El costo de la motosierra sobre el INTI: ¿Por qué es tan grave el desmantelamiento?
Hay gran preocupación por las brutales medidas que arremeten contra un organismo clave. Solo en Villa Mercedes, unas 20 familias están bajo incertidumbre sobre su futuro laboral. El quiebre tendrá un impacto profundo en toda la sociedad, por lo que implica para la industria nacional y la salud pública.
El polémico y cuestionado decreto del presidente, Javier Milei, que modifica sustancialmente la estructura y el funcionamiento del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), ha provocado una enorme preocupación. La medida mezquina, pretende convertir al INTI en una mera oficina dependiente de una secretaría, lo cual causará la pérdida de autarquía que permite efectuar convenios con organismos nacionales, internacionales y cámaras empresariales. Y ello, derivará en un profundo golpe a la industria nacional y a la salud pública. En Villa Mercedes, la alerta es total. Unas 20 familias podrían quedar sin trabajo como consecuencia del brutal ajuste.
"La semana pasada se materializó el decreto presidencial que no solo perjudica o interviene al INTI, sino al INTA, al Instituto Nacional de Vitivinicultura, al Instituto Nacional de Agricultura Familiar, a Vialidad Nacional, al ANMAT, entre otros. En cuanto al INTI, ya venimos viviendo una problemática desde el inicio de la gestión de este Gobierno, afrontamos situaciones que no son gratas. El año pasado cerraron varias unidades de extensión, que llevó a muchos compañeros y compañeras a tomar el retiro voluntario antes de que cerraran las sedes, porque si cierran las unidades y la gente está adentro, la pasan a disponibilidad y quedan en un 'no lugar', es una situación compleja", referenció en diálogo con El Diario de la República Mariel Korb, trabajadora del INTI, agente del Departamento de Mejora de la Productividad, Proyectos y Tecnologías de Gestión.
"Muchos compañeros piden el retiro voluntario y eso implica una pérdida para el organismo porque se trata de gente formada, más allá de que tenemos áreas soporte, son personas formadas, de muchos años. Y para nosotros es un golpe muy grande. En el área en la que estoy, particularmente, nos organizamos en red, porque somos muchos y estamos dispersos en el país. Así nos vinculamos y potenciamos. La red pasó de 110 asesores y asesoras a 57. Para nosotros es un golpe muy grande, se fue gente especializada en ciertos temas que eran de importancia, nos quedaron baches o lugares vacíos. Esto va más allá de lo sentimental de que se vaya un compañero", agregó.
Las consecuencias de la impericia
La medida de Milei, lejos de figurar un cambio administrativo o una acción de eficiencia, implica una ofensiva contra uno de los pilares técnicos, científicos y productivos del país. Todo se enmarca en una lógica de desguace. El INTI es un organismo descentralizado con doble fuente de financiamiento, presupuesto nacional e ingresos propios por servicios, donde justamente la gestión es auditada mensualmente. Aunque en la gestión de Mauricio Macri se registró un ajuste de 250 trabajadores, es la primera vez que el instituto evidencia un embate tan abismal.
Cabe remarcar que el personal que se desempeña, desde investigadores hasta la gente de limpieza, tienen niveles de formación imprescindibles. Incluso quienes limpian, por ejemplo, tienen que saber manipular entornos sensibles. Así, da la sensación de que los funcionarios del Gobierno o tienen un desconocimiento absoluto de cómo funciona la entidad, o directamente su función es simplemente acabar con un espacio fundamental para la sociedad. No es casualidad que se haya pretendido instalar la idea de que los trabajadores son "ñoquis" y que al recortarlos se le está haciendo un "bien" al país. El quiebre del INTI se sentirá fuerte y cuando las consecuencias se muestren, será tarde.
"Si localizamos el tema, en Villa Mercedes, estamos en el Campus Universitario. Calibramos termómetros que se usan en salud, en los hospitales y clínicas que nos contratan, porque somos autárquicos. Tenemos laboratorios de microbología. Por dar un ejemplo de lo que hacemos, si se quiere saber si el alimento que se busca sacar al mercado tiene vitaminas, nutrientes, tenor graso, lo analiza el INTI. Pero también abordamos básculas, surtidores, hacemos asistencia técnica. Yo estoy en la parte de productividad, analizo el proceso productivo y se trata de mejorarlo. Nos focalizamos en el sistema de producción de Toyota. Tenemos larga trayectoria de vinculación con la Agencia de Cooperación Japonesa, han venido japoneses a formarnos, yo estuve hace tres años en Japón formándome. Hay una parte de trabajadores que asesoran a empresas, la parte de alimentos, inocuidad, manipulación y demás cuestiones que son tan importantes para la salud. Garantizamos que los productos estén libres de bacterias, gérmenes, y que la manipulación de los trabajadores de las empresas sea cuidadosa", graficó.
También destacó que se ocupan de la certificación de juguetes, ascensores, básculas, surtidores, es decir, están en la vida diaria con herramientas que garantizan la seguridad y la salud. Todo ello está en serio riesgo.
Una visión autodestructiva
Korb, en una opinión personal, lamentó el presente que se vive en el país, donde desde hace tiempo se trata de enseñar que "el enemigo es el otro", con el particular odio hacia los empleados públicos. Bajo este esquema, se trata de instalar que los trabajadores estatales son "ñoquis" o "parásitos" que hay que sacar del camino. Y en medio de un hartazgo social, la gente cree lo que le venden, compran esas posturas y piensan que es la manera de que al país le vaya bien.
"Quizá fue un error nuestro, de no comunicar lo nuestro. Nos valoran en Japón, estamos a ese nivel. Pero acá pasa lo contrario. No estamos exentos de la coyuntura que vive el país, donde se discute hasta el Garrahan. No es extraño que nos pase esta situación, que no se la deseo a nadie", expresó.
Por lo pronto, la única luz de esperanza que ven es la chance de que diputados y senadores nacionales apoyen al INTI (y al resto de las entidades damnificadas) y aprueben un veto sobre el decreto presidencial. "Esto no afecta solo a las 20 familias en Villa Mercedes sino a la sociedad en su conjunto", concluyó.


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