El empuje emocional que el papa Francisco le dio a la Iglesia Católica en el primer año de su pontificado, que se cumplirá el jueves, todavía no despertó vocaciones para el sacerdocio. En San Luis sólo cinco personas comenzaron en el 2014 sus estudios para ser curas, un número bajo si se tiene en cuenta que el promedio es de diez inscriptos y que han sido alcanzados máximos de cuarenta.
Para anotarse en el seminario hay que tener más de 18 años y el secundario completo.
La provincia ha sido históricamente en la región una de las plazas con mayor cantidad de inscriptos. Sin embargo, ahora no es así. En la Arquidiócesis de Mendoza, por ejemplo, ingresaron 11 estudiantes. El número de anotados creció también en San Rafael, Villa María (entraron tres y hacía tiempo que no tenían candidatos), San Juan y La Rioja.
“El efecto Francisco aún no llegó acá pero en otras partes sí”, comentó el vocero del Obispado de San Luis, Alberto Olivera, y consideró que “la cantidad de entusiasmados se incrementará de a poco”.
“El seminario diocesano se cursa en la localidad de El Volcán, a 20 kilómetros de la ciudad de San Luis, y lo pueden estudiar las personas que tienen más de 18 años y el secundario completo. Se trata de una convivencia del candidato al sacerdocio en la que debe reunir las condiciones psicológicas y físicas”, explicó.
En San Luis hoy hay alrededor de veinte alumnos que asisten al seminario.
Durante el primer año se dicta un curso introductorio, luego dos años de filosofía y cuatro de teología. “Es un proceso, no significa que si entran, van a ser sacerdotes. Es un camino en el que la Iglesia te hace pensar si es tu vocación y los superiores te acompañan de manera espiritual”, dijo Olivera, y destacó que el aspirante debe tener capacidad de estudio y un carisma para desenvolverse de manera apropiada “ya que se forman para llevar adelante a una comunidad”. El cura sostuvo que “no es una vocación para ángeles pero sí una elección de vida”.
Antes, el Gobierno nacional subvencionaba a los estudiantes, pero ahora las ayudas las realizan las capillas de la provincia. El dinero se invierte en mejoras edilicias y alimentos.
Aunque en San Luis aún no hay muchos seminaristas, la concurrencia a las misas en la Iglesia Católica se acrecentó con el pontificado de Francisco. Al menos tres párrocos de la capital puntana señalaron que tuvieron que “abrir las ventanas de los templos” por la mayor afluencia de personas.
Los religiosos comparan este entusiasmo en la población con el mismo que despertó el papa Juan Pablo II, uno de los más queridos de la historia.
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