Comenzó el juicio a la expareja acusada de difundir un video íntimo de una atleta
Diego Oliveri y Tatiana Yaccarini Iascula comenzaron a ser juzgados por la difusión no consentida de un video sexual de la profesora de fitness Gabriela Fernández Aberastain. El hecho ocurrió en 2020 y marcó profundamente la vida de la víctima, que este lunes pidió justicia en la primera audiencia.
Este lunes, en la Sala de Debate Oral N° 1 de la ciudad de San Luis, comenzó el juicio contra Diego Oliveri y Tatiana Yaccarini Iascula, acusados de haber viralizado un video íntimo de Gabriela Fernández Aberastain, ex pareja del primero y víctima de un prolongado proceso de sextorsión, amenazas, violencia de género e incumplimiento de una orden judicial.
Gabriela, profesora de fitness y ex campeona de fisicoculturismo, denunció los hechos en 2020. Desde entonces, asegura haber atravesado un extenso proceso de reconstrucción personal tras el enorme daño causado por la difusión de ese contenido íntimo, la persecución y las amenazas que sufrió tanto ella como sus hijos menores.
Según la acusación formulada por el fiscal Ricardo Barbeito, Oliveri “urdió un plan” para dañar emocional y socialmente a la víctima mediante la difusión del material íntimo. En su alegato de apertura, el fiscal definió la causa como “El pecado de ser la ex” y sostuvo que Oliveri compartió el video con su nueva pareja, Tatiana Yaccarini, quien luego lo difundió desde cuentas falsas y amenazó de muerte a la víctima y a sus hijos, violando además una orden judicial de restricción.
El fiscal remarcó que la viralización de las imágenes provocó un “tremendo daño” a Gabriela, quien no pudo volver a trabajar ni siquiera de forma virtual y pasó más de siete meses encerrada bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico. “A mis hijos también los amenazaron, les enviaron el video, les decían cosas. Tuve que cambiarlos de colegio”, declaró la víctima en la primera jornada del juicio.
Fernández Aberastain explicó que durante la relación con Oliveri —de poco más de tres años— solían enviarse videos íntimos como forma de mantenerse conectados durante sus viajes. Aseguró que confiaba “ciegamente” en él y que, además de violencia física y psicológica, también sufrió violencia económica. “Vivía para él”, expresó ante el tribunal.
El fiscal de juicio, Fernando Rodríguez, confirmó que mantendrá las acusaciones iniciales. A Oliveri se lo juzga por distribución indebida de correspondencia, amenazas y lesiones leves calificadas por el vínculo y por mediar violencia de género. Para él, la fiscalía solicitó una pena de tres años de prisión. Para Yaccarini, imputada por los mismos delitos más el incumplimiento de una orden judicial, el pedido de condena es de tres años y tres meses.
Por su parte, la defensa de Oliveri —a cargo del Defensor de Juicio N° 2, José Luis Guiñazú— pidió cautela frente al “clamor social” y negó la participación de su representado en los hechos. La abogada de Yaccarini, en tanto, argumentó que su defendida también fue víctima de manipulación por parte de Oliveri.
En un contexto donde los casos de violencia digital aumentan, Aberastain expresó que espera que su caso siente un precedente: “Esto no es solo por mí. Es para que otras personas entiendan el daño que se hace cuando se reenvía algo que no tiene consentimiento. Se arruina una vida por una burla o una diversión de un minuto”, dijo.
El juicio continúa este martes a las 9.


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