La policía detuvo este lunes a otros cuatro tripulantes del ferry que se hundió el miércoles en Corea del Sur, luego de que la presidenta surcoreana criticara la actitud del capitán y sus oficiales que abandonaron el barco con más de 300 pasajeros muertos o desaparecidos.
"Los actos del capitán y de ciertos miembros de la tripulación son totalmente incomprensibles, inaceptables y equivalen a un homicidio", declaró la presidenta Park Geun-hye.
Los detenidos son tres oficiales y un mecánico. El sábado la policía ya había detenido al capitán, Lee Joon-seok, y a dos miembros de la tripulación, uno de ellos un oficial subalterno con poca experiencia que iba al timón en el momento del accidente. Todos son acusados de negligencia, fallos en la seguridad de los pasajeros y violación del código marítimo.
Cada vez se hace más evidente que el capitán del barco retrasó demasiado la evacuación del ferry y luego dejó el barco cuando cientos de personas seguían atrapados a bordo, estimó la presidenta.
La investigación examinará todas las partes implicadas, desde los inspectores encargados de la seguridad hasta la tripulación, pasando por los dueños del ferry, según precisó.
Con el ferry inmovilizado, los pasajeros recibieron la orden de no moverse de sus asientos durante más de 40 minutos, según los testimonios de los supervivientes. Cuando el transbordador comenzó a escorarse e irse a pique, ya era demasiado tarde para salir del barco, los pasajeros no lograban trepar a lo largo de los corredores deslizantes, inclinados, mientras entraba el agua.
AFP-NA


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