La firma Alfredo Mondino cerró el año como más le gusta a su titular: rodeado de amigos y clientes, en su campo de Buena Esperanza y con un remate que alcanzó muy buenos precios tanto para los gordos, como para la invernada y los vientres. En total, cayeron bajo el martillo de su hijo Roberto 4.028 animales, un 90% de ellos provenientes de campos de San Luis, que terminaron en varios destinos del país para mejorar haciendas, criar madres y sacar muy buenos terneros en un 2014 que se va con la ganadería en un buen momento y con expectativas de seguir el camino ascendente. Para el caso específico de la provincia, el remate demostró la buena calidad que sale de sus campos, con animales buscados y garantía de rendimiento.
Los Mondino echaron raíces en San Luis y sienten a la provincia como su segundo hogar luego de Córdoba.
Precios por las nubes
El precio del ternero fue récord, con máximos de $33,53 en la categoría hasta 160 kilos, una cifra difícil de igualar aún en el ámbito nacional. Las vaquillonas con garantía de preñez también cotizaron por las nubes: hasta $12.800. Todo fruto de una hacienda cuidada, bien presentada, dentro de un ámbito ganadero que va despertando de a poco y promete más firmeza para 2015.
La fiesta ya había comenzado el sábado a la noche, con la tradicional cena que brinda la consignataria cordobesa a los productores. Hubo buena carne, anécdotas y la actuación de los Hermanos Vidal, humoristas de Santa Rosa del Conlara que dejaron conformes a todos. El domingo, bien temprano, comenzó a poblarse el predio que está sobre la autopista Nº 55, que rápidamente se vio repleto de vehículos y gente ávida por acercarse a los corrales. Tras la lluvia del jueves, que se sintió en Buena Esperanza y su zona de influencia, aunque no llegó hasta Unión según contaron algunos productores que venían de esa ciudad, un tibio sol calentó la jornada.
Para Mondino fue el sexto remate anual en San Luis, una sede que ya siente como propia y que compite con Córdoba por sus preferencias. Por la mañana largó el remate de gordos, hacienda de consumo, sobre todo vaquillona y vaca seca, que tiene destino de frigorífico o bien para su terminación en feed lot, donde se le echan los kilos necesarios. Roberto Mondino, trepado a la caja de una camioneta, fue rematando al paso. Los compradores seguían el paso cansino del vehículo y algunos esperaban ansiosos frente al corral que habían elegido para compulsar.
Las 341 vacas gordas se fueron a un promedio superior a los 12 pesos, en tanto que las 93 vacas de manufactura y conserva merodearon los 9; los 80 toros se fueron entre 8 y 13 pesos el kilo; los 125 novillos a casi 17 pesos de promedio y las 192 vaquillonas a un precio similar. En total remataron 831 gordos en apenas un rato, porque había mucho interés en esta hacienda, que tuvo plazos de pago de entre 30 y 60 días.
Claro que el plato fuerte, si se descuenta el impresionante asado que brindaron los dueños de casa, estaba a la tarde, en la pista techada que está junto al galpón donde más de 200 clientes compartieron el almuerzo y un brindis comandado por don Alfredo. “Quiero agradecer a compradores y vendedores, estamos contentos porque cada vez hay más apoyo de la gente en los remates, tanto los físicos, como los televisados y los de reproductores”, dijo Mondino frente al micrófono. Su hijo Roberto apuntó a un breve balance: “Esperábamos un cambio grande en la ganadería y lo tuvimos.
La disyuntiva que afrontamos durante todo el año con ustedes sobre si sembrar o comprar vacas ya no es tal, estamos volviendo a ser el país ganadero de toda la vida, que supo defenderse ante la crisis. La ganadería da trabajo y es toda una cultura, que implica levantarse temprano, haga frío o haga calor, para ver si las vacas engordaron”.
El remate comenzó con los machos, que registraron precios sostenidos. Compradores de localidades cordobesas como Villa Huidobro, Río Cuarto, Huinca Renancó y Del Campillo se hicieron sentir con sus ofertas sobre los terneros, que fueron de los 160 a los 260 kilos. También hubo mendocinos, pampeanos y gente de San Luis entre los interesados, sobre todo del sur puntano, que muestra su desarrollo constante con buenas pasturas y genética de avanzada. A la hora de los novillitos, que salieron a la pista en dos categorías (260-300 kilos y más de ese peso), ocurrió lo mismo: casi que no hizo falta poner una base, fueron entrando y saliendo con dueño distinto con rapidez. Al ser una gran mayoría animales trazados, con todos los certificados para poder exportar, se hace más ágil la subasta, ya que tienen autorización de Senasa y todos los controles, incluso los de anabólicos, a través de los sangrados.
Hubo muchos rostros conformes entre los vendedores, un grupo con gran mayoría de productores de San Luis. La sucesión Horacio Bruzzone, Fortín Bagual, La Juguetona, Don Luis, la estancia El Mate (de Arizona), Garruchos (estuvo su administrador, Gustavo Díaz), San Eduardo, Don Néstor, Castro Feijó (Arizona), Forrajeras Avanzadas (Nueva Escocia), Humberto Pérez (Unión), estancia Torocuarto, Agroamanecer y la gente de Pueblo Ranquel se llevaron lo que vinieron a buscar.


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