Mandan a la cárcel a un joven por el asesinato de un anciano

El esfuerzo de la defensa de Juan Hernán Villavicencio Payé, arrestado por el homicidio del jubilado Santos Videla, se concentró en sembrar dudas sobre uno de los pilares de la acusación, el hallazgo de dos tarjetas de crédito de la víctima debajo de un colchón, en la casa del imputado. El intento no dio frutos: anoche, la juez Penal interina Nº 1, Carina Gregoraschuk, procesó al joven por homicidio en ocasión de robo y ordenó que continúe su detención en el Servicio Penitenciario Provincial.
La mujer del sospechoso, Mayra Saavedra, había acusado a la Policía de “plantar” las tarjetas del anciano en el allanamiento en su domicilio. Dijo, además, que su marido no se apoda “El Maire”. Según los rumores que corren en el barrio y fueron recogidos por los investigadores, los autores del asesinato eran un chico de 15 años y “El Maire” Los policías aseveraron que los vecinos indicaron que ése es el alias de Villavicencio Payé.
La juez informó que para resolver la situación del joven tomó en cuenta los relatos de testigos que escucharon la versión de que “El Maire”, el adolescente y otros dos jóvenes estaban implicados en la muerte del anciano. En el fallo de ayer, la magistrado le ordenó a la Policía que amplíe las averiguaciones sobre esas dos últimas personas, sobre quienes hay algunas referencias.
Durante la prórroga de la detención, los abogados del imputado, Alfredo García Garro y Guillermo Levingston, pidieron que citaran a declarar a algunos testigos. Uno es una mujer que contó que le habían pagado para hacer limpieza en la casa de Villavicencio Payé el día previo al allanamiento.
La empleada declaró que ella ayudó a sacar un colchón, porque estaba húmedo, y que no vio nada debajo de él. Pero un testigo del allanamiento le quitó fuerza a ese testimonio: aseguró que en la habitación donde estaba el colchón había mucha suciedad, como indicios de que no habían aseado de modo reciente.
El testigo de la requisa “me dio las instancias de cómo fue el allanamiento. Primero entró el Geotu (Grupo  Especial de Operaciones Tácticas Urbanas), se inmovilizó a Villavicencio Payé, ingresaron los policías (que iban a revisar la vivienda) con los testigos y realizaron el procedimiento en presencia de testigos. Sacaron prenda por prenda, manifestaron cómo estaba todo. Se alumbraron con una linterna, porque no había mucha luz artificial. El testigo dijo que luego sacaron el colchón y que abajo estaban las tarjetas, adentro de una bolsita, y que las extrajeron para ver que no fueran de plástico o cartón.  El acta de allanamiento es un documento hecho por un funcionario público en ejercicio de sus funciones. No está redargüido de falsedad”, resumió la juez.
La magistrado ordenó otras medidas, que están pendientes. Son pruebas de ADN; pericias psicológicas y psiquiátricas al procesado;  la incorporación de huellas a una base de datos, para hacer cotejos;  y el envío de una copia del expediente a un juzgado de Familia y Menores, para que tomen las medidas tutelares necesarias en relación al chico de 15 años. El adolescente le confesó a Gregoraschuk que él había matado al jubilado. Pero por su edad, es inimputable.
La presunción de los investigadores es que el menor no entró solo, a pesar de que él dijo que estuvo en lo de Videla sin compañía. Suponen también que la circunstancia fue el robo. La teoría se sostiene en la declaración del menor, “que dijo que iba por plata”,  confió una fuente. Además, –continuó –  "la casa quedó revuelta, sacaron todas las cosas del ropero, se nota que buscaban algo. E inclusive habían dejado cosas en el techo, para llevárselas después”.
Una plancha y dinero
Santos Videla, de 80 años, fue encontrado golpeado y apuñalado el viernes 4 de abril en su casa, en Bolívar 1741, en el barrio San Martín de San Luis. Su hermano halló el cadáver cuando fue a llevarle mercadería, como solía hacerlo. Según la estimación de los peritos, llevaba dos días muerto.
Cinco días después, el miércoles 9 de abril, un chico de 15 años se presentó ante la juez Gregoraschuk y le contó que había asesinado a Videla bajo los efectos del alcohol y pastillas, cuando fue a pedirle dinero.
La madre del adolescente dijo que su hijo le contó que el anciano, quizás atemorizado por el estado en el que estaba el joven, sacó un arma e hizo un disparo al aire. Explicó que por eso su hijo tomó un cuchillo, comenzó a forcejear con el jubilado y lo acuchilló. Aseguró que el muchacho revolvió un poco en la casa, pero que se fue llevándose sólo el arma y el cuchillo, que arrojó en la granja La Amalia, próxima al barrio San Martín.
Según las averiguaciones de la Policía, faltaban unos 500 pesos y una plancha. Ese artefacto y el arma usada en el homicidio, hasta ahora, no fueron recuperadas.