Incertidumbre por el precio del pescado

Los antecedentes no son buenos para el bolsillo, y por eso hay incertidumbre. Se aproxima Semana Santa y el precio del pescado vuelve a generar dudas en quienes lo consumen y quienes lo venden: nadie puede garantizar qué sucederá en los próximos días pese a que hubo un reajuste hace poco tiempo.

Los cortes sufrieron un incremento del 30 por ciento desde Semana Santa de 2013.

Tras una recorrida por las pescaderías de la ciudad, los comerciantes explicaron que hace unos 30 días se aplicó un incremento de un diez por ciento, y no se sabe qué ocurrirá en los próximos días, aunque es muy probable que los precios vuelvan a modificarse.

En esta época del año, el pescado durante un par de días se transforma en el rey de los platos que se sirven en las mesas familiares, en muchos hogares motorizados por la creencia religiosa, en otros por costumbre y tradición familiar.

La gente consume distintas variedades, pero la opción que tiene “más salida” es el filet de merluza. Durante Semana Santa del año pasado, el kilogramo de esa variedad se ofrecía a 38 o 40 pesos, y hasta ayer ese valor había crecido hasta los 50 pesos.

“Algunos clientes ya preguntan cuál será el precio, pero no se puede especificar porque constantemente se está modificando. Es casi seguro que vuelvan a subir los precios antes de Semana Santa. Lo que sucede es que se da una gran demanda en todo el país, y al no haber tanto pescado disponible, sube su costo”, explicó Luis Mastropasqua, con una larga tradición familiar en el rubro de las pescaderías.

“La gente ya consulta, algunos que pueden compran y lo guardan en el freezer. Esperemos que no haya más ajustes, hay que ver qué pasa con el combustible y si estos cambios de precios impactan en los costos, hay que esperar”, dijo Néstor Romero, al frente de una pescadería en pleno centro de la ciudad.

Ambos comerciantes indicaron que sus proveedores son de Mar del Plata y de Puerto Madryn, por ello será fundamental conocer si el transporte sufre el impacto de las variaciones en los combustibles, y por ende en el precio de los mayoristas.

En las dos pescaderías que posee la ciudad los precios son muy similares, y sus propietarios coincidieron en cuanto a las variedades que generan mayor demanda. El kilo de pejerrey se consigue a 60 pesos, las hamburguesas cuestan 50 por cada kilogramo, el lomito de atún 67, el calamar 50 y las cazuelas se ofrecen a 60 pesos el medio kilo.

Según los comerciantes, la variación en los precios y la inflación que aqueja al país provocó que en los últimos tiempos los clientes cambien sus hábitos de consumo.

“La tradición del pescado entero ya se está perdiendo, la gente años atrás lo consumía mucho, ahora ya viene todo fileteado, o trozado”, señaló Mastropaqua. “Hoy la gente se mide mucho más a la hora de comprar. Antes te compraba por kilo y ahora lleva por peso, medio kilo de esto, de lo otro; o bien te dice dame 30 pesos de tal cosa”, indicó Romero.