Mondino abrió el calendario de subastas en Buena Esperanza.
Con animado clima de compra y empujados por el entusiasmo que dejaron las generosas lluvias en casi toda la provincia, decenas de compradores se agolparon el viernes en los corrales de Alfredo Mondino, en Buena Esperanza, donde remataron 3.500 cabezas con precios más que firmes, en especial para los novillos de consumo livianos y medianos por los que pagaron máximos de $17,10 el kilo.
En el primer remate del año, y con el martillo de Roberto Mondino, los valores altos llegaron también para los terneros y terneras de hasta 150 kilos, que cotizaron con máximos de $22 por kilo. Bajo un frenético ritmo de ventas, las vacas preñadas salieron con precios que oscilaron entre los $3.000 y $4.000.
Los 1.100 gordos encerrados se vendieron por la mañana en los corrales, pocas horas después de recibir una esperada lluvia en los campos ganaderos del sur puntano, que fue de 60 milímetros en Buena Esperanza, 40 en Unión y 70 en Nueva Galia hasta el viernes por la mañana.
La agilidad en las operaciones mostró que, a pesar de lo poco claro que se muestra el mercado de ganados y carnes y el temor por cómo se comportará el consumo cuando empiecen a aparecer los aumentos de la hacienda, la llegada de lluvias abundantes cambió estrategias de ganaderos, en especial al sur de San Luis.
De todos modos, en la feria había mucha hembra de la zona, cuyas ventas estaban decididas antes del episodio de lluvias y por la falta de pasto, además del último incendio que arrasó con 40 hectáreas en el sur del Departamento Dupuy.
“Pero no llueve pasto sino agua”, le dijo a El Diario de la República Sergio Juárez, ex presidente y actual tesorero del Colegio de Veterinarios de San Luis. Radicado hace quince años en Unión, el profesional asesora a varios establecimientos ganaderos y llegó a la subasta de Mondino con animales de un par de campos: “Con la lluvia, el ánimo del productor cambió totalmente, pero muchos vendieron terneros anticipadamente para aliviar a las vacas, ya que no hay tiempo para llegar con buenos pastos a la entrada del invierno".
Gran parte de la invernada quedó en San Luis y muchos de ellos en el sur provincial, mientras que la hacienda gorda se repartió entre frigoríficos y feedlots.
Los valores registrados en el primer remate de 2014 de la firma Mondino quedaron como referencia para una amplia región, aún fuera de San Luis.
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