La obra en la Iglesia Catedral está parada hace dos meses

Hace 54 días que los trabajos en el atrio de la Iglesia Catedral quedaron detenidos porque el pasado 5 de noviembre el ingeniero Carlos Bea, que estaba a cargo de la dirección técnica de la obra en el atrio del templo, renunció. Durante dos meses el profesional realizó la inyección de cemento en los cimientos de las tres columnas más comprometidas. “Hicimos las bases para apuntalar las que daban a calle Pringles con un relleno de hormigón. Ése fue el plan trazado para esta primera etapa: hacer la excavación hasta los 3,50 metros de profundidad desde el piso del atrio y luego inyectarles cemento. Con esto queda asegurado de que no habrá ningún derrumbe”.
A partir de esa fecha una Comisión presidida por el padre David Picca, en representación del Obispado, contrató a dos consultoras: una de Mendoza especializada en cálculos antisísmicos y otra de Córdoba que se dedica a estructuras especiales de grandes dimensiones. Y también a un patólogo en construcciones cordobés, especialista en los problemas que genera el paso del tiempo en los edificios antiguos. La intención es que los tres confirmen y amplíen el diagnóstico de los profesionales del  Instituto de Mecánica Estructural y Riesgo Sísmico, dependiente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo, que fueron los primeros en ser consultados por el párroco Daniel Pérez, a mediados de este año.
Esta comisión está integrada por un representante de los colegios de Ingenieros, Arquitectos y Geólogos; además, por un docente de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales de la Universidad Nacional de San Luis, el director de Patrimonio Cultural del Municipio y la arquitecta Pía Pollio, de parte del Gobierno de la Provincia, que a partir de ahora tomará la dirección técnica de los futuros trabajos que se realicen en el templo.
Hugo Larramendi, jefe del Programa de las Culturas, confirmó la novedad y dijo que estas contrataciones “corren por cuenta de la Iglesia Catedral y el padre Picca como delegado Episcopal para el Patrimonio Histórico y Arte”.  También señaló que hay dos hipótesis de trabajo: “Una son las fisuras y los problemas que hoy afectan al atrio de la Catedral y para eso hay que realizar varios estudios y verificarlos científicamente. Hay mediciones de las oscilaciones de las cúpulas, torres y columnas que deben ser confirmadas con objetos de alta precisión para saber si se profundizó alguno de los síntomas ya detectados. Mientras que la segunda tiene más que ver con la influencia de las torres en el resto de la construcción, más que con las columnas. Aunque ambas están combinadas”.
El funcionario anticipó que el de la nueva comisión “será un trabajo cooperativo entre las distintas instituciones que van a ir aprobando las verificaciones y enseguida determinarán los trabajos que haya que realizar. La visión es mucho más amplia porque la intención es renovar toda la Catedral y por eso se contrató también a la consultora de Córdoba. Porque además, se especializa en iluminar ese tipo de edificios religiosos”.