Tal vez José María Gatica nunca lo imaginó siquiera. Pero el 25 de mayo, el día en que cumpliría 89 años, su casa, ésa del barrio Villa Rafaela que atesora sus memorias de la infancia, volverá a la vida como un lugar de culto e inspiración para todos los hombres de los guantes y el ring: el Museo del Boxeador.
La obra costó $835.597. Remodelaron 58 metros cuadrados y edificaron 81 metros cuadrados.
Ya casi todo está listo. Según Sebastián Carrari, el arquitecto a cargo, la obra tiene un avance del 95 por ciento. "Entre el viernes y el sábado instalaremos los vidrios que irán en la galería interna, para que no quede así como está, al descubierto", aclaró. "Nos falta colocar las partes de aluminio de las aberturas, los tres aparatos de aire acondicionado que ya tenemos, pero no queremos ponerlos hasta que cubramos algunas zonas que están a cielo abierto", agregó.
Otras de las tareas que resta terminar es la creación de tres de los cuatro murales que decorarán el museo por dentro y por fuera. "Falta que hagan uno adentro y otros dos que serán de mosaicos de colores y estarán en el frente", detalló el arquitecto.
La única de esas paredes artísticas que está lista es una que está en el patio interno de la galería. En ella puede verse al ídolo villamercedino con un impecable traje oscuro, un echarpe blanco en el antebrazo izquierdo, rodeado de autos y elegantes damas. "Está hecho de hormigón y, aunque no parezca, los artesanos tardaron dos o tres días en hacerlo", comentó.
El último de los detalles es concluir con la instalación de las luminarias de la fachada.
Los trabajos, en la esquina de Almafuerte y Comandante Videla, comenzaron a mediados de octubre. La obra tiene dos etapas. Una de las fases era la remodelación y conservación de la vivienda tal como era en los años en que la habitó su legítimo dueño. La otra parte de las actividades consistió en la construcción de una moderna galería a cielo abierto, en lo que era el patio de la residencia.
"Lo primero que hicimos fue cambiar la cubierta de la casa, porque aunque quisimos preservarla tuvimos que edificarla por completo. La dejamos como nueva, pero tal como era en los años treinta", aclaró Carrari. El techado fue hecho con tirantes, alfajías, ladrillos y chapas para recubrir.
La edificación ya deja entrever una fachada moderna, neutra y, a la vez, contrastante. Es que una parte del frente cuenta con una puerta y dos ventanas que alguna vez fueron la entrada principal del domicilio donde habitaba la leyenda del box. Y la otra parte está decorada con hormigón visto y una marquesina de vidrio antivandálica.
Una vez adentro, los visitantes podrán ver cómo vivía el púgil. "La casa original tenía tres habitaciones, una cocina y un baño. Todo eso restauramos. Hicimos un bolseado de las paredes, que era el tipo de revoque que se usaba en esos tiempos. Aunque las alturas de las puertas eran diferentes, unas eran muy bajas, no las modificamos, sólo las revestimos", dijo.
En lo que era el baño, instalaron una letrina y un lavatorio de losa de la época.
Los curiosos podrán ver la cama en la que dormía el deportista. También un ropero y una mesa de luz similares a las que poseía. Podrán apreciar gran parte de las corbatas que lucía el boxeador, una toalla que usó en una de sus tantas peleas, fotografías que aportaron algunos de sus familiares y las placas que decoraban la tumba en la que descansaban, hasta el año pasado, sus restos en el cementerio de Avellaneda.
El resto del museo expondrá algunas de las pertenencias de otras destacadas figuras del boxeo, como Abel Celestino Bailone y Simón Escobar.
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