros, el gobernador Claudio Poggi.

Aumento de precios y devaluación (o sea, más aumento de precios)

El mismo viernes, además del nuevo endeudamiento, el INDEC anunció el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que a nivel nacional arrojó pésimos resultados: 3,7%.

Con el agravante de que el rubro “Alimentos y bebidas”, el de mayor impacto en gran parte de los hogares argentinos fue de 5,9%. Es decir que si se anualizara esa cifra (como gustan hacer los integrantes del equipo económico) la inflación de los alimentos estaría viajando casi al 100% anual. Nivel de hiper, hecha y derecha.

En tanto el incremento de los precios medidos por la Dirección de Estadística de San Luis fue algo menor al nacional (3,1% nivel general; 3,9% Alimentos) aunque aún altísimos para el nivel de ajuste que se viene aplicando en la provincia.

A guarismos habrá que adicionarle los incrementos propios de la devaluación anunciada y la inestabilidad que provoca no saber el precio del dólar.

El oficial (que es el que se toma en cuenta para una amplia gama de precios de bienes de consumo) oscilará en una banda de entre $1.000 y $1.400. Muy probablemente en pocas semanas la divisa se acerque al techo de la banda y en consecuencia los productores y comerciantes, ante la necesidad de reponer mercadería, remarcarán mas cerca del valor máximo que del mínimo. Si circunstancialmente el dólar bajara dentro de dicha zona, los precios no lo harán.

En consecuencia, la inflación de abril superará con creces a la de marzo, con el decidido impacto negativo en el poder adquisitivo de las familias, los trabajadores y los jubilados.

Ajuste sobre ajuste en la provincia

Otro de los ítems del acuerdo que el gobierno quiso soslayar es que se requerirán ajustes adicionales a las provincias.

Traducido, ello significa aún menos recursos para obras públicas, emergencias, salud, educación, seguridad, así como más despidos de maestras, médicos, enfermeras y trabajadores públicos en general.

Está política continuará deteriorando el ya alicaído poder adquisitivo de las familias puntanas, con menos actividad económica, menos empleo y más pobreza.

Con los jubilados NO!!!

El FMI exige, como siempre desde hace décadas, una reforma jubilatoria y el gobierno cumplirá con eso enviando una Ley al Congreso en 2026, perjudicando a millones de personas.

Por un lado, seguirán perdiendo poder de compra las jubilaciones, con incrementos que van a estar cada vez más lejos de una inflación que se acelera y con servicios del PAMI que se irán limitando en el tiempo.

Por otra parte, al subir la edad jubilatoria, millones de personas verán perjudicada su situación laboral y previsional, provocando una severa crisis social.

Nada bueno saldrá de todo esto, hay que preparar el cambio

Cuando la economía capitalista funciona correctamente, las empresas privadas invierten, generan empleo, pagan buenos salarios y compiten por mayores ventas tratando de adecuar los precios a la razonabilidad de la situación.

Nada de esto es posible en el contexto actual si, desde el gobierno nacional y también desde el provincial, se genera incertidumbre se aplican ajustes sobre el ajuste, no se sabe cuál será el tipo de cambio en el corto plazo, se incrementa el nivel de endeudamiento (que el propio FMI admite que será difícil de repagar), las empresas así no invierten, cae el consumo, se destruye la industria nacional (cuando otros países protegen las suyas) y en consecuencia el empleo.

Es hora de que cada empresa, cada trabajador, cada ciudadano, en conjunto y con las herramientas a su alcance, encuentren los caminos para que la economía nacional y la provincial abandonen el estancamiento y encuentren el camino del desarrollo.