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Solicitan donaciones para poder remodelar la capilla San Antonio

Por redacción
| 12 de mayo de 2014
En la capilla quieren dictar cursos de costura, tejido y repostería. | Martín Gómez

Cuando lograron que la imagen de San Antonio volviera a la capilla que habían construido específicamente para la estatua hace casi cien años, comenzó un nuevo desafío: remodelar el edificio que alberga a la figura, ubicado en Falucho y pasaje San Antonio, en el barrio ATE. La Asociación de Amigos del Santo, que solicitó su devolución, comenzó a reparar las instalaciones. Consiguieron que les construyan dos baños nuevos, pero ahora necesitan donación de materiales para arreglar el Salón de Usos Múltiples (SUM) y techar un sector que les servirá de depósito.
María del Carmen Pagano, presidente de la agrupación y descendiente del italiano que mandó a esculpir la imagen, comentó que el edificio incluye el templo y un par de salas que quieren remodelar para dictar talleres de costura, tejido, repostería o cualquier otra actividad que los vecinos tengan gana de aprender. Para empezar con los cursos, deben esperar a que terminen de realizar los sanitarios, que fue un regalo de una empresa que  construía al lado de la capilla  por haberles dado agua durante los dos años que duró la obra.
Además, destacó que tendrán que hacer una cocina y algunas oficinas.  “Nosotros nos hicimos cargo solamente para acompañar a la gente que está en lo eclesiástico, pero  no nos metemos en ese tema en lo absoluto. Trabajamos sólo en lo edilicio. Empezamos por el altar, hicimos algo nuevo y moderno y buscamos arquitectos por nuestra cuenta y modificamos el ingreso de la capilla”, detalló la presidente de la asociación.
Otra de las remodelaciones que requiere el edificio es la impermeabilización total del techo y la colocación de unas chapas que servirán de aislantes para el frío y el calor. Y tendrán que cubrir un sector del predio, colocarle piso y aberturas, para poder guardar ventiladores, estufas y otros elementos.
“Necesitamos seis chapas de zinc de 3,50 metros para techar una dependencia del fondo que queremos habilitarla como depósito. Eso es lo más urgente. Después precisamos una puerta y una ventana nueva  o usada  pero en buen estado, porque a veces la gente nos da cosas que se quiere sacar de encima pero que no nos sirven porque tenemos que gastar dinero para arreglarlas”, dijo María del Carmen. Y comentó que también les serán útiles las colaboraciones para cambiar la instalación eléctrica, que todavía tiene cables envueltos en tela, y pintar todo el interior de la capilla. Quienes deseen colaborar deben contactarse  al 4423904.
El largo viaje del santo
“El año pasado en octubre formamos la asociación porque recuperamos el santo que estaba en la Catedral. Era de mi bisabuelo y se lo quitaron de su casa. Entraron con policías, por orden de quien estaba a cargo de la Catedral en ese momento y rompieron la ermita que tenía”, dijo María del Carmen. La estatua volvió al templo el 15 de diciembre.
Pero la historia comenzó hace más de cien años, cuando Andrés Pagano y su madre sobrevivieron a un viaje en barco de Italia a Argentina, tras una terrible tempestad y le prometieron a San Antonio que, al arribar a tierra firme, encargarían una figura del santo tan grande como la mujer. En realidad, Andrés ya se había instalado en San Luis a finales del siglo XIX con su esposa y sus cuatro hijos y se dedicaba al cultivo de frutales, pero decidió ir a Europa para buscar a su madre.
Cuando llegaron a la provincia, decidieron encargarle la imagen al artista italiano Mariano Russo, padre de Nicolás Antonio de San Luis y prepararon en la casa de los Pagano una ermita para recibir a San Antonio. Pero la estatua tardó en llegar. El escultor no aclaró que el destino era San Luis de la  República Argentina, por lo que la pieza pasó por la localidad del mismo nombre en Estados Unidos y en México. Después de varios años de reclamo, lograron que llegara a tierra puntana, pero generó celos de quien estaba a cargo de la Iglesia local, que ordenó retirar la imagen.
María del Carmen comentó que el proyecto de la capilla comenzó el 1967, pero recién en 1984 lograron celebrar la primera misa. “El día de la inauguración en vez de mandar desde la Catedral el santo verdadero por el que se hizo el templo, el obispo Laise envió una réplica. Y eso provocó malestar en los que trabajaron para hacer la capilla”, dijo la mujer, quien comentó que pudieron revertir la situación casi treinta años después, con la formación de la asociación.

 


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