Buscan a un joven que lleva casi dos semanas desaparecido

“Con tanto espíritu aventurero, ¿dónde te metiste, hermano?”, se pregunta desde su cuenta de Facebook Leandro, hermano de Javier Horacio Balbo, el joven de 31 años que está desaparecido desde el sábado 5 de abril a la mañana. Leandro prefirió no arrojar ninguna hipótesis sobre el destino de Javier. “Sólo espero que esté en alguna montaña, en el campo o en un retiro espiritual, y que regrese bien”, anheló.

Hace pocos meses que Javier y Leandro comparten un departamento de la casa 52 de la manzana 37 del barrio Gregorio Vivas de Juana Koslay. Ellos y sus padres son de Buenos Aires. A pesar de que el matrimonio se diluyó hace unos años, toda la familia eligió quedarse en San Luis.

El sábado a las 8:30, Leandro volvió de su trabajo y vio que su hermano dormía. Javier se levantó, tomaron unos mates y después ambos se acostaron. “Yo me levanté al mediodía, y Javier ya no estaba en casa”, resumió. No le dijo nada. No lo vio salir. No dejó ninguna nota. La moto de 110 centímetros cúbicos y la bicicleta que los hermanos comparten para movilizarse quedaron en el departamento.

Lo primero que Leandro imaginó es que Javier había salido a hacer una caminata por las sierras, un hobby que el muchacho soltero, sin hijos y sin pareja disfruta desde hace tiempo. Hasta hace poco, Javier era vendedor de Indusplast, una firma que comercializa piscinas en Juana Koslay, y ahora se ocupa de hacer mantenimiento de piletas de modo independiente. Pero cuando no trabaja, hace excursionismo o trekking. “Le gusta salir solo. Cuando lo hace, lleva su equipo de montaña: mochila, termo, ropa y calzados especiales. Nunca se ha ausentado más de dos días, porque es de muy buen comer, y siempre que se va avisa”, aseguró Leandro.

Con el paso de las horas, la extrañeza de la familia Balbo aumentó y mutó en una  intensa preocupación. Lo raro no es sólo que Javier lleva ya cinco días afuera de su casa y no ha dado señales. Tampoco le dijo a nadie a dónde iba, si se iba acompañado o cuándo regresaría, y no cargó ninguna pertenencia, ni siquiera un abrigo “y eso que ese día estaba frío, llovía”, recordó.

“Salió sólo con lo puesto. Por lo que hemos revisado en casa, creemos que tenía un pantalón de jean, una remera clara y zapatillas oscuras. La billetera no está y el documento tampoco, por lo que suponemos que se los llevó. Pero ha dejado la tarjeta de débito y el pasaporte. Si se llevó diez pesos, es mucho”, refirió Leandro.

Además, el muchacho dejó su celular en casa, y eso sirvió para que la familia hiciera algunas averiguaciones. “Llamamos a todos sus contactos, para saber si se había comunicado con ellos o les había comentado si tenía planes de irse”, dijo. Los allegados no han podido aportar ninguna pista sobre dónde o cómo está.

Leandro no recuerda haber visto que su hermano se comportara de modo extraño en lo reciente, ni lo escuchó manifestar que lo aquejara alguna preocupación. “Es carismático, para nada antipático, sin juntas raras, una persona que no tiene problemas con nadie, que habla de su vida, de sus sueños, sus proyectos. Por eso es raro que se haya ido de ese modo. Descarto, por ejemplo, que haya ido a encontrarse con alguna chica, porque siempre hablábamos de eso, de si había conocido a alguien, y no me había comentado nada”, explicó.

Los Balbo saben que la Policía ha hecho rastrillajes en el dique Cruz de Piedra y en las sierras, y que fueron infructuosos.

“Inclusive lo hemos buscado en el monasterio de El Suyuque y el que está entre El Volcán y Potrero de los Funes. Mis padres, con el paso de los días, se han desmoralizado, porque no aparece. Si bien somos una familia católica, no somos practicantes. Pero le damos a nuestros padres la esperanza de que quizás ha ido a un retiro espiritual y tal vez aparezca bien, en cualquier momento”, dijo.